Hokus Pocus, cielo:

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13 de junio, domingo.

Hokus Pocus, cielo:

Hoy estoy en el pueblo.

He estado buscando un bolígrafo azul en casa de mi tía pero no he encontrado ninguno... y este parece que no funciona. Esta mañana he votado, ¿y tú? Me pregunto si habréis podido votar por correo, no me dijiste nada...
Para mí es importante porque armamos mucho por mis tíos, Frande y Pedro, ¿sabes?, es que tienen en el pueblo los típicos enemigos electorales; aunque en conjunto es un motivo más en la familia para reírnos y hacer cachondeos.

He pasado gran parte de la mañana hablando de ti; no he podido evitarlo. He enseñado tus fotos a mis tías. Inés y Pepi dicen que eres guapo y tienes unos ojos muy bonitos. Elvira y Toñi opinaron que no estás mal, pero que les pareces un chico muy serio para mí. Toñi creyó que tenías veinticuatro años y dijo que en la foto de militar aparentas más edad que yo... (jajaja)

Te voy a situar. Estoy en un sitio que no conoces: el comedor de casa de mis tíos, bueno, de mis abuelos en origen..., aquí viven Elvira y Ramiro, él desde que regresó de Burgos, ella desde siempre. Y en esta casa también se queda Inés cuando viene, y en general todos; es como una casa de toda la familia.

Tienen un gran ventanal aquí, y ahora entra la luz de la tarde, que ilumina la mesa camilla frente al televisor donde estoy apoyando el folio en el que escribo. Están echando Hook: El capitán Garfio en la cinco. Llevo puestos mis pantalones moraos, y una camiseta de lycra, llevo en un brazo atado el pañuelo que me enviaste, y por supuesto, tu mägo al cuello, que no me quito más que para ducharme. El pelo lo llevo sujeto con dos pinzas a ambos lados de la cabeza, pero un mechón rebelde cae sobre mi ojo izquierdo. Y estoy pensando en ti.

Mi tía se quedará unos días, y en un rato, volveremos a bajar al ayuntamiento para el recuento de las votaciones... Me tomaré el primer helado del verano..., aunque la tarde se ha oscurecido ahora y amenaza tormenta.

Mi tío Ramiro se ha llevado a mi hermana, a mi padre, a Joselu y a Fran, a una exhibición de caballos en la Feria de Muestras.

Esta casa tiene un jardín muy bonito a la entrada y está precioso, lleno de rosas blancas, rojas, rosas y amarillas, algunas parecen incluso violáceas. Siempre está así en esta época; casi todos los rosales los plantaron mis abuelos, hay uno que se eleva hasta el pórtico que cubre la fachada...

Ahora voy a ir a casa de mi tío Pedro; una que están reformando y construyó mi bisabuelo, el terrateniente, y han acabado heredándola mis tíos. Es una casa solariega enorme, quieren hacer una parte Casa Rural. Antes, pasábamos allí los días en las vacaciones en verano o navidades, cuando éramos demasiados para alojarnos en la casa de Elvira... Ahora «pertenece» a Toñi, desde que se casó con mi tío, y no podemos ir allí como antes, «como Pedro por su casa», aunque de verdad sea de «un Pedro» (jajaja).

Han vuelto ya todos de la exhibición y bajaremos ahora al ayuntamiento. Está en la parte grande del pueblo, esa que te dije que está tras cruzar un puente. Luego sigo escribiéndote.

Recuerda que te quiero como a nada ni a nadie en este mundo. Te adoro Rubén. Te quiero, Ben. Hoy me he sentido tan orgullosa de ti... Te amo.

Por fin hemos vuelto a casa, a Salamanca. Acabamos de llegar y casi son las dos menos diez de la madrugada... ¡Cómo se alargan estas noches electorales!

Te cuento: ganó mi tío Frande, por tercera vez consecutiva, con mayoría absoluta, así que mi tío Pedro sigue de concejal... Están muy contentos porque ahora podrán terminar los vestuarios de las piscinas municipales y construir un nuevo campo de fútbol.

La tarde fue aburrida porque mis primos no volvieron del Ferial, les llevo Ramiro a Salamanca porque habían quedado y luego les fueron a buscar para el escrutinio.
Yo y mi hermana estuvimos de charla con mi madre, mis tías y las mujeres del pueblo. Hablamos de bebés, de las elecciones y los rivales electorales de Frande; de la campaña asquerosa y sucia de desprestigio que les han hecho, de la que por cierto, yo no tenía idea, y solo admite una expresión: ¡qué cabrones!

Luego estuvimos con mis primos y un chico que conocen de las urbanizaciones, que al final de la tarde, trato de ligar con mi hermana; lo que me pude reír..., ¿y dices tú que «has sido malo»? Ese chico tiene menos edad y sí que es un delincuente...
Ahora mismo, mientras te escribo, Blanca me está contando «la aventura» y te aseguro, que tenía una forma muy rara de «tirar los tejos».
Le acabo de preguntar si el chico le gusta y me contesta: «¡Yo qué sé!» Dice que le ha gustado que tratara de ligar con ella..., y yo «puteándola», pobrecita mía.

A pesar del aburrimiento casi general, he comprobado lo a gusto que estoy siempre allí, lo tranquilo y feliz que está el campo en esta época, lo bonito que es el paisaje que se resiste aún a perder el verde con los primeros calores... Me gustaría que lo vieras, sobre todo el puente sobre el regato. A lo mejor, a ti no te parecerá tan bonito sin los ojos del cariño..., pero creo que lo es sin más.

Y hermosas serán estas carta, si resultan ser las últimas que recorrerán kilómetros a tu encuentro.

Te quiero, Ben. Recuerda que oficialmente ya es catorce de junio y quedan solo unas horas para oír tu voz... H.P.

Hasta entonces, amor mío.

Tu Auri.

De Salamanca a HamallajDonde viven las historias. Descúbrelo ahora