CAPÍTULO 4

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POV TRISTÁN.

Leo el documento en mis manos y no doy crédito a lo que ven mis ojos. Es increíble que alguien pueda llevar a la quiebra una empresa de años, en tan solo un año.

Bajo el documento y miro con incredulidad a mi padre que me ve desde el otro lado de la mesa. Su postura es la misma de siempre. Arrogante. Los años han hecho mella en él y, ahora luce una barriga pronunciada y el cabello ha desaparecido casi por completo.

—No entiendo—digo—¿Cómo es que estamos casi en bancarrota?

—La crisis—se encoge de hombros.

—¡Vamos papá! La crisis de hace cinco años no nos afectó. En cambio, tuvimos un crecimiento en el ingreso.

—No sabes nada—chasquea los labios—Has estado viviendo fuera años y ahora vienes a decirme cómo manejar mi negocio—se ríe—No pudiste mantener tu matrimonio. Vas a poder con una empresa.

Aprieto mis manos en puño.

—Sabes que mi matrimonio con Raquel fue cosa de Mamá—le recuerdo—Si no funciono, fue sencillamente porque no había amor.

Amor —repite y, me ve como si fuera un idiota— ¿Quién te dijo que, eso sostiene a largo plazo un matrimonio? —se reclina en su silla—¡Por Dios Tristán! Crece de una puta vez. Un matrimonio se sostiene de intereses en común.

—Por supuesto—digo sin mostrar alguna emoción.

—Mira a Sofía. Tu hermana se casó con Greg y ambos viven un buen matrimonio. Tu madre sabía que él era, el mejor hombre que podría conseguir—no respondo—Ella es feliz criando a Nicol y el pequeño Benjamín.

Que mi hermana tres años menor que yo, se casara con mi mejor amigo fue algo que me entusiasmó al principio. Pero, desde que llegué, me di cuenta de que Sofía está muy cambiada.

—Volviendo al tema en cuestión—habla mi padre en tono duro—Necesitamos una buena inversión. Tenía que poner esas acciones en venta. O si no, nos quedamos en la maldita calle.

—Aquí dice que, la dueña vendrá en un par de días.

—Así es. Ya mandé a que adecuaran el pent-houses para que se instale ahí.

—¿Qué opina mamá al respecto? —inquiero.

—Tu madre sabe que tenemos problemas. Y, aunque no está muy contenta con lo sucedido es algo que debemos afrontar.

—¿Le has dicho que también perdiste la finca?

Se remueve nervioso.

Por supuesto, que no.

—Alista el balance del último año y tenlo listo para la llegada de nuestra socia.

—Socia, es un eufemismo padre—me pongo en pie—Has cedido el sesenta por ciento de las acciones, también algunos inmuebles y ¿Dices que es tu socia? —bufo. No responde y tampoco espero que lo haga. Dejo su oficina y entro a la mía que se encuentra en frente.

Esta empresa ha estado en mi familia por décadas. Un día soñé con dirigirla y ser la siguiente generación que la llevara al éxito. Algo que hiciera sentir feliz a mis futuros hijos.

Nada ha salido como planee.

Me siento en la silla detrás de mi escritorio y miro por la ventana como el sol se pone en el horizonte. Las palabras sobre mi fallido matrimonio se filtran en mi mente.

Es cierto, mi matrimonio fracaso. Raquel es hija de una de las grandes amigas de mi madre. Ambos coincidimos mientras trabajaba en los hoteles de Alemania. Mi madre se encargó de que cediera a casarme con ella. Así que, con tan solo veintitrés años, camine al altar para unir mi vida a un infierno.

Espina de Rosas🌹 {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora