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Levantó su cabeza para observar la puerta, después de tocar un par de veces, Nami entró a la habitación, ellos seguían acostados en la cama de la peliceleste, se acercó hasta ellos y se sento a los pies de la cama.

- Ya está todo listo - La colorina observó afligida a su amiga - ¿Crees que estará bien?

- Es fuerte, lo logrará - Zoro soltó con seguridad mientras acariciaba con ternura el rostro de la mujer -

Nami sonrió levemente ante la declaración y gesto del espadachín, al menos podía confiar en él para la recuperación del alma de la peliceleste, sabía que él no era un ser frio sin sentimientos, y que era alguien totalmente confiable y leal, pero jamás se imaginó que dentro de él existiera esta persona tan dedicada y dulce.

- Oi estupida - golpeo su frente con suavidad - Despierta.

La navegante se cayó de la cama del salto que le provocó tal acción, quedó en blanco al ver semejante cambio de personalidad ¿Como podía ser tan dulce y tierno en un momento y luego un completo imbécil? Se levantó del suelo molesta, no podía confiar en Zoro, después de todo debe tener solo una neurona.

- ¡Tratala bien! - Le grito molesta, dispuesta a golpearlo -

- Está bien Nami-san - La peliceleste se sentó en la cama - No sabe actuar de otra manera - Soltó una risa suave y se sentó en la cama -

- Está todo listo Shiho-chin - Nami tomo sus manos y las apretó con dulzura -

- Bien, vamos - Respondió luego de soltar un largo suspiro -

Se levantó de la cama junto con Zoro, este la tomo de la mano, le dedicó una mirada verificando su estado, ella le sonrió y este le correspondió suavemente, juntos salieron de la habitación con la pelinaranja detrás de ellos, ya había caído la noche y sus compañeros, habían arreglado la cubierta con luces colgantes y velas, Franky había hecho rápidamente una balsa que llenaron con flores en dónde posaron el cuerpo de Momo entre ellas.

Todos los muwigaras estaban sosteniendo una vela al rededor de la balsa, Nami le entrego una a ella y a Zoro, sintió nuevamente el nudo instalarse en su garganta, sin soltar la mano del espadachín se acercó a su hermana, parecía estar durmiendo pacíficamente, eso la consoló un poco, saber que ya estaba descansando en paz realmente, quizá las intenciones de Satoru fueron buenas, pero su hermana había dejado el mundo de los mortales hace trece años atrás, le dió un casto beso en la frente y se alejo.

Nami le dió un asentimiento a Franky, y este bajo el bote al mar, todos se acercaron a la baranda y observaron como el mar mecia suavemente la pequeña embarcación.

- ¿Tienes algunas palabras Shiho? - Luffy la sorprendió con su seriedad -

- Es dificil pensar en algo - Soltó con voz ronca evitando llorar - Deseo que a dónde quiera que vaya su alma pueda disfrutar de la libertad que le arrebataron siendo tan pequeña, merecía una vida diferente, nunca dejare de pensarte Momo-chin, siempre serás mi hermanita - Termino por quebrarse -

Zoro la acercó a su pecho y la acobijo entre sus brazos, Usopp lanzó una esfera de fuego y el pequeño bote se encendió en llamas, se quedaron observando cómo se consumía en el medio del mar hasta que ya no quedó nada.

- Muchas gracias por quedarse conmigo hasta el final - Susurro aún mirando el punto dónde estuvo el bote -

- Somos nakamas, estaremos siempre contigo - Luffy tomo su mano -

- Aún sigues con eso.

- Hasta que lo creas - Sonrió ampliamente y se fue -

Esa noche durmió abrazada a Zoro en la enfermería, apenas poso su cabeza en el pecho de este, y tras un par de caricias suaves sobre su cabello cayó profundamente dormida, el era su lugar seguro en esos momentos, y no sabía cómo sentirse al respecto. Apenas amaneció el rubio entro a la habitación llamando la atención de ellos.

- Vamos a comer algo Shiho-san, debes estar hambrienta - Se acercó a ella Sanji, para ayudarla a levantarse de la cama-

- No tengo hambre - Le sonrió con suavidad, aceptando su mano-

- Vas a comer - Soltó el peliverde tajante - No te has alimentado bien, además, estás herida, debes comer, cejas de remolino, prepara comida para la estúpida - Se sentó en la camilla, refregandose su ojo -

- Ey tu no me mandes y no la trates así - Solto furioso -

- Si, no soy estúpida - Se cruzó de brazos molesta - Y a mi tampoco me mandas.

