Aaron CAP:27

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Capítulo 27:

- ¿Quieres otra tostada? - Negué con la cabeza y volví¬ a suspirar como una idiota.
¿Cómo una persona podí¬a pasar de estar en las nubes un día y pasar a sentirse en el infierno al otro? Yo sabí¬a. Como siempre, yo sabía y habí¬a experimentado cómo se sentían todas y cada una de las malas experiencias que le pueden suceder a una persona en su vida. Tal vez eso jugaba a mi favor o tal vez no, no lo tení¬a muy claro, pero, ¿si en este preciso momento yo quería suicidarme? Sí¬, querí¬a. Con todas mis fuerzas. Y encima, era lunes.
- ¿Podrías dejar de suspirar? No quieres contarme qué te pasa, así¬ que no suspires, alimentas más mi maldita curiosidad, mala amiga. - Demasiado tenía con haber aguantado a Tris todo el fin de semana preguntándome qué me sucedí¬a, o por qué comí¬a más de lo normal. Y la respuesta era simple y concisa: Aaron. El rechazo de Aaron me había sentado demasiado mal, y hubiese preferido que un pingüino apareciera mientras estaba dormida y se sentara en mi cara para ponerse a incubar sus huevos.
Es temprano, no sé lo que estoy diciendo, no me critiquen maldita sea.
Pero lo peor de todo, era que no podía decí¬rselo a Tris, por obvias razones. Enloquecería, me gritarí¬a, odiarí¬a el triple a Aaron Lawrence y sus hermanos que no tenían nada que ver, pero no importaba, lo haría, y luego le contaría a Jake, sólo para que las cosas se tornaran más bonitas y tuviera que aguantarlos a ambos.
Era una estupidez que el rechazo de un chico tuviera el poder de cambiar mi estado de humor, pero lo hacía. Y mucho. Porque no era cualquier chico. Era Aaron Lawrence. El dioso griego, el divino y princeso de Aaron Lawrence. Que me había rechazado a mí¬ y aunque no estaba sorprendida, porque era obvio que esto pasaría, me dolía. Creí¬ que estaba preparada mentalmente al rechazo, pero no. Como siempre, no.
- Es que leí¬ 'Bajo La Misma Estrella' otra vez. Sabes lo mal que me pone Augustus. - Mentía¬. Tris sabí¬a que siempre me excusaba con eso cuando no querí¬a contarle algo.
- Claro. Primero fue Augustus, luego George Weasley...- la interrumpí.
- ¡GEORGE NO MURIÓ! ¡ESE FUE FRED TRIS! - Había tocado un punto débil. Y ENCIMA LO HABÍA HECHO MAL.
- ¡SON LO MISMO! ¡Eran gemelos! No veo la diferencia. - El tenedor que tenía en mi mano cayó y mi boca se abriÓ sin poder creer lo que habí¬a escuchado. Yo... No. Esto era demasiado para mí¬.
- No puedes confundir a Fred y a George. Simplemente no puedes hacerlo. Y si vas a hacerlo, hazlo lo más lejos de mí¬ posible Tris, en serio. - No estaba exagerando y lo que acababa de decir había dolido, en el fondo de mi alma. No sabía si estaba sensible o qué, pero de repente quería llorar muy fuerte. - ¿Sabes qué? Me voy caminando. - Me paré de la silla y tomé mi mochila.
- Espera, voy contigo. Le avisaría Jake que no venga y podemos ir juntas a... - Volví a interrumpirla.
- No. - Vi sus cejas juntarse y me molestaba sentir el dolor a través de sus ojos. - Necesito estar sola para pensar Tris. Sola. Hablamos después. - Salí del departamento dejándola toda llorosa y dolida.
¿Estaba dramatizando? Sí¬. Pero tení¬an que entenderme. Me habí¬an rechazado, uno de los pocos amigos que tenía se había ido a vivir a Francia, mi mejor amiga se habí¬a confundido a George con Fred y encima el puto Augustus y la estúpida Hazel que eran felices con su pequeño infinito. Y yo no. Porque no tenía un infinito, y no tení¬a una persona con quien compartirlo tampoco.
Necesitaba que alguien me matara ahora.
Salí¬ del departamento y comencé a caminar hacia la escuela. Mis ganas de estar sola, pensar y reflexionar, le ganaban a mi odio a caminar. Era como si el dí¬a estuviera triste conmigo. Las nubes tapaban el sol de sobremanera y arriesgaba a decir que iba a llover muy fuerte. Lo más probable era que la lluvia comenzase en cualquier momento y yo terminara empapada por un capricho.
Dios, la cabeza me va a estallar.
No podí¬a odiar tanto a Aaron. Y Dios, se supone que no tenía que odiarlo, sólo me rechazo, no hizo nada malo. Pero lo odiaba. Y cada vez me convencía más de que lo odiaba por el simple hecho de tener el poder de hacerme sentir de ésta manera.
- Hola Kelsey. - Alex apareció a un lado mío, pero a decir verdad, tenía muy pocas fuerzas como para sobresaltarme.
- Hola. - Intenté no sonar tan desanimada, pero me fue imposible.
La verdad... Ver a Alex sólo hacía que recordara más a Aaron.
- ¿Cuántas veces tengo que golpear a Aaron? - Sonreí¬ un poco.
- Todas las que sean posibles. ¿Te contó...?- me interrumpió negando con la cabeza.
- Ha estado insoportable todo el fin de semana. Habla menos de lo normal y cuando lo hace es para gritarnos que nos callemos. Sólo sale de su habitación para comer algo, si sabes a lo que me refiero... - Asentí¬ mientras seguíamos caminando. - ¿Quieres contarme lo que sucedió? - Suspiré© profundamente.
No le había contado a nadie lo que había pasado, por obvias razones. No sabía cómo me sentiría si decía lo sucedido en voz alta, porque eso era lo que estaba haciendo que me sintiera tan mal, lo que me ponía triste y ciertamente no quería llorar en frente de Alex, no quería que él le contara a Aaron que me sentía mal. Pero al mismo tiempo... Necesitaba contarle a alguien, para que me aconsejara, me dijera lo que sea que pudiera hacerme sentir mejor y luego hiciera que pensara en otra cosa. El Único problema, es que no sabía si Alex era esa persona.
A la mierda.
- Lo besé©. - Alex se giró mirándome fijamente, sus ojos como platos y la sonrisa más bonita del mundo. Su rostro reflejaba completa felicidad.
A la mierda eso también.
- Y luego Él me rechazó. - Alex borró su sonrisa y vi sus cejas juntarse de inmediato.
- ¿Que Él hizo qué? - Asentí¬ con mi cabeza mientras parábamos un poco para ver si algún auto venía, cruzamos la calle.
- Como lo escuchaste. Me corriÓ como si tuviera alguna enfermedad y después tuvimos el viaje en auto más incómodo del mundo. - Revoleé los ojos recreando el momento en mi cabeza.
- Pero, ¿qué? - parecía realmente confundido - ¿Cómo es que...? ¿Qué mierda se le cruzó por la cabeza? No entiendo nada. - Me reí¬.
- Somos dos. - Subí¬ mis hombros. - Y lo peor no fue eso, antes intentó matarme. - Alex ahora paró de caminar y me tomó del brazo para que yo hiciera lo mismo.
- ¿Qué? Kelsey, explícate. Y hazlo bien, porque si no, tendré que matarlo. - Acomodé mi mochila en mis hombros y miré para otro lado.
- Él estaba enojado, demasiado. Y lo Único que hice fue tocarlo y Él empezó a actuar todo asustado. Está bien que soy fea, pero no tenͬa que asustarse, asͬ que yo me enojé y Él se enojÓ y la velocidad aumentÓ y apareciÓ un camiÓn y le dije que mirara al frente pero Él no me hacͬa caso y comenzÓ a hablar de lo fÁcil que serͬa matarme y luego, cuando pensÉ que morirͬa, Él se corriÓ de la carretera. - MirÉ a Alex mientras Él se tomaba la cabeza sin poder creer lo que le contaba. - El auto terminÓ en el bosque, se averiÓ, Él se quitÓ la camisa y wow, Dios, luego de tres minutos en mi paraͬso lo arreglÓ. - Bueno, esas expresiones estaban de mÁs. - Le dije que no me subirͬa al auto con Él. Se enojÓ, me enojÉ, me ahorcÓ contra un Árbol, le dije que yo le gustaba, me soltÓ y me pidiÓ perdÓn casi llorando, parecͬa loco, en serio. Y luego lo besÉ y Él me besÓ de vuelta y fue hermoso, pero al parecer sÓlo para mͬ, porque Él me corriÓ y dijo cualquier tipo de estÚpidas excusas como que yo no era buena para Él y Él no era bueno para mͬ. Y despuÉs me enojÉ y me metͬ al auto. ͉l me llevÓ a mi casa sin decir una palabra y luego llorÉ todo el fin de semana porque soy fea y me doy auto-asco y ojalÁ un tren me pisara de una vez para morir y dejar de molestar a todo el maldito mundo. - TerminÉ y volvͬ a tomar mi camino mientras Alex se quedaba procesando todo lo que le habͬa dicho.
- No sÉ quÉ decir. - Sentͬa las lágrimas alrededor de mis ojos, pero no iba a llorar, serͬa demasiado estúpido. - Aaron es un imbÉcil. - Sonreͬ.
Gracias.
- No tiene la culpa de no haber querido besarme. - DivisÉ la escuela con mis ojos y suspirÉ. No querͬa enfrentar mis problemas.
- Sͬ tiene la culpa, porque sͬ quiere besarte. - MirÉ a Alex y neguÉ con mi cabeza.
- No Alex, es en serio. Él no hubiese hecho las cosas de esa manera si quisiera besarme.
- Es que nadie logra entenderlo Kels. Ni siquiera yo, que soy su hermano y he pasado más años de los que piensas junto a Él. Desde que has llegado, es diferente. No sÉ que le has hecho, pero ha cambiado, y para bien. - Subimos las escaleras de la escuela mientras las miradas de muchos se quedaban en ambos, sorprendidos.
Porque claro, un bicho feo como yo no podͬa caminar junto al hermosͬsimo Alex Lawrence, porque era antinatural y habͬa reglas para los lindos que decͬan que no podͬan juntarse con gente que no fuera igual de bella o más, que ellos mismos. Váyanse a la mierda todos.
- No digas eso Alex, no metas en mi cerebro mentiras. Porque luego voy a creerlas y me ilusionarÉ como una estúpida. - CaminÉ hacia mi casillero, esperando que Él hiciera lo mismo y tomara su propio camino, pero me siguiÓ.
- No son mentiras, es la realidad. Pero tú no quieres verla y Él tampoco. Son tal para cual. - Sonreͬ un poco mientras metͬa mis libros en mi mochila y Él se apoyaba en los casilleros mirándome y evitando a la gente que nos observaba y pasaba por los pasillos junto a nosotros.
- Mi Único problema es el hecho de que tendrÉ que aguantar su mirada toda la hora de Biologͬa. - ColguÉ mi mochila de mis hombros y volvͬ a caminar hacia el aula de Biologͬa. SÓlo podͬa pensar en el estÚpido Aaron.
- Tu Único problema, es que no puedes sacÁrtelo de la cabeza. Al igual que Él no te puede sacar de su cabeza. Y como ambos estÁn renegados a caer el uno por el otro, deciden echarse la culpa a sͬ mismos o entre ustedes por ser idiotas.
Maldita sea. ¿CuÁndo habͬa aprendido a ser tan sabio?
- ¿Puedo darte un consejo? - Asentͬ. - Hazle saber lo mal que te sientes por lo que te dijo. Si yo fuera tÚ, lo harͬa sentir mal. Asͬ Él tendrͬa que hablarte para pedirte perdÓn. SÉ que es mi hermano, pero trÁtalo lo peor que puedas Kelsey, merece sufrir. - Reͬ como una histÉrica mientras doblÁbamos uno de los pasillos.
- ¿Desde cuÁndo te has convertido en el mejor amigo gay que toda chica desea tener? - Él subiÓ sus cejas y me sonriÓ.
- Soy demasiado hermoso como para ser gay. - Reͬ el triple que antes y me parÉ en la puerta de Biologͬa, dÁndole la espalda a todo lo que no querͬa afrontar.
- Gracias, de verdad. - Le sonreͬ a Alex dÁndome cuenta que era la primera sonrisa verdadera sin ningÚn tipo de tristeza que cruzaba por mi rostro hacͬa ya, tres dͬas mÁs o menos.
- Hey, para algo tengo que servir, ¿verdad? Nos vemos luego, cuñada... - Mis ojos se abrieron igual de grandes que su sonrisa. Se acercÓ a mi oͬdo y hablo bajo, susurrando. - Y sÓlo para que lo sepas, Él escuchó eso... Y le gustó. - No pude evitar ruborizarme mientras Él se alejaba de mi oreja riendo un poco. Se alejó de mͬ unos tres pasos caminando hacia atrás y me gritó, haciendo que no perdiera mi vista en Él. - ¡Las malvas significan pena profunda Kels! - Junté mis cejas y escuché su risa mientras se alejaba.
Di media vuelta y tomé la manija de la puerta. Respiré tres veces muy profundamente y la abrͬ. Intenté no mirar a nadie en particular, pero sentͬa sus miradas en mͬ. La de Tris, la de Jake y la de Aaron. Caminé sin detenerme ante la mirada de nadie, pero le di a Tris una sonrisa que decͬa que todo estaba bien. Ella me devolvió otra, pero todavͬa sentͬa su dolor en los ojos por lo de esta mañana. PasÉ por el pequeño pasillo para llegar a mi lugar en el fondo. LevantÉ mis ojos y los ojos de Aaron estaban fijos en mͬ, como el primer dͬa en que lo vi. Un repentino dolor de estómago se alojó en mͬ.
Necesitaba correr y salir de aquͬ ya.
No. Yo no era asͬ. Yo iba a enfrentar mis problemas.
Acomodé mi mochila mejor en mi hombro y subí¬ mi mentón intentando crear más seguridad para mͬ misma. Di los Últimos pasos que me quedaban y juro que hasta ese momento no me había dado cuenta que habͬa un ramo de flores de mi lado de la mesa. Eran lindas, violetas y blancas, muy bonitas. Me senté ignorando el hecho de que su mirada seguͬa en mͬ y recordé todo lo que habͬa hablado con Alex.
Trátalo mal. Lo peor que puedas. IgnÓralo y las malvas significan pena profunda. Espera, ¿pena profunda? ¿Por quién sentía pena Aaron? ¿Por mí¬?... Que se vaya a la mierda.
Un repentino calor recorrió mi cuerpo y sentí¬ el enojo correr dentro de mí¬. Era suficiente. Me acomodé en mi lugar y lo ignoré como la mejor de todas. Saqué las cosas de mi mochila y esperé con paciencia a que el profesor entrara mientras veía al frente. Intenté no tener expresión en mi rostro, sólo para confundirlo un poco más. Corrí¬ las flores mientras ponía mis libros encima, ignorándolo un poco más.
- Son malvas, signi... - Lo corté mientras tomaba las flores y me giraba en mi lugar hacia la mesa que tenía al lado. Una chica hablaba con otra chica, toqué su hombro y ambas se voltearon mirándome.
- Toma, te las regalo, si quieres tíralas a la basura luego, no valieron tanto. - Sonreí¬ falsamente mientras la chica las tomaba y juntaba sus cejas.
