No tan ocultos • Cristiano Ronaldo ~ Messi ~ Ochoa

⚽ 67.- Las ganas

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Lionel tenía que confesar que marcar y esperar que entrara la llamada le había causado un poco de nervios.

Pero la llamada no había entrado.

Después de unos segundos el timbre paso al buzón de voz, pero no dejo un mensaje. Colgó enseguida.

Tras ello, Leo suspiró y dejo el celular sobre el mueble. No había vuelto a insistir pues seguramente Memo tenía cosas que hacer y por eso no había contestado su llamada.

Y así era.

Pues en casa, ya faltaba poco para la hora de la comida y debido a que Julián tenía antojo de cosas dulces, debido a la dieta en cosas nutritivas que lo tenían sometido, Memo decidió ir con él a comprar fruta para hacerle un postre, quizás una tarta.

Así que cuando sonó el teléfono, no iba a contestar pues seguían en la calle escogiendo las cosas que iban a comprar para la comida.

Quizás era mejor por el momento así.

En México, en Guadalajara.

Tras la noticia mal hecha de su posible embarazo, las cosas se había calmado en especial cuando Javier insistía en que aún no habían llamado a la cigüeña y también que por el momento eso quizás no iba a darse.

— Al menos ya dejarán de molestar...

Javier resoplo y se tiró a la cama, se había dado un baño, Ronaldo había entrado a la habitación al verlo.

— Eso espero...

El Portugués se recostó igual en la cama y lo abrazó por la cintura.

— Aunque...— Sonrió coqueto Ronaldo.— No sería mala idea llamar a la cigüeña...

— Si, pero si me estresó que hicieran sus chismes mal contados.— Siguió hablando Javier.— Ya me imagino cómo estarán algunos que no pueden con la prensa amarillista.

— Suele pasar...— Eso lo entendía Ronaldo.

Pero pensando en ello, se preguntaba si por fin Leo iba a lidiar con el relajo que conllevan los reporteros. Ya sabía que iba a ser el chequeo para saber como estaba el bebé y eso también le daba un poco de emoción a Ronaldo.

Esperaba que todo saliera bien tomando en cuenta también que el bebé podría ser suyo.

— ¿Piensas que no podrías con la presión de la prensa?.— A Ronaldo eso le daba curiosidad.— Como ya saben también de nuestro compromiso...

— Bueno si.— En ello Javier también sabía de qué iba su pregunta.— Pero en parte también pienso en los hijos... lo estresante que puede llegar a ser para los pequeños.

— Creo que en eso sabremos hacerlo bien...— Sonrió.— Saber llevar las cosas.

— Yo se que si... al menos ya podemos salir a comer fuera.

— Tengo ganas ahora de eso.— Ronaldo le acarició el brazo.— Y de algo más...— Diciendo eso también siguió con sus caricias ahora con más sensualidad.

— Yo también tengo ganas.— Javier sonrió.

Aunque pensando en 'esas ganas' Ronaldo se acercó más pegándose a su cuerpo para besarlo con más intensidad... Aunque sus dichosas 'ganas' se esfumaron cuando Javier se enderezó sentandose en la cama y lo vió.

— ¡Tengo ganas de comer quesadillas!.— Siguió Javier tomando su mano.

— ¿Qué?.— Ronaldo se sorprendió.

— ¡Tengo ganas de quesadillas!.— Repitió nuevamente.— Vamos a comprar e igual unos refrescos.

— Pensé que...— Balbuceó ligeramente Ronaldo mientras apartaba su mano del brazo de su novio.

— ¿Qué cosa?.— No entendió.

— Olvídalo...— Se enderezó para tallarse la cara.— Creí que querías hacer...

— Ah eso...— Siendo él, Hernández entendió enseguida pues conocía bien las cosas de doble sentido, por lo que se acercó a él apoyando su barbilla sobre su hombro.— Podemos ir al cerro si tantas son tus ganas de comerme...— Se burló con algo de picardía también.

— Ahí no...— Se quejó Ronaldo.

Ambos se levantaron para salir y comer algo, todavía Ronaldo no se acostumbraba del todo a ello, pero le gustaba el sabor de la comida.

Como también a alguien le gustaba el sazón de la comida que le preparaban especialmente por el embarazo.

En Calchín, Argentina...

Ya habían llegado a casa y Memo estaba preparando algo para el postre después de la cena.

— Aunque lo quisiera ahora.— Sonrió Julián.

— Más tarde Juli, para cuando esté...— Aunque diciendo ello Memo le dio un beso y le pasó el tazón donde preparo la mezcla dulce.

— Me gusta.— Probó la cuchara.

— Lindo.— Le acarició la cabeza.

Adoraba verlo sonreír y estar tranquilo... Esperaba que así siguiera pues no quería que Julián durante su embarazo fuera a sentirse mal o tener malestares exagerados.

Cuando se acercó al mueble del comedor, donde había dejado el teléfono... Sujetó el celular viendo la notificación de llamada perdida.

Le había extrañado que Lionel le llamará.

— ¿Amor?.— Julián sonrió al verlo.— ¿Pasa algo? Te quedaste pensativo.

— No, nada Julián.

Tras sonreír y alejarse un poco, Memo sosteniendo el celular comenzó a teclear un par de botones.

La llamada estaba entrando.

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