Capítulo 6:
La primer semana de escuela había pasado como el viento, y sinceramente había agradecido no haberme cruzado de nuevo con ninguno de los hermanos Lawrence. Era viernes, y yo era malditamente feliz, porque por fin podría tener un descanso de la escuela y hacer cosas productivas el fin de semana, como leer un libro, dormir, escuchar música, dormir y dormir un poco más. Mientras Tris y yo desayunábamos, ella me decía que lo haga rápido antes de que su preciado Jake llegue a buscarnos.
Sí, el ya había sacado su auto del taller y le había ofrecido a Tris llevarnos y traernos de la escuela. Lo más probable es que hoy la invitara a salir, aunque estoy segura que ella no se lo había imaginado ni un poco, porque si no, estaría completa y totalmente ansiosa y padecería un ataque de ansiedad mientras me preguntaba mil veces como estaba su maquillaje y cambiara su vestido un millón de veces más, para terminar decidiéndose por el primero que se había probado.
Sí, así era Tris.
El timbre sonó y ella miró el reloj de su celular, tomó su bolso corriendo y comenzó a empujarme por la espalda para que me apure.
Mierda, me iba a atragantar con los cereales.
- Rápido Kels, no quiero que él se quede esperando ahí afuera. - Dijo mientras volvía a empujarme por la espalda. Tomé el tazón de cereales y lo puse todo en mi boca, arrepintiéndome al instante.
Comencé a hablarle, pero claramente no estaba funcionando, porque ella tenía una sonrisa en su cara. Revolee los ojos y agarré mi bolso, mientras intentaba masticar todo lo que tenía en la boca. Tomé a Tris por la muñeca y bajamos rápido por las escaleras, porque según ella no había tiempo para esperar el ascensor.
Tris abrió la puerta del edificio principal y caminó rápidamente para besar la mejilla de Jake y saludarlo.
Yo, en cambio, necesitaba un tubo de oxígeno.
Puse mis manos en mis rodillas, mientras intentaba respirar y masticar el cereal al mismo tiempo.
Cosa que claramente no recomiendo, porque comencé a toser como una idiota y realmente llegué a pensar que moriría por el cereal.
Debe ser la peor muerte del mundo.
- Ehmm... ¿Tris? Creo que a tu hermana le está dando un ataque. - Jake me miró y yo le agradecí con los ojos mientras tosía y tocaba mi garganta. Tris se dio vuelta para mirarme y luego sonrió hacia Jake.
- Ella está bien, sólo es exagerada.
¿¡QUÉ!? ¿¡YO EXAGERADA!? ESTABA MURIENDOME JUSTO EN FRENTE DE SUS OJOS Y ELLA NO HACÍA NADA.
Me paré derecha y comencé a revolear mi puño en el aire mientras empezaba a masticar nuevamente los cereales en mi boca. Jake y Tris rieron mientras me miraban.
- Te lo dije, el enojo de Kels le gana a cualquier otro sentimiento que tenga en el momento. - Volvió a sonreír como idiota hacia Jake y yo tragué mi cereal revoleando los ojos.
- Como sea - hablé por primera vez - hola Jake, gracias por llevarnos, es muy bonito de tu parte querer conquistar a Tris y no olvidarte que tiene una hermana que odia caminar. - Sonreí mientras ambos se ponían rojos.
¿Qué acaso eran niños de cuatro años?
Sin decir nada, subimos al auto, no sin antes que Jake abriera las puertas para mí y Tris.
Eso es un punto para Jake, ¿Qué clase de chico lindo te abre la puerta de su auto en el siglo XXI?
- Díganme algo de ustedes. - Jake habló mirando por el retrovisor hacia mí y desviando un poco sus ojos de las calles para ver a Tris, que estaba en el asiento del copiloto.
- ¿Algo cómo qué? - Tris se tensó un poco en su asiento.
- No lo sé, dónde crecieron, cómo fue su niñez, por qué vinieron a Oak Minds... - Habló diciendo las típicas preguntas para cortar el silencio incómodo.
- Bueno... - Empecé yo porque sabía que Tris no iba a contestar - Crecimos en nuestra casa de California con nuestros padres...
Mentira.
- Nuestra niñez fue normal, aunque siempre he sido la preferida de mamá y papá.
Mentira.
- Y vinimos a Oak Minds porque mamá y papá estaban cansados de la ciudad y todas esas cosas que los estresaban, además de que la nueva empresa en la que trabajaban ambos decidió que ellos eran demasiado buenos para quedarse allí y los cambiaron a otro edificio de la misma compañía, que quedaba mucho más cerca de este pueblo que de California.
Y mentira, otra vez.
No entiendo por qué Tris me había hecho aprenderme todo esto de memoria, si ella ni siquiera lo sabía decir.
Aunque estaba segura de que Jake le gustaba en serio, y no quería mentirle.
- ¿Cómo se llama la empresa en dónde trabajan? - Pregunto Jake.
