Qué hermoso placer es volver a dialogar contigo, ser maravilloso y perfecto para mí... (¡cabrón, que ahora sí que me tienes bien agarrada!)
Te quiero, cielo. Te adoro, mi vida. Te amo, mi amor. Pero yo no soy una diosa, como te empeñas en llamarme, soy una simple mortal.
A lo más que aspiro es a amarte como lo haría una diosa: desde y por la eternidad.Supongo que cuando recibas las cartas de estas semanas (bueno, sé que ya las has recibido), pensarás: «¡Cuánta casualidad!» Sí, es justo lo que yo he pensado.
Muchas cosas que me has preguntado en estas, o te las he contestado de antemano en las ya enviadas, o te digo en ellas exactamente las mismas ideas que tú me dices ahora en las tuyas..., como siempre. ¡Cómo no! Si es que es magia siempre...Me ha sorprendido mucho que pienses lo mismo que yo sobre el amor y el sexo.
Pues sí, yo lo llamo «energía», y considero que es sagrada, por ser la única del universo capaz de hacer surgir la vida. El sexo pone en marcha las fuerzas de la existencia y por ello no se debe jugar con él.
¡Lástima no haber podido ser coherente con esta idea! Lo digo por mí...Hay una práctica que me interesa mucho llamada tantra. Es una práctica hinduista milenaria (como todo lo hinduista). Su filosofía se basa en lo que los dos pensamos, que ha de ser sagrado...
Ya hablaremos de ello algún día.Me encanta tu carta del diecinueve de mayo, es sublime.
Me hace pensar en lo que dice mi madre: «Hija, no sé cómo será él en sus cartas, pero como sea la mitad de romántico que tú en esos "testamentos" que escribes, merecerá la pena que las publiquéis algún día».
Mi madre dice que, conociéndome, debo poner cosas preciosas aquí. Le gusta mucho toda mi «producción literaria»; pero es mi madre..., no un crítico objetivo.
Yo le contado que no me andas a la zaga, y por eso le encantaría verlas en un libro; para poder leerlas y llorar como con un culebrón.En esa carta del diecinueve, hablas del primer beso que nos salga al volver a vernos... ¿Puedo pedirte un favor?
No sé como serán las circunstancias de tu regreso, pero prefiero que ese beso sea en la más absoluta intimidad. Quiero «pensarlo» y no que surja de repente; que tenga su momento específico, que los dos lo controlemos para esperarlo y luego sentirlo, y como tú dices, no olvidarlo jamás.
Esto es lo que espero, si al final no es así, no importa..., seré tan feliz con tenerte de nuevo, que probablemente todo lo demás me dé igual.Otro tema: hay que seguir hablando de la bocaza de Rocky, porque se me va a olvidar. El otro día por teléfono, te mencioné que había vuelto a decirme algo que volvió a joderme. Fue esa misma mañana, el domingo al regresar de Zamora y me hizo sentir de nuevo una idiota por creer, que entre tu y yo, hay algo más que un «lío» pasajero.
Resulta que pararon un momento a hacer el loco con el coche, ya sabes...; entonces Rocky me dijo que tú sí que hacías locuras con el coche, que cuando te dejó Silvia, estuviste muy cerca de matarlos con un trompo, que decías que te daba igual morir y que te sentías tan hundido que no te importaba matarte..., solo le falto rematar: «por ella».
¿Qué esperabas que pensara o que sintiera? Te dije por teléfono que no te lo iba a contar porque no tenía sentido..., y era cierto. He de resignarme a pensar que fue así, y no podía quejarme como una niña inmadura. Si te lo hubiera contado era como preguntar: ¿a quién has querido más? Y yo no soy así...
Respeto mucho los sentimientos que tuvieras por ella, fuesen lo intensos que fuesen.
Es una cuestión de justicia. Tú deberás respetar mis sentimientos por otros. Lo siento pero es así...
No podría vivir sin tu respeto y tu comprensión.
Aunque haya dejado el pasado por fin colgado por ahí, lejos de ti y de mí, no deja de ser mi pasado; lo que me ha hecho como soy. Esos sentimientos están colgados ya fuera de mi corazón, pero no los he tirado, ni enterrado, ni destruido; sencillamente, ya no interfieren.
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De Salamanca a Hamallaj
RomansaAurora creía ser demasiado complicada o "rara" como para que un chico se enamorara de ella, pero conoció a Ben, y él cambió eso para siempre. Su historia de amor fue preciosa, idílica y romántica, pero también triste, complicada, y fugaz... Ellos y...