- ¿Gracias? - Asentí¬ y miré al frente otra vez, borrando la sonrisa falsa de mi rostro. Todavía sentía los ojos de Aaron en mí¬, y estaba esperando a que intentara decir otra cosa para mandarlo bien a la mierda.
- ¿Podemos hablar? - Su voz comenzaba a ser un molesto ruido para mis tímpanos. Quería callarla de una vez. Me estaba irritando.
Sin mirarlo, apreté mi mandíbula para enviarle el mensaje de mi enojo.
- No, no podemos hablar. Porque si hablamos, yo voy a enojarme o tú vas a enojarte y luego intentarás matarme. Y si no, empieza tu complejo de autista y sinceramente, prefiero cien mil veces al Aaron autista en esta ocasión. Porque no estoy de humor para escucharte, ni verte, ni siquiera sentirte y tu voz me irrita y hace que mi cabeza estalle en mil pedazos. Así¬ que no. No podemos hablar. - No quería ver su carita de perrito abandonado porque lo Único que haría sería sentirme culpable por haberle hablado de esa manera y sería yo la que pediría perdón, porque era demasiado estúpida. Sͬ, lo era. Así¬ que, procuré hacer que no existía para que ambos por fin podamos estar tranquillos. Aunque mis pensamientos no me dejarían en paz, pero por lo menos podría prestar atención a la clase si Él no estaba todo el tiempo intentando algún movimiento para demostrar que sentía no sentir lo mismo que yo hacia Él, decirme indirectamente que era Él y no yo el del problema, cuando en verdad era que ambos sabíamos que yo era la del problema, porque era una fea y ni en un millón de años Él se fijaría en mí¬, por esas o más razones.
Me acomodé de nuevo en mi lugar cuando vi al profesor Young entrar por la puerta. Aaron no me hablo en toda la clase y a decir verdad, pensé que me sentiría mejor ignorándolo, pero claramente no fue así¬.
(...)
Caminé por los pasillos hacia mi casillero bendiciendo que mi maldito día por fin había terminado. Cientos de adolescentes pasaban a mi lado hablando y haciendo cosas de adolescentes estúpidos alborotados por sus hormonas. Abrí¬ el casillero y tomé los libros que me faltaban y necesitaba para hacer la montaña de tarea que tenía para mañana.
No había visto a Alex desde nuestro encuentro en la mañana y tampoco a Aaron desde que lo había puesto en su lugar en la clase de Biología. Y ahora que lo pensaba, ¿no era extraño que Aaron Lawrence se hubiese quedado callado? Es decir, sí¬, era autista, pero cuando se ponía en terco, era malditamente insoportable, lo había vivido varias veces. Tris había hablado conmigo en el almuerzo y me había pedido perdón por lo de los gemelos Weasley como cien veces, excusándose con que no había visto las Últimas películas de Harry Potter con su debida atención y de verdad no sabía cuál había muerto. La perdoné al instante antes de que se pusiera a llorar, y no me había dado cuenta de lo absurdo que sonaba hasta que lo escuché salir de sus labios unas cien veces. Jake me prometió que hablaríamos después con una sonrisa y me guiño el ojo, así¬ que supuse que Tris no podía enterarse.
El día, en general, había marchado bien. El Único problema, había sido yo. Yo y mi autoestima que andaba por el suelo, como siempre. Tenía que ir al estacionamiento porque Tris me había pedido que esta vez no me vaya caminando y que los acompañara a ella y a Jake a algún lugar a comer o tomar un café. No estaba de humor, pero era lo menos que podía hacer por ambos, que se veían preocupados por mí¬. Me sentía una chiquilla que acababa de descubrir que el hada de los dientes eran, en realidad, sus padres. Aunque había un problema y era que yo no tenía padres, pero eran detalles.
