Capitulo 4: El chico amable

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Abro los ojos de a poco pero sigue estando algo oscuro, agarro mi móvil que esta en la mesita junto a mi cama y veo la hora: las 11 de la noche.

Podría seguir durmiendo, pero mi estomago cruje justo en el momento que iba a voltearme para seguir durmiendo.

Maldición.

Enciendo las luces y me siento en mi cama, pensando en que puedo comer, y donde.
Reviso mi móvil, y tengo un mensaje de Michael, pero lo envío hace una hora.

Michael: si tienes hambre puedo acompañarte a algún sitio.

Michael: me han dicho que puedes ir a la cocina a la hora que te despiertes para que comas, te lo dajaran todo listo, les dije que es muy probable que te durmieras porque estabas muy cansada.

Buenas noticias querido estómago, ya sabemos donde está nuestro querido y apetecible alimento.

A por el.

Llevo puesto un short negro, y un top blanco, asique me coloco una sudadera de esas anchas que me compre hoy en la tarde en la salida con Michael, es negra y tiene un oso bastante cute en el centro, me peino un poco mi pelo castaño, pero esas ondas algo alocadas que tengo no me dejan opción, asique me coloco mis zapatillas blancas y mejor salgo con la capucha de la sudadera puesta.

Manos en mis bolsillos comienzo a caminar, tratando de recordar donde estaba el condenado comedor, pero pasan los minutos y claramente mi cerebro sigue dormido, porque no logro dar con el lugar. En eso que maldigo, escucho risas que vienen desde una habitación cercana, avanzo y me paro en la puerta que está abierta, y son los chicos, no todos solo 5, que están jugando a la play.
Ahora entiendo las risas y gritos.

Vaya vaya, aquí está otra vez nuestro querido y adorable-yo lo encuentro asi- amigo Gavi, y esta con Pedri, Marcos, Rossi y Steell. Bueno debo ir acostumbrándome a encontrarme a las figuras de este club en todos sitios.

Toco la puerta pero están tan metidos en su juego, que ni cuenta se dan, lo repito y nada.

-Chicos...

-Golazooo- Pedri empuja a Gavi- enserió eres muy malo hijo mio.

No me escuchan, me ignoran. El hambre no me pone de buen humor, asique debo levantar sutilmente la voz para ser tomada en cuenta.

-¡EEEYYYY!

-¡AH!- gritan todos al mismo tiempo asustados.

Creo que no fui muy sutil, je.

-Lo siento.

-Joder- Marcos se deja caer en el sillón.

-Madre mía niña, quieres que nos de un infarto por lo que veo- Pedri con la mano en su pecho y los ojos cerrados.

Gavi me mira con su cara normal de miedo y me hace gracia, suelto una risita.

-De verdad lo siento, pero ustedes no me escuchaban cuando les hable.

-¿Necesitas algo?- Gavi me pregunta muy amable.

-De hecho si- digo con una sonrisa- ¿me pueden decir donde esta el comedor?

-Esta aquí casi a la vuelta- Gavi se pone de pie- yo te acompaño.

-No te preocupes, sigue jugando- Steell lo vuelve a sentar- yo te llevo me dice pasando por mi lado.

-Ok gracias- me despido moviendo la mano- buenas noches y perdón de nuevo.

-Buenas- me dicen.

-Vaya susto nos has dado- Stell mientras ríe- ¿porque no comiste con todos hace un rato? ¿Malas caras?

Sola Por Las Calles De BarcelonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora