Gracias:

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24 de junio, jueves.

Gracias:

Son la una y media de la madrugada de este nuevo día de junio, al que más le vale que pase veloz.

Solo había una persona en el mundo que pudiera arrancarme de mi melancolía. Por eso vuelvo a sentarme a escribir.

He pasado gran parte de la tarde llorando, excepto el rato que pase con mi primo Fran. Cuando acabé de escribir la carta del día veintitrés, hace unas horas, tenía un nudo en la garganta, un dolor infinito que me impidió escribir en ella «te quiero». Ese dolor me empujó a escribir otras cosas...

Pero en el mundo, para mí hay un ser que es capaz de levantarme si caigo..., solo alguien así me tiene en un puño cuando me doy cuenta de mi propia estupidez.
Y por todo eso le he dado las gracias en el encabezamiento de hace unas líneas..., he de mostrale mi gratitud, y ahora voy a demostrarle mi amor: Te amo, Ben. Gracias, cielo. Gracias de todo corazón.

He leído de nuevo todas tus cartas; apenas me ha llevado cuatro horas. Nunca las había leído seguidas, una tras otra. Sí he leído cada una tres o cuatro veces, pero aún no había sido consciente de su continuidad..., y ha sido justo lo que necesitaba.
Gracias de nuevo, amor mío. Te quiero.

He reflexionado mucho..., siguen estando en mí las sombras de preocupación, pero su proyección es más débil.
Me siento como cuando te ha dolido mucho la cabeza y tras tomarte una pastilla, el dolor comienza a remitir... Siento compararte con una pastilla (jajaja), pero es que eras todo a la vez; el dolor de cabeza y el remedio, mi cielo y mi infierno.
Espero que el viernes se acabe el dolor, tanto el tuyo como el mío.

Estoy bien porque sé que «me amas porque te amo, y te amo porque me amas».

Sinceramente, de mi corazón a tu corazón, te quiero.

Buenas noches...

Buenos días:

He tenido dos sueños muy prometedores.
Ha sido mágico; como era la noche de San Juan, pedí soñar contigo, aunque fueran pesadillas... De hecho, mi deseo fue que expresamente fueran pesadillas; lo prefería por la teoría de que los sueños se cumplen invertidos. Y he tenido dos: en el primero de ellos, cuando regresabas, fingías que querías estar conmigo al principio, luego me confesabas que te había decepcionado y ya no sentías lo mismo... Como me desperté muy angustiada, y demasiado temprano, me volví a dormir, y de nuevo soñé que también regresabas, pero en un momento dado nos separamos y no te volvía a ver, no te encontraba, no coincidíamos ni en casa ni por teléfono, lo único que tenía de ti, eran más cartas; fue doloroso pero es prometedor...

Trato de buscar en mi corazón la respuesta a todas mis preguntas..., siempre me he fiado de él aunque escuche más a mi cabeza.
¿Volverás pronto?, ¿qué sientes por mí ahora?, ¿me quieres todavía?, ¿te quiero yo a ti de la misma forma?
Y mi corazón responde; pronto, muy pronto volverá, y sí que te quiere y sí que le amas.
Ayer solo escuche a mi cabeza y hoy ya no tengo ganas de oírla, porque en lo referente a ti, siempre he acudido al corazón.

Tengo que aceptarlo de una vez..., no depende de los astros o de la suerte el tener un buen día, sino que depende de mí, de mi visión de las cosas.

Te quiero. Gracias de nuevo por sacarme de las sombras en las que estaba ayer.

Mañana estaré muy nerviosa hasta que me llames, lo estaré durante, y espero que después...

Estos días yo ya sabía que no ibais a tener ni idea, pero mañana es distinto...
Puede suceder que no lo sepas aún y entonces prefiero dejar al momento lo que haya de sentir; pero mi intención sigue siendo la misma, y trataré de que sea una conversación positiva y no negativa. Cuando leas esto habrás entendido el porqué de lo que sea que pase.

Hoy me espera otro día de estudio, y debe pasar veloz...

Y mañana, podre decirte de nuevo que te quiero..., ya me estoy repitiendo como en un bucle, pero es que solo puedo pensar en eso.

Un beso de suerte y un abrazo de ánimo.

Te amo.

Tu Auri.

De Salamanca a HamallajDonde viven las historias. Descúbrelo ahora