Pensando en ti...:

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16 de mayo, domingo.

Pensando en ti...:

Como siempre.

Estoy aguantando bien.
Hoy fue un día de muchas distracciones y resacas, más que por beber, por el cansancio: en tres días apenas he dormido cinco horas en total.

Rosa ya se marchó.
Te alegrará saber que llevamos mejor su dolorosa ausencia; tanto ella como nosotras.
Empezamos a acostumbrarnos a esto; a las visitas cada cierto tiempo. Ya no lo pasamos tan mal en las despedidas como al principio.

Y hablamos del próximo encuentro, que será en julio. Ella vendrá por el cumpleaños de Bego. Seguramente se celebrará el fin de semana del diez y once. Rosa se quiere apuntar al concierto de Oldfield, y así aprovecha el tiempo y el dinero.

Te manda saludos y me ha dicho que en cuanto pueda te escribirá. Te aviso que su letra es algo difícil de leer incluso para mí.
Todos te mandan saludos; se te echa de menos...

Ayer me dejaste preocupada con eso de tus visitas al psicólogo, por lo «borde» que es tú comportamiento... No será una broma, ¿verdad? Porque no tendría ninguna gracia.
No he podido dejar de pensar en ello, entre situación y situación en este finde. Me preocupas ya bastante, por todo el tiempo que te queda, y tras contarme eso..., cielo, cuídate y sé positivo, me lo has prometido por teléfono, que serás fuerte, que aguantarás la presión.

De todas formas supongo que ampliarás tu explicación en las cartas; me enteraré mejor de que va el tema y podré opinar. Ahora no tengo la suficiente información.
¡Qué cortos se hicieron los veinte minutos que tuvimos...!

Por otro lado, aunque es tarde para decírtelo porque ya van para allá, no quiero que te calientes la cabeza con eso de «las sorpresas» y que tú no puedas hacer ninguna para mí.
Ya sé que esta semana, el jueves, es nuestro segundo día veinte... ¡Cómo no lo voy a saber!
Pero si tu sorpresa tiene algo que ver con ello y al final no puedes hacer lo que planeas, no te comas la cabeza..., da igual, cielo, de verdad, no pasa nada, ¿vale?
Yo lo único que deseo es que estés bien, solo eso.

Espero y quiero que estés bien.
No sé porque, el sábado te sentí más desequilibrado que en las cartas: no te oía ni positivo ni esperanzado...
Sé que es duro, todo; para ti más que para nadie.

Pero en las cartas escribes constantemente que el tiempo vuela, que volverás antes de que nos demos cuenta...
En ellas parece que a ti te es fácil poner la mente en el futuro; eso ha hecho que yo quiera estar a tu altura. Siempre que estoy hundida pienso; «Él espera que continuemos, confía en mí, tiene una actitud más madura». Y decido que yo no voy a ser menos; que aunque apenas pueda vivir sin ti, mantenerme sufriendo nos aleja; es la mayor forma de dejarte solo, de perderte.

Como tú dices: somos dos y estamos en esto juntos, nos lo prometimos, nos tenemos aún el uno al otro.

Para mí, tu bienestar es suficiente razón para seguir con lo nuestro; que me lleven hasta el límite..., lo podré aguantar mientras tú confíes en que lo haré.
Me haré merecedora de esa confianza, porque eres tú quien lo merece todo.
Supongo que volveremos a hablar de ello.

Podría contarte ahora el fin de semana, para tratar de animarte.

Como te adelantaba ayer, la conclusión es que he estado a gusto, más que nada porque para mí, es un auténtico placer ver que tengo un lugar propio entre las personas que quiero. Me han regalado una gran sensación de pertenencia a un grupo determinado de gente.

También me sentía a gusto porque estaba muy pasota, sobre todo con los malos rollos que han aparecido, por culpa de Bego y Elena. Y tampoco han faltado los «asuntillos» que monta Rosa, ¡Cómo no!
Tampoco han dejado de aparecer aquellos que no saben divertirse, y lo que es peor, detestan ver que otros se divierten, por envidia pura y dura..., la verdad es que ha sido un fin de semana muy «broncas», hasta yo tenía ganas de bronca (jajaja). Todo el mundo estaba como de mala leche.

El problema con «las de Béjar» se ha presentado porque, prácticamente, nos han dejado «tiradas» a Rosa, a Ester y a mí; nos robaron la natural presencia de Begoña.
Primero Elena nos hizo «un feo» (usamos esta expresión todo el finde para burlarnos de la situación). Resultó que la muchacha había decidido no salir ninguna noche, y quedarse en casa para estudiar, a pesar de que venía Rosa. Pero en cuanto su novio y Toni, insinuaron que podría ser buena idea presentarse en Salamanca, ella y Bego fueron incapaces de decirles que no. Y eso que esta última, juraba y perjuraba que no quería que su «lío» viniese. ¡Y cómo no! Elena ya sí quería salir si su novio venía.

A mí, la verdad, todos sus desprecios hacia nosotras y hacia nuestros chicos, que ya son más que evidentes, me dan la risa; encuentro todo ese comportamiento muy infantil.

Elena consiguió que a Rosa, a Ester y a mí «nos la trajeran floja», como tú dices, sus desplantes. Pero Begoña sí se molestó con ella. La pena fue que el cabreo le duró un suspiro; al presentarse Toni, ha pasado de nosotras tanto como la propia Elena. ¡Y eso que proclamaba contantemente que era un finde solo para «sus niñas»!

No puedo culparla, y es que puedo explicarte, a qué fue debida la flaqueza de su voluntad...; puede que te haga tanta «gracia» como a mí.

Resulta que Toni cambiará su jornada laboral a completa ahora en junio, durante todo el verano, hasta que pueda coger vacaciones, por ello no podrá salir los fines de semana, ni con sus amigos ni con Bego. Apenas los verá. Y claro, ella está muy triste porque no podrán estar tanto tiempo juntos, es más, se verán tan poco, que no podrá tirárselo tanto, ni tan a gusto como hasta ahora. Debido a eso, Bego nos explico compungida, que tienen que «aprovechar» todo el tiempo que puedan, hasta junio. Estaba muy depre...

¡Oh, dios mío..., qué fatalidad! Qué situación tan triste..., ¿verdad?
Habrás captado la ironía de mis palabras, supongo. ¡Cómo me jode su «gran problema»! Si no fuera porque la quiero mucho...
Me lo tomé con humor, pero no pude evitar que se me escapara un «¿Os vais a ver, no? Entonces, ¿cuál es el drama?»; fue un reproche suave, ¿vale?, ya sabes cómo soy (jajaja).

Podría decir que en general nos han jodido el fin de semana de la «super amistad», pero mentiría.
Bego ha salido más perjudicada; se ha perdido los estupendos momentos que hemos tenido.
Se arrepentirá y mañana se disculpará...

¿Has escuchado la canción Dile al sol, de La Oreja de Van Gogh...? No lo hagas, yo nunca la había oído y acaba de sonar en la radio: me ha hecho llorar...
Ahora no puedo seguir escribiendo. Me ha puesto triste y se me han quitado las ganas de contar nada...

Quiero decirte que te quiero, pero si empiezo por ahí, seguiré llorando...

De Salamanca a HamallajDonde viven las historias. Descúbrelo ahora