Capítulo 33: "Parte dos"
- Necesito encontrar a Jake. - Dije antes de salir corriendo del gimnasio.
Eso definitivamente había sido la cosa más horrible que jamás había visto en mi vida. Y si ese llegaba a ser Jake, podía morirme en este instante.
Corrí por los pasillos de la escuela esperando con toda mi alma que ese no fuera Jake, y que yo estuviera completamente equivocada o lo que mierda sea. Mi cerebro no paraba de pensar en las millones de posibilidades que había de que ese fuera Jake y lo mal que eso podría estar. Ignoré los gritos de Aaron intentando detenerme, porque ahora lo importante, era Jake.
Corrí a la cancha en donde todo seguía igual. Todos actuaban normal. Al parecer no se daban cuenta que mi mundo se estaba desmoronando de a poco. Vi a Tris que seguía cantando con sus pompones y una sonrisa en la cara. Vi al equipo siendo una completa mierda y perdiendo por miles de puntos. Y para cuando dirigí mis ojos a las gradas, ya podía sentir las lágrimas caer por mis mejillas. Jake no estaba.
No llores. No llores. Llorar sólo empeora las cosas. No llores maldita sea.
La respiración me faltaba y creía que iba a entrar en un ataque de pánico en cualquier momento. No podía respirar. Un extraño peso se había alojado en mis pulmones y oprimía mi pecho con fuerza.
¿Cómo le iba a decir a Tris? ¿Cómo iba a decirle que Jake...?
Tragué saliva y limpié mis lágrimas. Ella no podía verme así. Si me veía así, iba a preocuparse por mí y arruinaría su soñado momento de normalidad. La vi sonreír, con su lindo uniforme y sus grandes pompones. Sólo hizo que el peso en mi pecho se hiciera más pesado.
No podía verla. No podía.
Escapé del campo como pude. Medio llorando, medio tropezándome conmigo misma. Intenté no llamar la atención tragándome mis lágrimas y caminé al baño para mojar mi cara y tomar un poco de valor para afrontar esta situación.
Entré al edificio de la escuela, sin importarme si Mason seguía allí, ni lo que Aaron diría si me veía reaccionar de esta manera. Sólo quería que Jake estuviera aquí. Y me abrazara muy fuerte como él hacía. O que me diera de sus consejos y advertencias sin sentido. Y quería que fuera protector otra vez, escuchar cómo estar cerca de Aaron Lawrence me haría mal. Quería que actuara como mi hermano mayor y que me llevara las mañanas en su auto a la escuela, escuchando su extraña música que a nadie le gustaba. Y quería que besara y abrazara a Tris cerca de mí y que eso me causara asco, pero del bueno, por verlos tan felices y jóvenes y con tanto futuro por delante. Antes de que me diera cuenta, ya estaba sentada en el piso llorando con toda mi fuerza. Quería que Jake estuviera vivo.
(...)
La consciencia me carcomía viva y no me dejaba en paz desde el viernes por la noche. Caminé otra vez, haciendo el mismo trayecto que venía haciendo hacía más de diez minutos en mi habitación con mi teléfono en la mano, esperando cualquier noticia de quien sea. Ni yo misma lograba soportarme y si seguían pasando los minutos y yo seguía sin enterarme de nada, juro que me tiraría por la ventana. Me senté en la cama dejando descansar mis piernas tan sólo un poco, porque ya no soportaba seguir actuando como una loca, no ayudaba de nada a nadie. Miré mi celular intentando hacer como en las películas, que anticipan la llamada, pero no funcionó porque el teléfono no sonó. La ansiedad me estaba comiendo el cerebro de a poco y los nervios no ayudaban a calmar a mis manos que seguían temblando como hace días.
Esto era una pesadilla.
- Hola. - Giré mi cabeza hacia la ventana en donde estaba Aaron. Ni siquiera pensé en recriminarle el hecho de que había forzado mi ventana y me había asustado, simplemente me levanté de la cama y corrí hacia él para abrazarlo. Sus brazos me rodearon y por fin sentí cómo mi cuerpo volvía a la normalidad después de días. Mis manos dejaban de temblar y mi respiración era regular cuando sentía que me apretaba contra su cuerpo.
- ¿Qué sucedió? ¿Qué dijeron? ¿Cómo estás? ¿Cómo están los demás? ¡RESPONDE MIS MALDITAS PREGUNTAS! - Aaron sonrió con tristeza y acomodó mi cabello con su mano.
- Tranquila linda, todo va a estar bien. No va a haber guerra. - Todo el aire que había retenido en estos días salió por mi boca mientras apoyaba mi cabeza en el pecho de Aaron. - Entendieron perfectamente que nosotros no fuimos, aunque muchos tenían sus sospechas. Les hubiese encantada sacar nuestras tripas con sus garras, pero Jonathan logró convencer al líder de la manada, que me pareció bastante razonable y poco canino para ser honesto. - Sonreí sobre su pecho. Seguía siendo un maldito y lindo idiota. - Van a velar el cuerpo con sus rituales y ya le comunicaron a la familia lo que sucedió. Jonathan se ofreció a ayudar a buscar al asesino, porque estamos seguros que Mason no fue, a pesar de haber contribuido a la causa.
- Pero nosotros lo vimos... ¿Cómo que no fue él? - Pregunté mirándolo a los ojos.
- Mason no pudo haberlo matado, porque el que lo hizo, lo hizo con una daga de plata. Los vampiros no pueden tocar la plata Kels, ¿recuerdas las cadenas? -asentí-. Las heridas de quemadura de plata tardan en cerrar. Días, semanas en los vampiros que no consumen sangre humana, y el cadáver sólo llevaba muerto unas horas, según Gina. No creo que Mason haya podido hacer todo ese desastre con las pocas fuerzas que tendría después de tocar la plata, sin contar que jamás hubiese podido aventarnos esos casilleros si hubiese usado sus propias manos para matarlo. - Suspiré y tomé mi cabeza. - ¿Te duele?
- Todo esto es demasiado difícil de procesar para mí. - Me alejé de él y me senté en la cama tomando mi frente.
- Tómalo con calma, ¿si? - Él se sentó junto a mí y me rodeó con uno de sus brazos. - Ya te lo dije, todo va a estar bien. - Lo miré.
- ¿Cómo lo sabes? - Sonrió.
- Veo el futuro, ¿lo olvidas? - Revoleé lo ojos.
- No podría ni aunque quisiera. - Apoyé mi cabeza en su hombro. - Yo no... No sé qué hacer. Estoy... Impactada. Mi cerebro funciona más lento de lo normal, lo juro. No sé cómo tomar todo esto. - Confesé. Aaron apoyó su cabeza sobre la mía.
- Con tranquilidad. Si te sientes muy mal, puedo llamar a Gina o a Jonathan para que te vean, en serio.
- No, estoy bien. Es todo esto de la muerte y la sangre... No puedo sacar esa imagen de mi cabeza. Tengo pesadillas todas las noches.
- Podría dormir contigo. - Alejé mi cabeza de la suya y levanté mis cejas haciendo que su sonrisa se volviera más grande. - Sólo para espantar las pesadillas Kelsey Brooks, eres una maldita mal pensada pervertida. Ya pareces Chad. - Reí y volví a apoyar mi cabeza sobre su hombro.
- No creo que eso ayude. Nunca había tenido pesadillas de esta forma, ¿sabes? Es como si él estuviera aquí mientras duermo, intentando matarme. Pero siempre me despierto antes de que lo logre y luego no puedo dormir en toda la noche. - Revoleé los ojos intentando hacer que esas imágenes desaparecieran de mi cabeza.
- ¿Estás segura que no te sentirías mejor si un vampiro grande, fuerte, apuesto y sexy se quedara a dormir contigo? - Reí.
- Primero debería verlo y luego te contesto. - Aaron rió. - Me siento tan culpable por no haber hecho nada.
Chau lágrimas, ni se les ocurra aparecer. Adiós, salgan de mis malditos ojos.
- ¿Qué se supone que ibas a hacer? Si lo hubieses enfrentado te habría matado hasta con los ojos cerrados. Sin ofender. - Sonreí. - No podías hacer nada Kelsey, deja de atormentarte.
- ¿Cómo lo tomó la manada? ¿Y su familia? - Pregunté.
