30 de junio, miércoles.
Me voy a volver loca:
Ya me había hecho a la idea de no verte hasta dentro de dos semanas, incluso iba a preparar ya el sobre para mandar mis últimas cartas...
Pero resulta que hoy, llega mi padre diciendo que tenéis dos opciones de transporte: o los barcos o el avión estafeta. Y si venís en este último, podría suceder que llegarais ya, ¿mañana?, ¿pasado mañana?
Trato de no ser optimista, de hacerme a la idea de que no será así, pero esta oportunidad me ha abierto el alma en dos; jamás me sucedió esta sensación, expuesta a las decisiones del mundo, dividida entre una enorme ilusión y un abismo de decepción porque no se cumpla.
Dice mi padre que dependerá de la estafeta...
Si pudieras meterte en mi pecho ahora mismo..., no dejo de temblar como jamás lo hice. Me gustaría llorar y resulta que no puedo, mi cabeza esta bloqueada en una sola idea; «Aurora, no seas tonta, no te ilusiones por esto, olvídalo y ponte en lo aceptado ya».Eso voy a hacer, en todo caso, el susto ya ha sido dado, y ahora mismo tengo el temor a volverme loca.
Hoy recibirás unas cartas que era mejor no haberlas escrito nunca, pensé quizá que se perderían, pero ya ves... Como no voy a hacerme falsas ilusiones, esta carta la mandaré mañana, o quizá pasado, por asegurarme, pues tampoco quiero cerrar la puerta a que leas esto en casa. Tal y como están las cosas, seguro que serían las que fueran devueltas. A veces parece que los dioses se entretiene en jugar con nosotros.
Ya me da igual; sé que vuelves y no me importa tanto cuando..., he de relajarme y tratar de vivir hasta que suceda. Me volcaré en aprovechar los momentos de estar con mis amigos y ya está.
A quién intento engañar...: mi mente es ahora mismo un torbellino entre intuiciones, deseos y pesimismos.
Pero voy a tener un buen fin de semana; he de pensar esto, y en que estoy viviendo una época en mi vida, desde diciembre del año pasado y enero, en que lo único que importa es repetirme constantemente Carpe diem, y exprimir cada momento vivido para sacar el máximo jugo a todo. No me basta con estar a gusto o estar feliz; tengo que tener plena conciencia de estarlo, así, todo se amplifica, se multiplica, y es como vivir dos vidas en una...
Recuerdo los tres más claros y recientes ejemplos: el fin de semana de marzo del primer concierto, la excursión a Portugal y la noche del Jueves Santo en Zamora...Pero el de Zamora fue muy especial..., de hecho solo había vivido una sensación igual a aquella en toda mi vida.
Cuando volvíamos en el coche, te dije que quería ver el amanecer, sonreíste y comentaste que sabías del sitio perfecto y estábamos cerca. En el asiento trasero, Fran no paraba de decir tonterías y comer del paquete de galletas que le habías dado para que dejara de «protestar», Bego y Dani, a su lado, estaban dormidos el uno en brazos del otro.
Mientras nos reíamos de las ocurrencias de mi primo, yo te miraba de tanto en tanto, tu hacías lo mismo hacia el horizonte, pendiente de que no se te escapase el amanecer..., y el velocímetro a la vez, acelerando para llegar a «tu sorpresa»... El cielo se tiñó con su propia «aurora» y tú sonreíste de nuevo «a la tuya», sentada a tu derecha...
Entonces fue cuando me llegó esa sensación...; ni siquiera sé si le baste con ese nombre. Apenas sé como describirla; es como si todo lo que eres, entrase de golpe en comunión total con el mundo; era sentir que el lugar en el que estás, es tu lugar natural, que es donde debes estar, como si todo lo que te rodeara fuera el hogar de tu alma, no hay ni un ápice de dudas o preocupaciones, te embarga una paz tan inmensa que te se hace una contigo, la garganta no puede detener esa emoción que la desborda y pasa a tu cabeza, inundando tu mente de dicha y tus ojos de lágrimas..., lloras de la más pura felicidad que creo que se pueda sentir jamás, simple y sin ningún pensamiento... Es la más maravillosa sensación que conozco; y sé que el desencadenante es tomar conciencia de estar viviendo en ese momento concreto, uno de tus más sencillos e íntimos anhelos... Lo sientes de golpe y te das tanta cuenta de que eres feliz; tan dichoso y a la vez en paz completa entre tu ser y el mundo..., un solo instante así, merece ya la pena por todo. Y puede que experimentar esos momentos, sea más fácil de lo que parece porque depende de uno mismo.
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De Salamanca a Hamallaj
RomanceAurora creía ser demasiado complicada o "rara" como para que un chico se enamorara de ella, pero conoció a Ben, y él cambió eso para siempre. Su historia de amor fue preciosa, idílica y romántica, pero también triste, complicada, y fugaz... Ellos y...