No tan ocultos • Cristiano Ronaldo ~ Messi ~ Ochoa

⚽ 49.- Algunos deseos

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El Rosario, Argentina.

Mientras una pareja estaba festejando que la cigüeña iba a llegar pronto, otra persona andaba, haciendo lo de siempre...

Las náuseas seguían sin darle descanso a Lionel, a quien ya le habían mandado vitaminas por ello.

— Según lo que investigue las náuseas luego duran como tres meses o más...— Comenzó a explicar Neymar revisando el celular estando recostado en la cama.— Depende también del metabolismo...

— Ya deja de hacerme esto bebé.— Leo se dio unos pequeños golpecitos suaves en el vientre.

Eso hizo sonreír a Neymar, al menos Leo pese a estar sin el padre de su hijo, era cariñoso con ese pequeñito que estaba creciendo dentro suyo. Pues pese a todavía no tener una pancita, el Argentino ya sentía unos ligeros cambios en su vientre y no solo eso, tanto sus padres como Neymar ya lo habían notado sonreír acariciando su vientre o también hablándole bonito varias veces en el transcurso del día.

Eso era bastante tierno de ver.

— Tengo hambre...— Leo lo observó.

— No voy a ir por pizza a esta hora.— Enseguida se negó el brasileño.— Luego ni te la comes...

— Bobo...— Se sentó en la cama para ver qué usar ese día de ropa.

— Llegará un momento en que la ropa no te va a quedar...— Neymar se burló.

— No digas tonterías...— Aunque enseguida con curiosidad preguntó Messi.— ¿Sabes como cuánto voy a subir de peso?

— Te dije que veinte kilos... se te hincharan los pies y también tendrás estrías.— Se burló nuevamente.— Esas se tarda en desaparecer...

Enseguida por respuesta Neymar recibió un golpazo con la almohada en la cabeza, a Leo no le estaba agradando la idea de que fuera a engordar tanto y peor, las cosas que se avecinaban por síntomas.

— Solo espero que los síntomas no vayan a ser muy extremos...

— Ni violentos...— Agrego Neymar tras el golpe.— Escucho borroso...

En México... paseando por la plaza de Guadalajara...

Javier iba de la mano de Ronaldo, habían comprado unos elotes preparados para pasear ya que se encontraban viendo que comprar y el día era bastante tranquilo para ambos. Terminaron por sentarse en una banca de allí mismo y fue ahí cuando el teléfono del Portugués sonó. Una notificación.

— ¿Qué es?

— De la aerolínea... hay varios vuelos disponibles la siguiente semana para ir a Argentina.— Respondió su novio.

Todavía había un "no se que" para Javier pensar en la idea de que Leo y Cris se vean.

— Solo quiero decirle que me haré responsable si resulta ser mío... pero también, que terminemos bien nuestra unión.

Aunque ya no era del todo visibles la mordida de Ronaldo sobre el cuello de Leo, todavía permanecía latente esa unión que tenían. Para romper un lazo, ambas partes deben estar de acuerdo o de lo contrario podrían acarrear problemas, ya sea emocionales o incluso físicos y Ronaldo ya había vivido el físico... No quería que por acabar mal las cosas Leo fuera a sentirse mal emocionalmente en especial por el bebé.

— Sabes que si el bebé es tuyo, tendrás una unión y responsabilidad con Leo...— Habló bajito Javier.— Siempre, por su hijo.

— Solo por el bebé...— Lo abrazó besando su cabeza.— Yo te quiero a ti.

Todavía sentía miedo Javier de que Ronaldo vaya a decir algo que no y le haga daño cuando vea a Leo, pero sonrió ligeramente escuchando el corazón de su Portugués.

— Además.— Ronaldo le beso el cuello.— Tengo muchas ganas de hacerte ya mío... hacerte el amor...

Obviamente al enderezarse para verlo, las mejillas de Javier delataron su sonrojo. Enseguida Ronaldo lo beso con ternura, haciendo del beso uno más demandante, pues le acarició la espalda bajo la playera.

— Perate pendejo...— Javier intento zafarse del beso.

— Ya quiero comerte...— Se burló con una sonrisa mientras lo besaba.— Y que todos vean que eres solo mío...

— No me vas a marcar en vía pública.— Sonrió siguiéndole el juego.— No estoy tan urgido wey...

Ronaldo lo abrazó para evitar que se soltará y lo beso nuevamente, tras ello lo mantuvo entre sus brazos besado su cabeza.

— Eres lo más importante que tengo Javi...

— También te amo wey...— Sonrió Javier para verlo y besarlo nuevamente.

— Quiero casarme contigo, tener hijos contigo...— Le beso las manos.— Todo contigo mi Chicharito.

— ¿Y cuantos hijos tendremos?.— Su Chicharito sonrió.

— Seremos una familia pequeña...— Respondió enseguida.— Unos... cinco o siete niños...

— Si claro... Como tú no los tendrás.— Javier se burló.— Pero si quiero darte hijos...

Ambos sonrieron y se dieron un beso.

Las cosas esperaban que salieran bien cuando sea el momento de ir a Argentina.

En otra casa cercana también. La familia ya se había enterado que iban a tener un nuevo integrante y su llegada sería en unos cuantos meses. La familia de Julián también ya lo sabía y por la emoción querían llegar a visitarlos, aunque en ello Álvarez negó, pues él era quien quería viajar a verlos.

En parte ello le interesaba un poco a su Alfa.

En la habitación de Guillermo, este estaba dándole besitos al vientre de Julián, quien estaba recostado ligeramente en la cama abrazando el Águila de peluche y tenía su abdomen descubierto.

— Me gusta la idea de tener un niño.— Sonrió el Portero acariciando su pancita.

— Igual una niña sería lindo.— Julián se inclinaba a esa idea debido a que no tenía hermanas y habría sido lindo pues su madre lo comentó alguna vez, ahora quería darle una nieta a sus papás.

— Ana Laura era muy linda de pequeña.— Sonrió Memo pensando en su hermana.

— Que saque tus rizos también amor.— Julián sonrió.— Pero...

— ¿Qué?.— Volvió a besar su vientre.

— Espero, se lleve bien con su hermanito... si el bebé es tuyo.

Por eso Memo sonrió. Adoraba que, pese a como le dio la noticia, Julián estaba pensando bien en esa posible paternidad, además de que fuera de ello también le interesaba la estabilidad emocional de Leo y se notaba que se preocupaba de él.

— Eres lo más puro y bueno del universo, ¿lo sabías?.— Memo se enderezó para besarlo.

— No digas eso que me apena...— Sonrió Julián.

— De verdad... no se que hice para merecerte...— Sonrió.— De verdad que eres adorable y lo más hermoso que tengo.

— Me vas a hacer llorar...

Julián lo abrazó y Guillermo le beso el cuello varias veces para también abrazarlo con ternura. Amaba la manera de ser de Julián.

Y esperaba que los cambios del embarazo no vayan a ser muy pesados para él. Pero de cualquier manera siempre iba a estar a su lado como debía ser.

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