Espina de Rosas🌹 {TERMINADA}

CAPÍTULO 18

TRISTÁN POV.

Sentado sobre el sofá junto a la ventana de la habitación de mi hermana, que da al jardín trasero, espero a que deje a los niños en el cuarto de juegos al cuidado de Dolores, una de las señoras que ayudan en la casa.

La puerta se abre despacio y veo, entrar a Sofía. Cierra sin hacer ruido y se queda en la puerta viéndome.

—Sé que no escaparé de esto, ¿Verdad? —Susurra.

Sus ojos se ven abiertos y puedo ver qué siente vergüenza.

—Ven acá—planeo el espacio al lado.

Con cautela, se acerca y toma siento junto a mí. Sin embargo, sus manos están unidas sobre su regazo y no me mira.

—Sofía—susurro sintiéndome el peor hermano del mundo, al no ver lo que estaba sucediendo bajo mis narices.

—No quería que lo supieras.

—¿Por qué?

—Tú, tienes tus propios demonios con los que luchar—dice con voz queda.

—Tú. Eres importante para mí—pongo mi mano sobre las de ella—No voy a dejar que Greg se vuelva a acercar a ti o los niños.

Sofía mira mi mano roja.

Levanta la vista sorprendida.

—¿Qué hiciste? —cuestiona en voz baja.

—Romperle la cara a ese desgraciado. Y, no te atrevas a defenderlo—digo con tono serio.

—Ahora, ¿Qué se supone que haré?

—Primero. Divorciarte y concentrarte en recuperarte.

—Mamá está furiosa.

—Perdón que lo diga, pero mamá no tiene vela en este entierro, Sofía. Eres un adulto y es tu matrimonio.

Asiente.

—Espero que Greg no ponga trabas para darme el divorcio.

—Que intente dártelas y verás como me ocupo de él.

—No. No Tristán, esto lo voy a resolver yo—levanta la barbilla— Sé lo que debo hacer y no voy a dar marcha atrás.

—Eso es lo que quiero oír—sonrió pasado un brazo sobre sus hombros y, atrayéndola hasta mí.

Se relaja contra mi costado y guarda silencio un momento antes de levantar su mirada.

—Gala se ofreció a su abogado—anuncia— Y, estoy pensando aceptar su propuesta.

—¿Estás, segura?

Se incorpora.

—No es mala—murmura.

—Solo algo arrogante—murmuro.

Una arrogante que te hace calienta la sangre y querer poseerla como a ninguna otra.

¡Maldición!

—Sabes, al contrario de lo que todos ven. Yo veo en su mirada, un profundo dolor.

—¿Lo ve tu tercer ojo? —bromeo para quitarle hierro al asunto.

—No, tonto—niega con una sonrisa suave—La veo con los ojos del corazón.

—Vale—digo poniéndome de pie— Ella está en su habitación—vacilo— sufrió un incidente y, está algo golpeada.

—¿Qué ocurrió? —dice alarmada poniéndose en pie.

—Solo se cayó mientras me seguía por el camino del bosque.