Cerca... Ben, estás cada vez más cerca: (2ª parte)

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Hola, de nuevo:

Esta es la primera de las que voy a llamar «cartas dudosas»; porque no sé cuando las leerás: si el día veintitrés o ya aquí, en España, a mí lado..., no, mejor te las daré para que las leas en casa, en cuanto vuelvas y después de que se produzca nuestra primera despedida en la verja.

Son especiales porque, al contrario que las primeras, «dudosas» también de alguna manera, estas representan una esperanza, un éxtasis de felicidad ante «El Regreso De Ben»; próximo estreno en las mejores «salas» de mi corazón...

¿Y por qué empiezo hoy? Porque tengo que entablar diálogo contigo, mi amor.
Sí, hoy llegaron cartas tuyas, fechadas hasta el día ocho de junio. Y más rosas... Me encantan.

Pero ahora tengo que salir. He quedado con Bego y Ester. Y «estos» se pasarán por su piso un momento. Me gustaría empezar a escribir, pero el deber es el deber.

Te quiero a las cinco menos cuarto de la tarde, como a cada instante.

Son las once menos cinco.

Antes de proceder, recordemos una vez más tus palabras favoritas, las de la película de El cuervo: «Si el amor es verdadero, nada puede separar a dos que están hechos el uno para el otro.» ¿Por qué? Creo que me atrevo a aventurar que lo hemos demostrado estos meses. Aunque pienso que me lo has demostrado tú a mí, mucho más.

Como es costumbre, Bego, Ester y Aurora han pasado cerca de cuatro horas en el Bécquer.
Te cuento: El tema de moda son las vacaciones. Hoy parecen más reales. Aunque haya muchos huecos aún.
Entre ellos está la incognita de tu regreso, el parecer de Brusli, el parecer de Rosa, escoger un lugar (ya no va a ser Oporto), determinar el dinero, buscar el alojamiento..., en fin. Para empezar, somos diez de momento: tú (mi amor), yo (tu «vida»), Bego, Ester, Rosa, Joselu, Fran, Rocky, Dani y Sergio.

Mis primos no veían con buenos ojos que nosotras entráramos en el paquete; Joselu opinó que deberían ir solo ellos cinco. Pero Rocky dijo que prefería esperar a que viniera «el Ben»; según parece, no se atreve a enfrentar él solo un viaje así; me refiero al tema de conducir y manejarse con el coche por otros lugares. Te necesita a ti para no perderse y encontrar aparcamiento (jajaja).
Joselu se molestó, pero yo le advertí que la idea original de ir a la playa surgió de nosotras, cuando pensábamos pasar días con Rosa, solo chicas, y que se habían sumado Dani y Rocky (y tú, claro), luego los demás, y nosotras no habíamos tenido problema en hacernos a la idea de «grupo mixto». Al final, hoy lo han asumido; que remedio, están en minoría.
No me quiero extender en este tema, que es obvio que me apasiona, pero espero que te enteres mejor en persona, cuando vuelvas.

Preferirás ahora saber que se me ocurre al leer tus cartas..., allá voy:

Tema uno: Sexo, empezamos fuerte... Por cuarta o quinta vez (ya no las cuento), dices eso de que el destino nos separó para darnos tiempo, para estar «preparados», y saltas al tema del sexo. Me encanta como hablas con alusiones, pero ya eres mayorcito para andarte con tabúes.

Quieres que nos conozcamos mejor; «el momento justo», dices, esperar a que llegue..., a veces he pensado que puede ser la causa kármica de esta separación. Te explico: me has oído mencionar que yo me prometí algo en septiembre...; parte de esa promesa fue no volver a acostarme con nadie de quien no estuviera enamorada. Según iban transcurriendo nuestros veintitrés días juntos, me era harto difícil mantener esa promesa...
Hasta hoy mismo la he mantenido, quiero que lo sepas, y la mantendré hasta ese «momento justo», porque tú lo quieres así..., según me das a entender.
Es que..., Ben, yo, el último fin de semana, cuando me di cuenta de lo que sentía por ti, ya decidí que no pasaría mucho más tiempo.

De Salamanca a HamallajDonde viven las historias. Descúbrelo ahora