El espadachín tomo su mano y la llevo a sus labios, le dió un suave beso que provocó que la mujer se sonrojara inmediatamente y abriera los ojos sorprendida de su actitud.

- Por favor Shiho, come algo, debes cuidarte eres ahora parte de la tripulación del futuro rey de los piratas, debes ser fuerte para pelear a su lado - Le sonrió de lado - Además, te ayudaré a entrenar para estar a la altura del rey y no te daré descanso.

- ¿Q-que? - Logro decir totalmente avergonzada -

- Vamos - La empujó fuera de la habitación -

Se dejó guiar por el espadachín al interior de la cocina, la sentó en el comedor y se ubicó a su lado, Sanji comenzó a cocinar en silencio, pero podía notar su mirada de curiosidad clavada en ellos.

- ¿Cómo te sientes ahora? – Puso una de sus manos sobre su pierna, por debajo de la mesa –

- Mejor – Se recostó sobre su hombro y cerro sus ojos – Aun me siento muy cansada mentalmente.

- Es normal Shiho-san – Comento el rubio cocinando – Has pasado por mucho estos últimos días.

A la cocina entraron Usopp, Chopper y Luffy, se sentaron en silencio frente a ellos y los miraron concentrados, la mujer abrió sus ojos al sentirse observada por los seis pares de ojos de sus amigos, se levanto del hombro de Zoro y los miro con el ceño fruncido.

¿Qué les ocurría?

- Te vas a quedar con nosotros ahora que estas saliendo con Zoro – Soltó el renito –

-¿Qué? – Preguntaron ambos incomodos – No estamos saliendo – Hablaron al mismo tiempo, logrando sonrojarse -

- Zoro ¿Y si le pides matrimonio? Para que sea nuestra nakama – Lo miro serio Luffy –

- ¿De dónde sacan tantas estupideces? – Se levanto sonrojada –

- Shiho-san, tu comida esta lista – Sanji le sirvió su plato frente a ella –

- No tengo hambre…

- Ya hablamos de esto Shiho, tienes que comer – Zoro tomo su mano y la obligo a sentarse nuevamente –

- Por primera vez estoy de acuerdo con el marimo, necesitas recuperar fuerzas y nada mejor que comer un buen plato –
Se sento en la cabecera de la mesa –

La mujer comio de mal humor en silencio, regalando miradas asesinas a todos los presentes, Zoro había retirado su mano de su muslo y se sentía ligeramente desprotegida sin su tacto sobre ella, volteo a verlo con mas odio que al resto, el peliverde alzo sus cejas confundido y ella gruño levemente para luego volver a concentrarse en su plato.

Pensar en él lograba reconfortar a su pobre corazón, lograba hacerla sentir mejor incluso en sus propios pensamientos ¿Cómo era posible que el llegase a ocupar un lugar tan importante dentro de ella tan pronto?

- Shiho-chin – La llamo Usopp - ¿Por qué nos miras así? Solo queremos que nuestra amiga se quede con nosotros – Jugo triste con un tenedor sobre la mesa -

- Chicos yo… - Medito si decirles realmente lo que pasaba por su cabeza en esos momentos, limpio su boca con una servilleta – Cuando salí a la mar hace años, mi propósito siempre fue encontrar a Satoru, al menos saber que había pasado con el después de que nos liberaron – Se levanto de la mesa, diciéndole la verdad de sus pensamientos – Ahora no tengo propósito alguno en la vida, ayer no solo perdí por segunda vez a mi hermana pequeña, también perdí a mi hermano mayor, dos persona que fueron mi pilar en el peor momento de mi vida – Tomo el pomo de la puerta – Yo tengo que pensar que hare con mi vida ahora – Abrió la puerta y observo el cielo despejado frente a ella – Quiero quedarme con ustedes, pero necesito meditarlo bien, y por primera vez tomar un camino que me haga realmente feliz – Volteo para regalarles una sonrisa y se fue del lugar –

Liberados - Roronoa ZoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora