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A la plaza llegaron primero Zoro, Usopp y Nami, encontraron varios hombres en el suelo golpeados, su capitán estaba pelando contra un Gyojin, el los vio llegar  y de un solo golpe mando por los aires nuevamente al tipo.

- Zoro encárgate de el - Comenzó a correr hacia el edificio - Se llevaron a Shoshi.

- Luffy - Grito Zoro y su capitán volteo a verlo impaciente - Yo iré - Soltó con seriedad -

El pelinegro detuvo su paso y lo observó un par de segundos, analizándolo atentamente, asintió con tranquilidad y se devolvió al lugar donde estaba Nami y Usopp, el espadachín paso por su lado, le dio un asentimiento y siguió hasta el edificio.

...

Se levanto del piso rápidamente a penas el efecto del veneno se fue de su cuerpo, necesitaba salir de ese lugar pronto y encontrar a Satoru, tenía que saber que estaba ocurriendo con el ¿Por qué estaba permitiendo tales atrocidades? ¿Por que le estaba haciendo pasar por eso a Momo?

La puerta estaba cerrada con llave, retrocedió un poco, alzó la pierna con velocidad y en el último momento le añadió peso a su zapato, la puerta salió volando de su lugar, los guardias apostados en el pasillo la miraron atónitos. Se deshizo de ellos con facilidad, y continuo avanzando a trote rápido, dejo que su cuerpo la guiara, se sentía igual de atraída que un iman a una habitación en la ala sur del edificio.

Podía reconocerlo a pesar de la distancia, aunque hayan pasado doce años, jamás podría olvidar su rostro, y verlo allí enfrentando a Zoro, le generaba una mezcla de sentimientos extraños, el espadachín de los Muwigaras estaba atacando sin miramientos, y el pelinegro esquivaba con gracia cada ataque, y respondía con fuerza. Se imagino que al igual que ella, tuvo que aprender a la mala como defenderse en la vida, pero tenía una fuerza brutal, casi inhumana, si Zoro fuese una persona común probablemente ya estaría muy mal herido.

Al llegar hasta ellos, sentio su cuerpo entrar en pánico, tenerlo tan cerca hacia que quisiera correr a abrazarlo y llorar, porque lo había extrañado muchísimo, pero en sus ojos podía ver la locura e irá danzar fieramente, su dulce Satoru ya no vivía allí.

Su hermano volteo a mirarla, su postura cambio inmediatamente, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras acortaba la distancia entre los dos, dejando la pelea con el peliverde de lado.

- Shiho realmente eres tú - Tomo su rostro con ambas manos y la miro embelesado -

- Satoru-kun - Susurro aturdida por su cercanía -

Los años no habían pasado en vano, aquel joven desnutrido y lastimado que fue su compañero de celda, hoy era un hombre fornido y músculo, traía su cabello más corto pero aún así se desordenada en las puntas en ondas, su rostro estaba definido por una mandíbula bien marcada, pero sus ojos ya no tenían esa ternura que su hermano irradiaba, hoy estaban teñidos con oscuridad.

- Te extrañe demasiado - Junto sus frentes - Momo-chin me dijo que estabas aquí, pero no podía creerlo hasta verte.

El que pronunciará el nombre de Momo fue lo que la hizo salir del transe de su cercanía, puso sus palmas en su pecho y lo empujó con fuerza.

- ¿Qué ocurre Shiho? - Frunció el ceño confundido -

- ¿Qué has hecho? - Escupió con rabia - ¿Por que la convertiste en esclava?

- ¡Jamás permitiría que ella hiciera eso, anoche se escapó del edificio! – Apretó el tabique de su nariz molesto -

- ¿Por qué permites que ocurra está mierda en la isla? ¿Qué está mal contigo?

- No lo entenderías.

El que no lo negara logro que su corazón se apretara, cerro sus puños con fuerza, neutralizando como pudo  sus emociones, no debía dejarse llevar, tenía que acabar con esta miseria.

