¡Por fin...!:

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15 de mayo, sábado.

¡Por fin...!

Por fin tengo un rato para escribirte..., muy poco, solo unos minutos; hoy ha sido un día ajetreado y ayer ni te cuento...

Para que te hagas una idea: salimos ayer, primero estuvimos en casa de Ester hasta la una y media de la madrugada, y a las ocho menos cuarto de la mañana, me vine con mis primos a nuestras casas.
A las once y media, tuve que levantarme de la cama para ir a casa de Ester de nuevo, porque habíamos quedado a comer allí con mis primos, Rosa y Rocky.
A las cuatro y media vinimos a mi casa a ver el video del concierto.
A las seis se marcharon Rocky y mis primos.
A las siete y cuarto estábamos rumbo a la calle Toro para quedar con Bego.
A las ocho y cuarto ella se fue, y yo me he venido a casa, mientras Rosa y Ester han ido a la suya para ducharse y arreglarse, antes de ir de nuevo donde Bego a las once de la noche...

Yo, a esa hora, también espero estar allí, iremos a cenar y de nuevo bajaremos a la zona de marcha, solo que esta vez con los de Béjar; Toni, Elena y su novio.

Cansa al escribirlo, imagínate al vivirlo...
Pero en general el fin de semana está saliendo bien. Me encuentro cómoda.

Anoche la juerga fue..., pues la juerga. Pensábamos ir a los locales que le encantan a Rosa, pero acabamos la noche con los chicos en el Piper's, y casi no nos movimos de San Justo.
A ella no le molestó, porque pasaron cosas muy divertidas, entre ellas que Rocky decidió pirarse del trabajo y se quedo a dormir en casa de Ester.

Te lo contaré después con detalles, porque ahora son las nueve y media...

El reloj por fin avanza hasta las diez...

¿Sabes lo que siento? Un nerviosismo horrible.
Tengo que respirar profundamente para aliviar la agitación de mi corazón, y lo estoy pasando mal, porque a mí los nervios se me bajan siempre al estómago.

Hemos estado de pinchos y no podía meterme ni un bocado...; te juro que estoy temblando.

Tengo que hacer un esfuerzo extra para fijar el bolígrafo al papel y mantener un trazo firme.

No me atrevo ni a pensar que ocurrirá si no llamas..., en como me sentiré.

Lo tengo todo preparado; una silla, un boli y un papel, para apuntar días y todos los recados que me des para tu casa.

Estoy sola y eso es un gran alivio.

Te echado mucho de menos ayer y hoy. Esta tarde, al verte de nuevo en el video...

Quiero solo pensar en que pronto estarás aquí.

Te quiero, a pesar de que mi taquicardia actual no me deja oír mis pensamientos...

Solo deseo oírte, por fin...

Suena...

Son las diez y veinte..., y acabo de hablar contigo.

Siento todo aquello del «minuto», porque he averiguado ahora que da igual que se trate de uno, nueve o veinte... Serán escasos siempre.

Estoy llorando...

Supongo que es porque te quiero, y no puedo soportar no verte, no sentirte, no poder compartir contigo todo lo que me gustaría compartir; que por lo visto, es todo lo que vivo, cada segundo de mi vida...

Pero esta vez no voy a hundirme, no cuando me has hablado de los esfuerzos que tú tienes que hacer para no hundirte...

Quiero ser fuerte, por ti y por mí.

Sabes que aguantaré porque te quiero demasiado. Haz tu lo mismo, por favor...

Ahora tengo que irme.

Te quiero, Ben.

Tu Auri.

De Salamanca a HamallajDonde viven las historias. Descúbrelo ahora