- Mal. Al principio, obviamente, querían matarnos. Y tienen razón. Sería como si mañana, un grupo de lobos trajera el cuerpo muerto de Alex. No podrían ni dar un respiro porque ya estaría encima de ellos arrancándoles la garganta con mis propias manos. Pero luego de verlos llorar por unos segundos, el líder de la manada apareció y no permitió que nos mataran porque quería escuchar lo que había sucedido. No sé cómo ni por qué, pero nos creyeron y les prometimos cooperar con todo lo que quisieran, aunque a ninguno le gusto esa idea. - Sequé una lágrima que se había escapado de mi ojo.
Sigues odiando que te vean llorar, recuérdalo Kelsey.
- Jake... - Mi garganta largó un suspiro sin mi permiso y mis ojos lagrimearon un poco más. - ¿Jake está...? - Aaron tomó mi cara y me hizo mirarlo.
- Aquí. Y el hecho de querer venir a verte y que cada vez que lo hago, te encuentro con este idiota, hace que quiera patear mis propias pelotas. - Giré mi cabeza hacia la puerta en donde divisé a Jake con sus brazos cruzados. No dudé ni un segundo en pararme e ir a abrazarlo con todas mis fuerzas.
- ¿Sabes qué hace que yo quiera patear mis propias pelotas? Que tú siempre estés interrumpiéndome. Y hablo de SIEMPRE. - Escuché a Aaron decir, mientras se acostaba en mi cama y suspiraba cansadamente. Reí.
Creí que nunca jamás volvería a escuchar algo como esto.
- ¿Cómo estás? - Me separé un poco de Jake para ver su mirada triste. Por sus ojos, notaba que había estado llorando.
- ¿Cómo voy a estar? Me siento como si mi hermano hubiese muerto. Estoy seguro que cortarme un brazo dolería menos.
- Hazlo de una vez por todas. - Miré mal a Aaron.
- No le hagas caso. Está en su periodo. - Jake sonrió. - ¿Y Tris? - Pregunté.
- En su habitación. Llorando. Ni siquiera lo conoció, pero dice que todo este asunto de uno de mis mejores amigos muerto en un accidente de tránsito, me tiene abrumado y eso la abruma a ella. Aproveché estos cinco minutos en los que se metió al baño a ahogar sus penas para venir a verte. Además de que sentí la presencia del individuo desagradable en esta casa, por supuesto, y quería ver si ya estaba mordiendo tu cuello.
- No muerdo cuellos, soy más moderno. Ahora lo hacemos desde lugares íntimos, ya sabes... Para darle mayor placer al proveedor de la sangre. Pregúntale a Kelsey, ella sabe del tema. - Revoleé los ojos.
Ellos podrían estar peleando hasta en mi funeral.
- Repito, ignóralo, está en su periodo. - Aaron bufó cansado, otra vez. - Jake... Yo... Lo siento. Muchísimo. - Él me sonrió y acomodó mi cabello.
- No lo sientas, no es tu culpa Kelsey. - Volví a abrazarlo para que no viera mis lágrimas.
- Sí lo es. Todo es mi culpa siempre. - Lloriqueé como una niña. - Podría haberte dicho que Mason estaba en la escuela... Podría haber hecho mucho más que llorar... Podría haber pensado en vez de actuar... Podría... - Me interrumpió.
- Y yo podría haber hecho muchas cosas también. Podría haberme quedado en casa por el frío que hacía. Podría haberte seguido cuando me di cuenta que te tardabas más de lo normal. Podría haber seguido mi instinto de que algo malo estaba pasando justo en frente de mis narices. Podría no haber ido al baño y podría no haberte encontrado llorando en el pasillo porque pensabas que yo había muerto. Podrían haber pasado tantas cosas Kelsey, pero no pasaron. No fue así. Así que deja de culparte, porque tú no asesinaste a nadie y nunca podrías haberlo evitado, ni aunque quisieras. - Eso definitivamente había hecho que me sintiera mejor.
- Gracias. - Sonreí.
- ¿Por qué no me haces caso a mí que vengo diciéndote las mismas mierdas que él hace días, y este idiota se aparece y dice lo mismo que yo pero a él sí le crees?
- La vida es dura, ya ves. - Le sonreí a Jake.
- Pero es lindo vivirla. - Dije.
- Ustedes lo dicen porque no llevan más de un siglo rondando por la tierra aburriéndose como un maldito hongo. - Reí.
- Negatividad nivel: Aaron Lawrence. - Dije haciendo reír a Jake. Aaron revoleó los ojos y se enderezó en la cama, mirándonos a ambos. - ¿Y ahora cómo sigue esto?
- Supongo que intentaremos averiguar quién lo mató. - Aaron rió con sarcasmo.
- Pues buena suerte con eso. - Lo miré mal.
- ¿Sabes qué? Estoy empezando a acostumbrarme a que siempre seas un idiota y también al sentimiento de matarte que se acumula en mi pecho cada vez que te tengo cerca... ¿Por qué dices eso? - Jake entrecerró los ojos.
- Porque no les va a ser fácil encontrarlo.
- ¿Y por qué?
No sé por qué siento que soy la barrera que impide que estos dos intenten matarse constantemente.
- Porque es obvio que Mason no trabajó solo. Los vampiros no podemos tocar la plata. Así que alguien tuvo que haberlo ayudado... Y no fue un vampiro.
Odiaba que se hiciera el misterioso con todo este asunto. O sea, hola, hablamos de una persona muerta por el amor de Dios. Ya es la segunda que muere por culpa de Mason y su gente o quienes mierda sean. No tienes derecho a hacerte el chico misterioso Aaron Lawrence, pareces un imbécil.
- ¿Estás sugiriendo que un lobo lo ayudó? - Jake tensó su cuerpo, apretó su mandíbula y juntó sus puños. Todo eso en tiempo récord. Aaron lo había hecho enojar en menos tiempo del que pensaba.
- No. Estoy sugiriendo que un humano lo ayudó. - Jake relajó su cuerpo al instante y sus ojos se tornaron más tristes que antes.
- ¿Quien podría haber hecho algo así? Todos lo querían... Todos lo apreciaban. - Lo abracé intentando contenerlo.
- En defensa a los humanos, muy pocos no tienen corazón como para matar a una persona sin razones y que la culpa no los carcoma por dentro. Así que, si lo hizo, y el que lo hizo es un humano, estoy segura que su consciencia debe estar atormentándolo en este momento. - Dije mirando a ambos.
- Lo dices porque eres humana y los humanos intentan justificarse siempre. - Abrí mi boca con indignación y fruncí mi ceño por la horrible y discriminadora frase que Aaron acababa de decir.
- ¡No es cierto! - Jake tosió y supe que él pensaba lo mismo. - ¡Oh lo siento criaturas divinas creadas por quien sabe qué! ¡Siento ser humana y siento sentir algo con respecto a todo esto! - Revoleé los ojos al ver a Aaron sonreír. Siempre sonreía cuando me hacía enojar, un día de estos iba a matarlo. - Vete a ver a Tris, debe estar preguntándose en dónde estás.
- No te enfades. - Jake besó mi frente.
- Sí, sí, como sea. - Lo empujé fuera de mi habitación y cerré la puerta. Me giré a Aaron. - Tú siempre haces todo a propósito, ¿cierto? - me crucé de brazos.
- Sí, la mayoría del tiempo. - Respondió con un tono soberbio levantando las cejas.
- Tu soberbia no va a llevarte a ningún lado conmigo, Aaron Lawrence.
- Tu soberbia no va a llevarte a ningún lado conmigo, Kelsey Brooks. - Sonreí.
- Eres increíble. - Negué con mi cabeza.
- Lo sé. - Reí y me senté junto a él.
- ¿Por qué crees que lo hizo? Es decir... No tiene una razón para hacerlo. - Aaron suspiró.
- No lo sé. Pero no es simplemente lo que pasó en el taller. Kelsey, él quería que nuestro clan comenzara una guerra con los lobos. No tienes ni idea de lo que eso significa, lo sé, pero es bastante grave. Podemos odiarnos y vernos mal y puedo insultar mucho a Jake, pero no quiero una guerra contra él y los suyos. No sería nada bueno. Ni para ellos, ni para mi familia. - Tomé su mano mientras suspiraba. Estaba helada. - No sé qué quiere Mason, pero sé que no está solo y que no va a parar hasta destruirnos. A todos.
Mierda, hombre. Así suena como si estuviéramos bastante jodidos.
![](https://img.wattpad.com/cover/75913457-288-k265656.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Aaron Lawrence
Viễn tưởngHistoria de Lucía Aluminé Sacado de su página de Facebook: "Storytellers"