No podías conseguirte un novio más preguntón, ¿Cierto Tris?
- Ehmm... Es algo sobre números y esas cosas... - hablé evitando el retrovisor, porque sabía que me estaba mirando. - Nada interesante, para ser sincera.
- ¿Y tú? ¿Cómo fue tu niñez? - Dijo Tris para cambiar de tema.
- Lo usual, supongo... - Jake se encogió de hombros. - Mis padres crecieron en este pueblo y se conocieron en la tienda de mi padre, mi madre acababa de salir del instituto y fue comprar algo de leche. - Rió un poco - Se enamoraron, se casaron y me tuvieron a mí, y con el tiempo a mis tres hermanos, Key que tiene dieciséis, Marco y Paul que tienen catorce, son gemelos - aclaró - y la niña de la familia, Carly. - Sonrió al decir su nombre, Tris lo miró con una sonrisa.
- No sabía que tenías hermanos... - Jake volvió a desviar sus ojos un segundo del camino, sonriéndole de vuelta.
- Sí, los chicos son todos insoportables, como cualquier adolescente y Carly sólo tiene ocho, es nuestra pequeña. - Tris volvió a sonreírle y yo sabía lo que estaba pensando.
"Seguro será un gran padre para nuestros hijos, Jack y Dinna, le dará de comer a nuestro perro Finn todas las mañanas y luego jugaremos juegos de mesa en familia."
Reí para mí misma y miré por la ventana.
Probablemente el recorrido hasta la escuela en auto era más largo que caminando.
- Oye Jake... - Él me miró a través del retrovisor y yo me encogí de hombros, porque sabía que él no diría nada, y necesitaba la opinión de un hombre de la escuela que supiera quienes eran. - ¿Qué sabes sobre los hermanos Lawrence? - Tris juntó las cejas ante mi pregunta y vi como Jake tensaba sus manos en el volante y se ponía rígido en el asiento.
Bueno... Esto era nuevo.
- Lo único que sé de ellos, es que son peligrosos. No les recomiendo que se acerquen a ellos para nada. Y estoy hablando en serio. - Su voz era firme y no tenía una gota de humor.
Tris me miró sorprendida ante lo que Jake acababa de decir. Yo miré mis zapatos y junté mis cejas.
¿Por qué eran peligrosos? Es decir, Caitlyn nos había hablado de ellos y no parecían tan malos.
Tampoco era como si yo los quisiera conocer, ni nada parecido. Si no tenía relación con ellos, probablemente era lo mejor que podía pasarle a mi existencia.
Pero quería averiguar lo que ocultaban, porque no era la única que pensaba eso. La mitad de la escuela lo creía.
En lo que quedaba del camino al instituto, ninguno habló. Y Jake no había dejado de estar tenso un solo segundo.
Nota mental: no preguntar de nuevo a Jake sobre los Lawrence.
(...)
No me había dado cuenta que los viernes tenía Biología hasta que Tris lo mencionó junto con "Voy a sentarme con Jake, si no te molesta."
Pero claro que me molestaba, aunque no pensaba decírselo. Le gustaba mucho, y Jake también a ella. No pensaba ser la que les prohibiera estar juntos porque sólo estaba paranoica.
Entre al aula de Biología con el corazón en la boca y saqué todo el aire en un suspiro cuando vi que Aaron no estaba en nuestro pupitre.
Tampoco es que él se vaya a sentar a mi lado.
Tris corrió al lado de Jake y se sentó a su lado sonriente.
Yo caminé lentamente hasta el último lugar, en el rincón del aula y me senté allí.
No voy a mentirme a mí misma, porque eso es una idiotez. Mis manos temblaban y estaba haciendo todo tan lentamente que era obvio que estaba nerviosa.
Sí, probablemente estaba exagerando, eso era lo que Tris diría. Pero nadie estaba en mí lugar. Nadie era acosado por ese chico, excepto yo. Y gracias a Jake mis nervios se habían multiplicado por mil.
¿Qué mierda era esa de que eran peligrosos?
Si fueran peligrosos, no los dejarían entrar en la escuela ¿verdad?
Suspiré y revolee los ojos. Si seguía pensando en eso sólo lograría ponerme más nerviosa. Deje mi bolso colgado de la alta silla y me giré para tomar mi cuaderno y mi libro. Una ventisca de aire frío corrió de repente golpeando mi cuerpo y me dieron escalofríos. Me enderecé en mi asiento y por un segundo mi corazón dejó de latir.
Aaron, estaba sentado junto a mí. Viéndome fijamente.
¿Cómo mierda hacía eso?
Puse una mano en mi pecho e intenté calmar mis respiraciones. Claramente no funcionaba. Él seguía con su vista en mí y eso me irritaba y hacía que mi corazón latiera cincuenta veces más rápido que lo normal. Lo miré una vez más sacando las manos de mi pecho y poniéndolas en mi cara, apoyando los codos en la mesa, junto a mis cosas.
- Me asustaste. - Susurré. Él no contesto. Saqué las manos de mi cara, una vez que mi respiración había dejado de estar agitada y lo miré. Mi corazón seguía corriendo a mil. Él sólo seguía mirándome, sin decir nada.
Suspiré y miré al frente. Con mis dedos comencé a hacer un ritmo contra mis cuadernos. Volví a suspirar irritada porque sentía sus ojos en mí.
Vamos Kels, primera regla de la confianza en ti mismo: no permitas que nadie te intimide.
Me giré a verlo y cuando iba a hablar, me perdí en sus ojos negros por un instante antes de volver a suspirar.
Ahora Kels, háblale ahora.
- ¿Por qué siempre estás mirándome? ¿Es que acaso tengo algo en la cara?
Genial. GE-NIAL. Te felicito Kelsey, eres una maldita agresiva con problemas de que la miren. Sólo para que sepas, no está prohibido que la gente te mire, no es contra la ley. Eres una idiota Kelsey Brooks, estoy cansada de repetírtelo. Consíguete otra consciencia.
Él junto las cejas, haciendo una mueca con su cara, y Dios, se veía malditamente adorable cuando hacía eso. Inspeccionó mi rostro unos segundos.
Desvío los ojos hacía la mesa, y luego miró al frente. Suspiré otra vez, irritada conmigo misma y me di el valor de volver a intentarlo.
- Yo... No quise que sonara tan agresivo. - Él no se inmuto de lo que estaba diciendo. Puse una mano en mi frente y me sorprendí al sentir sudor en ella.
Eres un puerco, que asco.
- Lo que intento decir, es gracias. - Seguí mirándolo y sus cejas volvían a estar juntas, desvío sus ojos en mí nuevamente y me repetí diez mil veces más que sólo era un chico y que mi corazón no tenía que latir así de fuerte, y que mi respiración tenía que ser normal.
- ¿Por qué?
Madre Santa, su voz era lo más hermoso que había escuchado.
Sabía que mi cara estaba demostrando lo sorprendida que estaba, pero no me molesté en ocultarlo.
Es decir, ÉL ESTABA HABLANDOME. ÉL-ESTABA-HABLANDOME.
- Por el cuaderno de Biología... - Dije mirando hacia la mesa dónde estaba el bendito objeto. - Gracias por dejarlo en mi casillero.
Su cara volvía a demostrar que no sabía de qué estaba hablando y me sorprendí al poder leer su rostro, cosa que no había logrado hacer desde que lo vi por primera vez, en este mismo lugar.
- No sé de qué estás hablando. - Su cara volvía a ser la misma, y yo entrecerré los ojos.
O me está tomando el pelo, o está haciendo una muy buena actuación... O de verdad él no fue el que lo hiso.
Mi cuerpo se desinfló como un globo en la silla y miré la mesa fijamente, sintiendo sus ojos en mí.
- No importa... Seguro fue una confusión.
Suspiré otra vez, y dirigí mi mirada a él. Estaba viendo al frente nuevamente.
No pierdas esta oportunidad Kelsey, él está hablándote. Haz algo. Sigue hablando.
- ¿Cómo te llamas? - La pregunta salió de mi boca sin pensarlo y me maldije a mí misma.
Quien haya dejado la nota y el cuaderno en mi casillero, había escrito una "A", es decir que yo sabía cómo era su nombre porque si no, no le hubiera agradecido.
Era obvio que él sabía que yo ya sabía cómo era su nombre, pero no dijo nada al respecto. En cambio, me miró, volvió su mirada al frente y apretó sus manos juntas sobre la mesa, parecía irritado.
Lo siento amigo, sé que puedo ser irritante a veces, pero tu decidiste acosarme con tu maldita mirada.
- Es mejor que no me hables... - Mis cejas se juntaron en una y lo miré sorprendida.
¿Perdón? ¿Qué se supone que significa eso?
Él volvió a mirarme. - A tu amigo no le agrada... - Mis cejas se juntaron más, si es que era posible, y mi cara demostraba lo confundida que estaba. Sus ojos seguían en mí.
¿Amigo? ¿Qué amigo? Llevaba aquí una semana, ¿acaso él piensa que soy una persona sociable? Porque estaba muy confundido, en serio.
Volvió a mirar al frente y me lo quedé mirando de la misma manera. Busqué por el aula quién se suponía que sería mi amigo y me sorprendí al ver los ojos de Jake fulminando a Aaron.
¿Qué estaba pasando aquí?
Cuando Jake se dio cuenta que lo estaba mirando, desvió su mirada de Aaron y miró a Tris, que estaba hablándole.
Oficialmente, estaba completamente perdida en el instituto Oak Hills
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Aaron Lawrence
FantasyHistoria de Lucía Aluminé Sacado de su página de Facebook: "Storytellers"