- Trata de explicarme - Susurro con dolor-

- Este no es el momento preciosa - Acaricio su rostro con dulzura -

Ella quedó congelada en su lugar, el jamás la había llamado así, se sentía completamente extraña, el lugar donde había estado si mano estaba hormigueando levemente.

Sintió a Zoro ocupar el lugar junto a ella, tenía sus Katanas guardadas, y sus brazos cruzados sobre su pecho, ella miro al peliverde aún un poco descolocada por la acción de Satoru, el espadachín lo estaba mirando furioso.

- No la toques - Soltó frío -

- ¿Quién te crees que eres ? - Satoru volvió a estar molesto -

- Soy su nakama - Poso su mano en sus Katanas -

- Y yo soy el padre de su hija - Soltó serio-

Ella se atoro con su propia respiración, no entendía que estaba pasando por la mente de Satoru, para ella; el y Momo siempre fueron sus hermanos, eran una pequeña familia, pero jamás se imagino a ellos como los padres de Momo.

- Satoru nosotros somos hermanos - Lo miro aterrada de su mente -

- Nuestro amor va más allá que el de hermana Shiho - Alzó su mano para acariciarla nuevamente, pero fue detenido por la parte sin filo de la katana de Zoro -

- No te pases - Lo alejo -

- Tu no te pases imbécil - Le dedicó una mirada de odio al espadachin mientras dejaba caer su mano a un lado, volvió su vista a Shiho - Momo te ama como su madre.

- Esa niña no es mi Momo, cuando deje Mary Geoise Momo-chin estaba muerta - Su voz tembló levemente -

- Tu pensabas que estaba muerta - Corrigió con suavidad - Yo la encontré al borde de la muerte, me la lleve de la Isla junto con los Gyojin y la salve.

- Imposible, no la hubiera abandonado, su cuerpo estaba sin vida, me lo quitaron de los brazos - Se abrazo a si misma -

- No te preocupes, no te culpo Shiho, ese día fue difícil para todos, es entendible que estuvieras en shock.

- No se parece a Momo - Siguió debatiendo -

- Cariño, ella tenía tres años en ese entonces, hoy tiene quince, han pasado doce años, es toda una mujer ahora - Soltó con dulzura -

- No me trates así - Le estaba cansando su actitud - Eres mi hermano.

- No lo somos - Sentenció serio - No compartimos la misma sangre.

- Eso no importa y lo sabes, tu y Momo fueron mis hermanos, mi única familia.

- Somos una familia Shiho, pero no somos hermanos, nosotros cuidamos a Momo como nuestra hija, entre tu y yo siempre hubo una química diferente, nuestro amor es muy diferente al fraternal.

- Lo siento Satoru-kun pero mi amor por ti sí es fraternal - Lo miro con lastima -

- Te darás cuenta que no es así - Le sonrió tranquilo - Momo merece una vida junto a sus dos padres.

- Momo merece una vida libre, y tú la estás obligando a esclavizarse, estás permitiendo una vida llena de miseria a muchas personas, tu sabes la mierda que es eso ¿Por qué lo haces?

- Sabía que algún día vendrías, tarde o temprano tratarías de salvar a estas personas, siempre tuviste un corazón de oro - Le sonrió -

Pero su sonrisa no llego a sus ojos y ella que lo conocía a la perfección lo noto, su corazón aún no quería reconocerlo pero su cerebro lo tenía asumido desde el minuto uno en que lo vio, el hombre frente a ella, si era Satoru, pero su hermano había muerto, no queda más que un ser detestable y asqueroso viviendo en el.

Rozo con sus dedos tímidamente la mano de Zoro, este la miro de reojo, ella aún estaba mirando fijamente a Satoru, pero al sentir la mirada del espadachín asintió  dándole pase libre al peliverde.

Aunque su corazón se sintiera quemándose en su pecho, debía detener está miseria. Y si para eso debían primero, acabar con Saturó, tendría que hacerlo, con el dolor de su alma.

Liberados - Roronoa ZoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora