5. Bienvenidos a las Fauces del Infierno

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Nota autor: Ya que la expedición ocurre en este capítulo, pensé que era un buen momento para mencionar las advertencias que puse en esta historia. Esto es Shingeki no Kyojin después de todo...

Las estrellas estaban más brillantes esta noche

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Las estrellas estaban más brillantes esta noche. Lo más probable era que tendría una vista clara del cielo y sus alrededores mañana, solo arruinado por alguna ocasional casa de campo. Por supuesto, el interior de la Muralla María no era lo mismo que ir más allá de las Murallas, pero escuchó que estaba cerca, con la naturaleza apoderándose de la gran extensión entre las villas dispersas. Toda su vida estuvo rodeada de construcciones altas, ladrillos y piedras, el pequeño trecho de cielo visible entre edificios usualmente estaba nublado con polvo de las calles. Donde ahora estaba de pie, en la azotea del cuartel general de la Legión de Reconocimiento, era lo más cerca que había estado de la libertad.

―De verdad deberías estar durmiendo en este momento, mocosa. ―La voz de Levi vino de la nada, sorprendiéndola. De nuevo, sus pasos no fueron perceptibles ante sus oídos. A una distancia segura a su derecha, reposó sus codos sobre el borde y elevó su cabeza hacia el cielo nocturno, justo como Nora hizo hace unos momentos.

―Si pudiera lo haría ―dijo, aun desconcertada por su repentina aparición―. Además, ¿cómo sabías que estaba aquí arriba?

―No lo sabía, idiota. Si hubiese sabido que había alguien aquí, no habría venido en primer lugar.

Por supuesto. Resistió las ganas darse una palmada en al frente, agradecida de que la oscuridad ocultaba su rostro enrojecido por la vergüenza.

―Eso es desafortunado para nosotros, entonces.

Levi ignoró su comentario y continúo observando las estrellas, así que ella decidió hacer lo mismo, solo permitiendo uno o dos vistazos en su dirección. No por primera vez, se preguntó qué podría estar pensando. Algo sobre su expresión estoica era diferente, podría estar imaginando cosas, pero lucia casi... triste.

Después de quién sabe cuántos minutos, él rompió el silencio.

―¿Estás acá arriba seguido? ¿O solo por una ocasión especial?

―A veces ―admitió―. ¿Y tú?

―En ocasiones. ―Levi se dio la vuelta y la miró―. Sabes, podría ordenarte que te vayas a la cama, soldado. ―Su voz carecía de mordacidad.

Nora se encontró con su mirada, tratando ―y fallando― de descifrarlo. El hombre y sus estados de ánimo eran un enigma.

―Podrías ―empezó con voz cuidadosa―, pero los dos jamás hemos sido conocidos por darle mucha importancia a la jerarquía y subordinación.

―Tsk. Si lo hiciera, ya te habría echado de mi escuadrón.

―Si, lo más probable ―dijo ella, sonriéndole.

Levi estaba mirándola, de la manera en la que siempre lo hacía, como si estuvieran jugando ajedrez y él estuviera esperando su siguiente movimiento. Aunque no le sonrió de vuelta ―él nunca, jamás sonreía―, su cara se relajó casi imperceptiblemente.

Once More, with Feeling  [Levi Ackerman] TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora