Estamos sentados sobre el césped de la casa de sus padres, en la parte de atrás, el acostado sobre una colchoneta y yo sentada cerca de sus pies.
-Tres más y estamos listos- le señalo mientras hacemos los ejercicios que le recomendaron.
-Uno- flexiona su pierna lentamente.
-Dos.
-Y tres- comenta cuando terminamos.
-No te duele nada ¿verdad?.
-No, molesta un poco, pero lo normal.
-Vale, voy a colocarte los calcetines.
-Yo puedo mi niña- trata de alcanzar el calcetín pero le gano.
-Yo lo hago- le sonrío y el también aunque sé que no está alegre.
No lo ha estado ninguno de los días que lleva de recuperación. Y aún quedan muchos.
-Jugaste bien hoy- escucho mientras le acomodo los calcetines- como siempre en realidad.
-Quería convertir un golcito, para dedicártelo, pero hoy no anduve muy fina- hago puchero.
-Tienes muchos partidos para hacerlo- dice desganado- no como yo, que no podre en varios.
-No hablemos de eso- trato de distraerlo para que no este triste de nuevo- podríamos...
-Como no voy a hablar de eso, si es lo que me tocó- me interrumpe mirando a un punto fijo.
-Lose, pero no te hace bien, hablarlo.
-Tengo que acostumbrarme.
-Suspiro- ¿mi niño y si jugamos basquet?.
-No puedo correr ni saltar.
-Pero solo a encestar, yo te alcanzo el balón.
-No te voy a tener de sirvienta.
-Que dices- me rio acercandome a el, rodeando su cuello con mis brazos- yo lo hago feliz, que sabes que me gusta que me enseñes.
-No tengo ganas- trata de sonar amable, pero él cabreo nunca lo ha podido disimular.
-Pienso un momento- ¿y si pintamos?.
-¿Pintar?.
-Si, con...acuarelas, siempre he querido intentarlo- murmuro emocionada.
-No lose...
-Anda, será divertido.
-No tengo ganas ahora.
-¿Seguro? Si quieres podemos hacer algo que sé te ocurra a ti, así no nos aburrimos...
-Si estás tan aburrida conmigo, mejor vete.
Me alejo de él lentamente y me quedo callada al escucharlo, sonó tan cansado de mi, tan cansado de todo.
-Yo solo quería que hiciéramos algo para que te la pases bien- murmuro luego de un rato.
-Pues te estoy diciendo que no.
-Vale, pero tampoco me hables así, pareciera...
-¡Es que no entiendes que no quiero hacer nada!- se sienta colocándose sus zapatillas- y si tanto te aburres aquí, no estas obligada a estarlo.
-Yo estoy aquí porque quiero estar contigo.
-Pero te quejas, y me aburre.
-Que dices- frunso el seño- no me estoy quejando.
-Si lo estas haciendo- se pone de pie y lo imito- talvez podrías ir donde tu amigo Marc, de seguro ese gilipollas te divierta más.
Pero que.
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Sola Por Las Calles De Barcelona
RomanceNiky comienza una vida completamente nueva y lejos de casa, luchando por su más grande sueño: el fútbol. Siempre ha estado concentrada en su meta, pero como sabemos no todo es color de rosa en la vida de una futbolista.