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- ¿El Marimo estúpido está allí aun?

- Si - Soltó serio -

- ¿Lo vamos a buscar? - Le dio una calada a su cigarrillo -

- No, él llegará pronto.

Volvió a sentarse sobre la estatua rota del Ángel de la libertad, Sanji observó el desastre que había causado su capitán, sonrió orgulloso y se sentó a su lado.

...

- ¡Chopper! ¡Chopper!

El tirador se acercó al barco gritando, aún con Shiho inconsciente en sus brazos, más atrás venían corriendo Nami y Robin, la arqueóloga estaba usando su poder de la fruta del diablo para trasladar a la rubia que se seguía quejando y moviendo a pesar de estar amordazada y atada tanto de manos como de pies.

Al escuchar los llamados de sus Nakama, el reno y los demás se acercaron a cubierta, rápidamente los ayudaron a subir.

- ¿Qué le pasó a la hermana Shiho-san? - Franky le quitó a la peliceleste de los brazos al moreno -

- Llévala a mi consultorio - Lo guío Chopper -

Los demás se quedaron a observar a la rubia quien seguía quejándose en la cubierta del Sunny, Robin le soltó la mordaza y ella los miró con furia.

- Suéltenme inmediatamente - Gritó Momo -

- ¿Quién es la joven gritona? - Brook se acercó a Robin -

- Es la hermana de Shiho-chin - Respondió Nami -

- ¡Soy la hija! - Se encolerizo -

- ¿Cómo? - Ladeó la cabeza confundido el músico -

- Es una larga historia - Comentó el moreno de brazos cruzados frente a la rubia - Eres una niña muy mentirosa.

- Cállate imbécil - Escupió molesta - Déjenme ir, quiero ir con mi mamá - Lloriqueo -

- Nuestro doctor está tratando a Shiho-san, cuando este mejor podras verla - La miro calmada la morena -

- Ahora pequeña mentirosa, dinos todo lo que sabes sobre esta asquerosa isla - Nami se acercó con una mirada amenazante -

- No tengo que decirles nada - Volteo su rostro enojada -

...

Abrió lentamente sus ojos, se sentían pesados, tenía su boca seca y el cuerpo adolorido, nuevamente se encontraba en el barco, podía sentir al renito moverse de un lado a otro en la habitación, apretaron su mano con delicadeza, volteo su cabeza y le dedicó una sonrisa adormilada al cyborg, quien la estaba mirando con los ojos llenos de lágrimas.

- Despertaste hermana Shiho-san - Acercó su gran mano a su rostro y saco desde el centro de esta la pequeña manito para acomodar el cabello  de la peliceleste con cariño -

- ¿Lo dudaste? - Soltó con voz suave -

- Jamás - Le sonrió confiado -

- ¿Dónde está Momo? - Se sentó en la cama con un poco de dificultad, pero Franky la ayudó en todo momento -

- Shiho-san debes descansar, tienes una herida muy profunda, se te puede abrir - Se acercó a ellos Chopper -

Ella asintió, cerrando sus ojos para buscar a su hermana a través de su haki, dio con ellos rápidamente, frunció su ceño levemente al sentir una presencia extraña en el barco, no brillaba igual que el resto, tenía un aura oscura y titilante, abrió nuevamente sus ojos, observo las caras preocupadas de sus amigos.

- ¿Quién  más está en el barco, además de nosotros?

- ¿Como? - Ladeo su cabeza el doctor -

- Siento una presencia extraña - Quiso levantarse -

- Shiho-san - Intento detenerla Chopper -

- Tengo que ir a ver a los demás - Forcejeo con el doctor que ya había tomado una forma más robusta y grande -

- Franky ayudame - Miro al cyborg buscando apoyo -

- Deja de moverse Shiho-san , yo te llevare con el resto - Se levantó de la silla junto a la camilla -

- P-pero Franki - El reno lo observo molesto -

- Gracias Hermano Franky.

- No sirve de nada pelear contra ella - Tomó en brazos a la peliceleste - Es una cabeza hueca - Soltó cansado -

Los tres salieron de la enfermería rumbo al acuario, allí se encontraban los demás interrogando a la más pequeña, la rubia al ver a la Shiho entrar trato de acercarse a ella inmediatamente, pero aun seguía amarrada de manos y pies, por lo que solo logró caer a el suelo y comenzar a despotricar contra los mugiwaras.

La peliceleste salto con rapidez de los brazos del cyborg ignorando todo el dolor que sintió al caer al suelo, se acercó a la rubia y desató sus manos y pies, la pequeña se colgó en el cuello de Shiho y comenzó a llorar.

- Mami, estas personas me han estado haciendo daño - Se abrazó con más fuerza a la mujer -

- ¿Mami? - Soltó confundido Franky -

- Momo-chin - Alejó levemente a la rubia y la observó con el ceño fruncido - No se que te haya dicho Satoru, pero nosotros somos hermanos, ambos te dimos todo nuestro amor, pero no somos tus padres - Acaricio su cabeza -

- No mientas mamá - La empujo logrando que la peliceleste cayera de nuevo al suelo, la rubia se alejó de ella molesta - No ensucies la palabra de papá.

- Momo-chin - Susurro sintiendo su pecho apretarse -

- No te basta solo con abandonar nuestra familia para ser una maldita pirata, además, mientes sobre tu naturaleza, me desconoces ¿No sabes cuanto duele?

- No fue mi intención dejarlos, desde que escape de Marie Geoise lo he estado buscando, he dedicado mi vida para dar con Satoru - Sintió las lágrimas caer por sus mejillas - Encontrarte a ti ha sido un milagro - Acercó su mano para tocar a su hermana -

- ¡Mientes! - Gritó con rabia mientras comenzaba golpear a la peliceleste -

Sus manos fueron detenidas por las manos nacidas del suelo gracias a Robin, Chopper se acercó corriendo a ellas, y revisó a su amiga, Shiho tenía una mirada lastimada, pero no parecía registrar el dolor físico, el renito volteo a ver a la rubia molesto.

- No toques de nuevo a Shiho-chin - Solto con rabia -

- ¡Callate mapache! - Forcejeo con las manos de Robin - ¡Suéltame bruja!

- Basta Momo - La peliceleste se puso de pie, miro a Robin con tranquilidad y esta soltó las manos de la chica - No le hables de esa manera a mis amigos, ellos nos están ayudando - Se acercó a la rubia -

- Ellos nos van a separar de papá - Su labio tembló -

- Satoru no está bien - Susurro con dolor -

- ¿Y por eso lo vas a dejar? Tal como me dejaste a mi tirada en Marie Geoise - Comenzó a llorar -

- Y-yo...

De pronto sin aviso alguno la chica cayó inconsciente en el suelo con fuerza, Shiho la tomó rápidamente entre sus brazos, tratando de despertarla sin éxito, el reno se acercó a ellas y comenzó a ayudar a la rubia, miró aterrado a sus compañeros, tenía miedo de decir lo que que estaba pasando realmente, no quería herir más a Shiho, sabía que apenas diera el diagnóstico, su amiga se descompensaria inmediatamente, trago duro y volvió su atención a la chica nuevamente.

¿Como es que esto había pasado tan de repente?

Liberados - Roronoa ZoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora