CAPÍTULO 10

6K 389 4
                                    


La mañana no llega demasiado rápido. Apenas pude tener un par de horas de sueño, mi mente no dejaba de repasar la serie de acontecimientos ocurridos ayer.

Consciente de que no podre conseguir una hora más sueño, salgo de la cama y me preparo para el día.

Hoy, de manera oficial, tomaré el puesto como directora de Hoteles Harrison.

Después de una ducha busco el atuendo. Un vestido de la firma Moschino. Manga larga, color rojo, escote en V profundo, el corte de la falda en A por encima de mis rodillas y un cinturón negro que realza el mismo.

El atuendo lo completan unas botas de caña alta hasta la altura de mis muslos. El maquillaje lo había dejado ligero. Por su parte, el cabello lo dejé suelto en ondas.

Termino de ponerme los aretes y el reloj, antes de tomar mi cartera estilo sobre.

Satisfecha por mi aspecto, salgo de la habitación para tropezar con Tristán que viene limpiando su rostro con una camiseta. Por su aspecto, está regresando de ejercitarse.

Doy un paso atrás antes de que este reaccione y me tome por la cintura para evitar que caiga y ye me agarro a sus hombros desnudos.

Nuestras miradas se encuentran y su cercanía envía un escalofrío cuando su respiración se mezcla con la mía.

¿Qué estás haciendo Gala?

—Lo siento—dice en tono ronco y bajo.

Me aclaro la garganta antes de soltarme. Él, se da cuenta y me libera.

—Ninguno vio al otro—digo en modo de respuesta.

No dice más, pero si me mira de manera apreciativa.

—¿Siempre madrugas para trabajar? —inquiere.

Lo miro con los ojos entrecerrados.

—Y, ¿tú no? —replico. Le doy una sonrisa sarcástica—Claro. Los niños ricos de cuna no saben lo que es el trabajo.

—¡Hey! —levanta una mano como deteniendo mis palabras —Trabajo como todos.

—Por supuesto. Los problemas financieros de tu familia, avalan lo duro que trabajaban.

Cruza los brazos sobre su pecho desnudo y me mira seriamente.

—Eso fue algo que escapo de mis manos—me reta con la mirada—Créeme, si me hubiese dado cuenta de los malos manejos de mi padre. Me habría hecho cargo y no tendríamos ahora a una víbora como socia.

Mi mano impacta directamente en su rostro.

No dice nada. Sin embargo, puedo ver los músculos de su mandíbula apretarse y su gesto se vuelve estoico.

No se mueve.

Le sostengo la mirada antes de pasar por su lado. Mientras camino puedo sentir sus ojos clavados en mi espalada.

Tristán es un imbécil.

¡Diablos! Siempre lo fue.

—Algunas cosas nunca cambian—murmuro.

Llego a la plata baja y estoy a punto de salir cuando Peter, el mayordomo de los Harrison, aparece.

—Buenos días.

—Buenos días, Peter—respondo dándole una sonrisa al hombre que ha sido amable. Sin embargo, debo mantenerme atenta a todos.

—¿Puedo ofrecerle el desayuno? —dice.

La verdad es que no había pensado desayunar aquí, pero creo que sería una buena manera de comenzar el día.

Sigo a Peter hasta el comedor que es dominado por un gran candelabro dándole un aspecto de lujo en combinación con los arcos y columnas de la casa. Es un comedor de ocho puestos y hay disponible seis asientos.

Espina de Rosas🌹 {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora