Tocó la mochila en la cual cargaba sus compras y le quitó el peso, tomó la vara metálica que llevaba consigo y se acercó a la primera pareja que vio.
- Suéltala - Soltó fríamente, mientras amenazaba al hombre con su vara -
Todos a su alrededor se habían quedado mirando sorprendidos, el tipo frente a ella la miró con sorna.
- ¿Quieres ocupar su lugar? - Le sonrió, y de un tirón a la cadena logro que la mujer quedará de rodillas en el suelo -
La peliceleste apretó la mandíbula con rabia, quería mutilar las manos del tipo asqueroso y liberar a la pobre chica, que ni siquiera podía levantar la mirada del piso.
- Solo te lo diré una vez más - La sonrisa del tipo flanqueo al oír la amenaza en la voz de la mujer - Libérala.
- Yo la compré legalmente, es mía - Piso la espalda de la chica y aplastó contra el piso -
Esa acción fue suficiente para que Shiho girará su vara, y golpeara el rostro del tipo, este retrocedió cubriendo su rostro con su mano libre, pero ella no le dio tiempo para sentir dolor o reaccionar.
Levantó nuevamente su vara y con fuerza golpeó la mano que tenía la cadena de la joven, este la soltó como reflejo del dolor y ella aprovechó para tomarla.
Tomó de los brazos a la chica y la levantó con fuerza, la cara de la joven mostraba evidente desolación en sus ojos.
- ¡Maldita escoria devuélveme a mi mujer! - Gritó con rabia el hombre -
Ella tembló al escuchar como la nombraba ¿Cómo podía llamarla su mujer? Era todo menos eso para él, la trataba como esclava.
A lo lejos pudo sentir cómo se veían acercando a velocidad varios hombres, intuyo que se trataba de la policía local o los guardias de los asquerosos.
Cargó a la joven en su hombro y salió corriendo, no dejaría que ella siguiera en tal posición, si ella podía darle una nueva oportunidad lo haría, así como alguna vez lo hizo Fisher Tiger.
Inhaló profundamente, mientras una idea peligrosa danzaba en su mente, tenía que estar mal de la cabeza con tan solo pensarlo, pero no podía evitar sentir que estaba en deuda y que podía ayudar a conseguir la libertad de los esclavos de esta isla.
Corrió lo más rápido que pudo, ahora podía sentir a más hombres correr detrás de ella, la chica en su hombro parecía más un maniquí que un ser vivo, pero dejó ese problema para cuando estuvieran a salvo.
Corrió, dobló, siguió corriendo y girando por cada calle y pasaje que encontró, evitando los lugares concurridos para no llamar la atención, finalmente, casi llegando al puerto, dio un lugar deshabitado perfecto para refugiarse.
Dejó a la chica en el suelo y se acuclilló para observarla bien, tomó su rostro con cuidado y la obligó a mirarla, sintió los vellos de su piel erizarse al ver los ojos de la joven, abandonados al vacío, era un cadáver viviente.
- Ahora estás a salvo ¿Cómo estás?
Pero no recibió respuesta alguna por parte de la joven, se levantó nuevamente del suelo y comenzó a buscar por el lugar algo con que romper las cadenas, encontró una herramienta que pensó podría servir y lo intentó, logrando liberar por completo a la chica.
- Bien, como no veo que tengas intenciones de hablar, comenzaré a cubrirte - La miro seriamente -
Saco ropa y maquillaje de su mochila, si quería que ella escapara la debía disfrazar para que nadie la reconociera, se sentó frente a chica, y la comenzó a cambiar, le puso una peluca y maquilló su rostro cambiando luces y sombras para generar la ilusión óptica del cambio de facciones.
La levantó del piso por los brazos y con un poco de incomodidad le saco la ropa que llevaba puesta y se la cambio por una más cómoda y segura.
- Consigue un bote y vete de esta isla lo antes posible - Le pasó dinero -
Ella comenzó a desvestirse y cambió su ropa por la que estaba usando la joven anteriormente, se volvió a sentar en el suelo y empezó a maquillarse ligeramente, usaría un tinte de cabello para no estar incómoda con la peluca en caso de cualquier cosa.
- ¿Por qué haces esto? - La voz ronca de la joven la hizo saltar levemente en su lugar -
La observó en silencio un par de minutos, la chica estaba llorando parada en el mismo lugar que ella la había dejado.
- Deja de llorar - Soltó fría - Arruinarás el maquillaje.
La joven asintió rápidamente y controlando su respiración logró dejar de llorar, pero en sus ojos podía observar la profunda tristeza.
- Me siento en deuda con alguien que me dio una mejor vida - Comentó sin mirarla, mientras teñía su cabello -
- No sé qué hacer - La chica se sentó a su lado abatida -
- Ya te dije lo que tenías que hacer.
- No sé hacer nada más - comenzó a jugar con sus manos -
- Ingeniatela- Se levantó y cogió la cadena que estaba usando la joven - ¿Cómo llegaste a aquel tipo?
- Me compro en una tienda de esclavos en el centro de la ciudad.
- Ok.
Se puso la cadena en el cuello, dejó escondidas sus cosas, se cubrió con un abrigo con capucha y salió del lugar, con la chica pisándole los talones.
- No lo repetiré dos veces - Volteo a verla seriamente - Debes irte de aquí ¡Ya! encontrarás en que ocupar tus días.
Siguió caminando dejando atrás a la joven, suspiró agobiada, quizá no saldría con vida de esta situación, y lo más probable es que no le fuese tan bien como lo tenía planeado en su mente, pero no podía dejar de pensar que quizá ella hubiera sido la joven si Fisher Tiger no los hubiera liberado.
- ¡Gracias! - Sintió el lejano grito de la joven a su espalda -
Ella simplemente alzó su mano y se despidió de ella sin voltearse, tenía el estómago apretado por la ansiedad, tenía que estar atenta a cada movimiento, debía entender cómo desmantelar esta red de tráfico humano lo antes posible.
Llegó hasta un sitio concurrido y procurando que las personas a su alrededor no se dieran cuenta, se encadenó a un pilar, se quitó el abrigo y lo dejó tirado en un lugar poco visible.
No tenía ningún plan para lograr su cometido, pero lo intentaría todo para que los esclavos de esta asquerosa ciudad fueran tan libres como ella.
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Liberados - Roronoa Zoro
FanfictionNo se puede escapar del pasado, tampoco se puede borrar, así que no le ha quedado otra opción que seguir su vida valorando cada día nuevo. Trataba de vivir una vida con bajo perfil, tranquila a pesar de hacerse a la mar, todo hasta que se encontró...