2. Condiciones de vida

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Se mantuvieron en silencio de camino a su oficina, por lo que Nora tuvo la oportunidad de pensar en todo lo que ocurrió ese día

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Se mantuvieron en silencio de camino a su oficina, por lo que Nora tuvo la oportunidad de pensar en todo lo que ocurrió ese día. Aún no podía saber qué era lo que Levi pensaba acerca de su extraña plática después de su entrenamiento con el equipo de maniobras, pero suponía que lo descubriría bastante pronto. Su mente dio vueltas ante la posibilidad de unirse a su escuadrón, gracias a las insinuaciones de Hange. Ahogó un resoplido, eso no podría ser cierto, al menos no después de su confrontación en el almuerzo. Era algo bueno, habría sido un enorme dolor en el culo trabajar con él ―no, para él―. Al mismo tiempo, habría sido una enorme oportunidad. El bastardo se suponía que era lo mejor de lo mejor.

Dándole vuelta a esto en su cabeza, Nora se dio cuenta de que no había sido exactamente respetuosa con él. En ningún momento le había llamado ―ni a la amigable de Hange, en tal caso― capitán, o se habpia dirigido hacia él como señor. Simplemente no se le había pasado por la mente por como las cosas sucedieron. En teoría, ella sabía por qué era una costumbre en la milicia, pero una parte terca de su cerebro insistía en que agregar honoríficos inútiles después de cada oración era ridículo y una verdadera perdida de tiempo. Bueno, después de su agradable plática en el almuerzo, era definitivamente demasiado orgullosa como para ir rogando por su perdón o para empezar a hacer pelota. A modo de compromiso, decició que mantenerse profesional desde ahora era lo mejor, mientras Levi mantuviese sus insultos a un nivel moderado para sus estándares, por supuesto. Defiéndete, no ataques, era su nuevo lema.

Caminando a un paso ligero, pronto llegaron a su oficina. Él la escoltó al interior sin ninguna palabra y cerró la puerta a sus espaldas. Nora tragó saliva. No dudaba de que estaba de pie en la habitación más limpia del pequeño castillo que era el cuartel general de la Legión. Es más, estaba bastante segura de que nunca había estado en una habitación tan inmaculada y ordenada en toda su vida. El suelo y cada superficie estaba brillante y pulido a la perfección. Ni un solo lápiz estaba fuera de lugar en su escritorio y no podía ver ni una sola mota de polvo en ningún lado. La ventana detrás del escritorio estaba tan impecable que parecía no tener vidrio en el marco y los libros en la estantería que estaba al lado estaban organizados por tamaño y color. Batalló contra la urgencia de acomodar su cabello y estirar su blusa. Vaya maniático.

―Siéntate ―ordenó Levi, indicando la silla en frente de su escritorio con un movimiento de su cabeza.

Tan pronto como ambos estaban sentados, sus ojos acerados se clavaron en ella. No se perdería ni un estremecimiento ni la menor vacilación.

―Erwin me dijo que eras líder de la unidad de Guarnición ubicada en el distrito Ehrmich en la muralla Sina. ―Pausó, así que ella asintió una vez―. ¿Por qué te uniste a la Legión? ―Levi preguntó sin dejar pasar un solo segundo. Por lo menos iba directo al grano, Nora apreciaba eso bastante.

―Siempre he querido ir fuera de las murallas y estoy interesada en aprender más sobre los titanes y cómo destruirlos para poder retomar-

―No ―interrumpió Levi―, a lo que me refiero es: ¿por qué te uniste a la Legión ahora, después de diez años en la Guarnición? ¿Después de llegar a ser líder de escuadrón, en la seguridad y comodidad de la Muralla Sina, con el Gobierno empujando un salario considerable en tu culo consentido? Y no me mientas, lo sabré.

Once More, with Feeling  [Levi Ackerman] TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora