30. Desafio

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AINHOA

No estoy segura de si puedo llamarlo mi novio, pero llevo una semana saliendo con Aaron. Es mucho más romántico de lo que imaginaba, a su manera, claro. No es del tipo que dice "te quiero" a cada rato, abre la puerta del auto o me trae flores a la casa. Sin embargo, demuestra su cariño de otras formas: escucha atentamente cada detalle de mis historias, incluso las más insignificantes, y me mira de una manera que nadie más lo ha hecho. A veces, toma mi mano y la acaricia suavemente con el pulgar, y eso me provoca un cosquilleo indescriptible. Lo único que me parece un poco raro es que aún no hemos tenido sexo. No dejo de preguntarme si no le atraigo de esa manera o si simplemente está esperando el momento adecuado para no presionarme. En el pasado, solía decirme que solo quería acostarse conmigo, pero nunca volvimos a hablar de eso, y me inquieta pensar que podría haber algo de verdad en sus palabras. Aunque no ha dado señales de querer dar ese paso, me sorprende que después de todo este tiempo juntos, especialmente después de nuestra visita a la colina, aún no haya pasado nada más allá de un beso suave en la mejilla y una promesa de otra cita.

—¿Cómo está la enamorada del siglo? —me pregunta India mientras cierro el casillero.

—No estoy ena...

—Ya, deja de negarlo —me interrumpe, sacudiendo la cabeza—. Además, ya lo admitiste, ¿recuerdas?

—Sí, lo admití ante ti, pero no voy por ahí proclamándolo —me encojo de hombros—. Además, ni siquiera sé si él siente lo mismo.

India suspira, visiblemente irritada, y me agarra por los hombros.

—Le gustas mucho, quédate con eso. Si no siente algo ahora, lo hará en unos días o meses.

—¿Y si quiere estar con otras chicas?

—Mmh —murmura pensativa mientras comienza a caminar—. Si quisiera estar con otra, ¿te molestaría? —me quedo en silencio, reflexionando mientras ella sigue hablando—. Esa es la pregunta que debes hacerte.

¿Me molestaría que Aaron estuviera con otras chicas?

Sí, bastante.

—No me molestaría —miento, abrazando mis libros contra el pecho.

—Entonces tú también puedes hacer lo que quieras —India se pone frente a mí y comienza a caminar de espaldas, sus enormes plataformas resonando en el suelo—, como ir a una fiesta y encontrar a un chico más guapo que él.

—¿Crees que hay alguien más guapo?

India se detiene de repente y choco con ella.

—¿Quieres la verdad?

—Para eso eres mi amiga, India.

—Entonces no, Aaron es el chico más guapo que he visto en mi vida.

¿Por qué querría estar con alguien más si Aaron es literalmente la persona más hermosa del mundo?

—Pero... —levanta su dedo índice—, quizá haya personas con mejor carácter; no todo es apariencia.

—Como Zeke —digo, comprendiendo lo que quiere decir.

—Hey —India me empuja suavemente con el hombro—. Zeke no solo es guapo, también tiene una...

—¡SHHH! —le tapo la boca con la mano—. No quiero tantos detalles —hago una mueca como si fuera a vomitar—. No necesito saber tanto.

—Si supieras... —se ríe, y yo siento cómo me sonrojo.

De repente, un brazo rodea mis hombros.

—Hola, rubia —me dice Aaron, dándome un beso en la mejilla.

Pude haber sido yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora