Capitulo 32: Te esperaré

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Masajeo con cuidado sus suaves manos, mientras veo sus ojos, esos ojos que adoraba porque siempre me miraban con ternura, y que ahora no hacen más que estar cerrados.

Acerco su mano a mi boca y le doy un tierno beso, cerrando los ojos, pidiéndole a Dios que porfavor lo despierte, que porfavor permita que esos lindos ojitos cafés me miren de nuevo.

Luego de un rato, siento como se abre la puerta de la habitación, y abro los ojos, viendo a Marta entrar. Sus ojos están hinchados y rojos, probablemente igual que los míos, a duras penas trata de sonreírme mientras se acerca a Gavi, y le deja una tierna caricia en la frente.

-Mi niña deberías ir a descansar y comer algo.

-Estoy bien asi- murmuro a pesar de que el cansancio que siento en mi cuerpo me sobrepasa, yo no quiero dejar a Gavi ningún minuto.

-Te ves cansada y luego de...

-De verdad estoy bien- sonrio levemente- cuando me de hambre iré a la cafetería, pero ahora- suelto un suspiro- solo quiero estar cerca de él.

-Esta bien.

-¿Que ha dicho el médico?.

-Que él ya debería haber despertado- cierro los ojos al escucharla- pero que por el golpe fuerte que recibió, puede demorar un poco más.

-¿Puede...tener alguna consecuencia?.

-Eso lo sabremos cuando despierte, y cuando estén los resultados de los exámenes que le hicieron.

-Vale- digo casi sin voz.

-Tengo miedo- escucho como se esfuerza para no llorar nuevamente.

-Él estará bien- la miro tratando de mantener una sonrisa para ser un apoyo, aun cuando no puedo ni conmigo misma por el miedo que siento- es un niño fuerte, el despertará y...pronto estará de nuevo saltando en una cancha.

-Eso es todo lo que quiero- responde y su móvil comienza a sonar- es mi madre, iré a contestar, esta preocupada.

-Esta bien- me escucha y sale de la habitación.

Vuelvo a ver a Gavi, y suelto un suspiro, nose cuanto tiempo esté así, pero si sé que estaré aquí hasta que habra los ojos.

-Te esperaré...estaré aquí y no me iré hasta que despiertes y estés bien- masajeo su mano- pero no te demores mucho, que estoy un poquito asustada ¿vale?.

Dejo caer poco a poco mi cabeza sobre nuestras manos unidas y cierro los ojos.

Al día siguiente...

Estoy sentada en un pequeño sillón individual, justo al lado de la camilla del hospital, en este sillón pasé la noche, esperando.
Tomo un sorbo de café mientras miro a Gavi, lamentablemente aún dormido.

-¿Por qué no despiertas?- balbuceo limpiandome una lágrima más que cae por mi mejilla- el doctor dice que no deberías haber estado más de unas pocas horas dormido...y no entiendo porqué no le haces caso y despiertas.

Se me nubla la vista y levanto la mirada, sé que el me necesita fuerte, pero como podría estarlo, si ya es el segundo día en que no abre sus ojitos, no se mueve, no reacciona. Me acerco a él, afirmando un brazo en la camilla y con la otra acariciando su rostro con cuidado.

-Porfavor despierta, quiero que vuelvas a ser el niño revoltoso de siempre- suelto una pequeña risa al recordar sus entrenamientos, donde gritaba cuando algo no le resultaba, o regañaba porque alguien lo molestaba- verte pelear con los chicos en los entrenamientos, o que me esperes hasta que termine el mio y me tomes en brazos hasta mi habitación.

Sola Por Las Calles De BarcelonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora