AINHOARealmente, quería matarla.
Estaba a punto de estar con Álvaro cuando India decidió llamarme por teléfono.
Al llegar a la puerta de su casa, me sorprendió ver una camioneta blanca estacionada en el frente. Nadie en su familia tiene auto, así que lo primero que pensé fue que estaba a punto de acostarse con alguien y no tenía condones. Supongo que esa debe ser la "emergencia".
¿Acaso quiere que toque la puerta y diga: "Hola, hermana de otra madre, te dejo esto para que no me hagas tía tan joven. Ya me devolverás el favor"?
Después de tocar el timbre por tercera vez sin respuesta, la paciencia comenzó a agotárseme hasta el punto de salirme por los oídos. No soy precisamente conocida por mi paciencia; de hecho, todo lo contrario. Además, soy extremadamente, pero extremadamente, ansiosa. Estaba a punto de bajar la puerta de una patada cuando escuché una voz familiar desde adentro.
Acerqué mi oreja a la puerta y oí la voz de India hablando en voz baja con alguien.
—¡Abre la maldita puerta, India!
—Me das miedo, tienes que calmarte. Esto no fue mi culpa —responde ella, su voz temblando desde el otro lado de la puerta.
—Y deberías temerme. ¿Sabes lo que acabas de hacerme?
—Fui obligada... —escucho una risa apagada detrás de la puerta.
—Ya estoy cabreada, ¿de qué hablas?
Retrocedo un paso al oír cómo el pomo de la puerta se mueve. Me cruzo de brazos, lista para darle una buena regañada a India, pero entonces, la persona que menos esperaba ver aparece en la entrada.
Alguien va a enojarse.
—¿Qué haces tú aquí? —suelto antes de que cualquiera de ellos tenga tiempo de hablar.
—Te olvidaste de mí, ¿no, Rubia?
Mierda. El trabajo.
—No entiendo qué está pasando.
—Bueno, entra y te explicaré —India me toma del brazo y me arrastra hacia adentro.
Una vez dentro, me acerco a la sala de estar, el lugar donde India y yo hemos visto Juego de gemelas tantas veces que ya perdí la cuenta. El buen recuerdo me hace bajar la guardia por un segundo, pero enseguida me acuerdo de lo desconcertada que estoy y recupero mi enojo.
No sé qué me molesta más: que India haya interrumpido lo que estaba a punto de pasar con Álvaro o que su "emergencia" tenga que ver con Aaron... en su casa... solos.
—Déjame explicarte —dice India, visiblemente nerviosa.
—Espera un segundo... no me digas que... ¿ustedes dos...?
—¡¿Qué?! NO —exclama India, agitando las manos como si intentara espantar la idea.
—Auch... mi ego —sueltó Aaron, antes de desplomarse en el sillón con una sonrisa.
—No te ofendas, estás buenísimo —dice India, mirándolo brevemente antes de volver su atención a mí—, pero no, Ainho, no es eso.
—Entonces, ¿qué está pasando? Me interrumpiste en algo muy importante.
—Puedo imaginarlo —dice Aaron con tono arrogante—. ¿Qué pasa? ¿Quedaste insatisfecha?
India se queda con la boca abierta, completamente atónita, como si no pudiera creer lo que acaba de oír. Trató de decir algo, pero las palabras no le salían, algo raro en ella, que siempre tiene una respuesta lista.
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Pude haber sido yo
Teen FictionAinhoa ha logrado superar un pasado doloroso y actualmente disfruta de una vida feliz con amigos, un novio que la ama y excelentes notas en la escuela. Pero todo cambia con la llegada de un nuevo alumno en North Hill, Aaron, cuya presencia despierta...