Bajé las escaleras de la entrada del colegio e intenté que ningún orangután me aplastara o golpeara. Me adentré en el estacionamiento buscando con mi mirada a Tris o a Jake o al auto de Jake para esperarlos e ir a tomar el bendito café para poder terminar esta mierda de día de una vez. Porque definitivamente no iba a trabajar, lo sentía mucho por Bill, pero Él me entendería si le decía que tenía que hacer un trabajo para el colegio. Bill nos entendía, y nunca se enojaba con nosotras por faltar, siempre y cuando le avisáramos. Creo que era, más que nada, porque ya tenía suficientes camareras y nos había contratado a Tris y a mí¬ como un favor que le había pedido Alex.
- ¡Oye! - me giré buscando a quien sea que hubiese gritado, pero no vi a nadie.
¿Quién querría llamarte a ti? Probablemente fue a otra chica. Una bonita chica, mucho mejor que tú.
- ¡Oye! ¡Kelsey! - definitivamente era para mí¬.
En tu puta cara, consciencia.
Me giré otra vez buscando con mis ojos entre los estudiantes que salían completamente excitados de la escuela. A unos cuantos metros de mí¬, divisé a un chico apoyado en un auto, estirando su cuello para verme.
Yo lo conocía... ¿Pero de dónde lo conocía? Yo... OH DIOS, EL CHICO DEL BAR.
Mi cuerpo tuvo una extraña sacudida que no sabía lo que significaba mientras caminaba hacia Él para ver qué quería.
¿Cómo era su nombre? ¿Carlos? No, definitivamente no era Carlos.
- ¿Cómo estás? - Su actitud relajada mientras estaba apoyado en el auto que no parecía ser el mismo de aquella noche, me ponía los nervios de punta.
- Bien... ¿Qué estás haciendo aquí¬? - pregunté mientras juntaba mis cejas intentando recordar su nombre.
Era con 'M', estoy completamente segura. ¿Mario? ¿Malinfredo? Dios Kelsey, que nombre más estúpido.
- Estaba esperando... - Esperen, ¿qué? Por favor, que no sea a mí¬, ya tenía demasiado y no quería sumar otro problema más.
- ¿A quién?
¡MASON! SABÍA QUE ERA CON 'M'!
- Ya está por venir, lo puedo sentir. - Cerró sus ojos y olió el aire mientras sonreía.
Okaaaay. Este tipo está loco.
Di tres pasos atrás de puro instinto.
- ¿Te encuentras bien? - No podía evitar mi ceño fruncido. Definitivamente este sería otro problema que agregar a mi lista de mierdas del día.
- Mejor imposible. - Su sonrisa daba miedo. Bueno, todo Él daba miedo. Pero era tan lindo que persuadía a la gente de su locura. Las chicas que pasaban cerca de nosotros se lo quedaban mirando y chismoseaban entre ellas para después reírse de una manera coqueta y guitarle un ojo. Qué© patético.
- Bueno, creo que mejor me voy... - Seguía con mis manos hacia mi espalda mientras lo miraba. Él me tomó de los brazos acercando su cara a la mía. Me alejé lo más que pude, pero sus manos mantenían el agarre en mí¬.
- Sólo espera unos segundos... - ¿Por qué su mirada parecía la de un loco?
- ¿Qué quieres que espe...? - No pude terminar de formular la pregunta porque un cuerpo se abalanzÓ hacia nosotros zafando su agarre de mis brazos. No tuve tiempo a reaccionar, ni gritar ni absolutamente nada. Aaron lo había tomado de los brazos y los había puesto contra su espalda mientras lo inmovilizaba en contra del auto en el que estaba apoyado segundos antes. Su mejilla apretada contra la parte trasera del auto y su expresiÓn de dolor junto con sus gemidos. Pero su sonrisa macabra seguía en su lugar, y me causaba escalofríos. Aaron parecía completamente enojado, furioso, sacado de sus casillas. Otra cosa que me causaba escalofríos. No estaba entendiendo nada. Las personas pasaban por nuestro alrededor mirando la escena igual de sorprendidos que yo. No podía siquiera hablar, para cuando Aaron giró su rostro hacia a mí¬ y me habló completamente furioso.
- ¿¡Se puede saber por qué mierda estás hablando con el maldito que te atacó en el bosque!?
¿Qué?

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