Extra 12: Brindemos por los tontos que sueñan

199 12 0
                                    

Un corto vistazo al pasado de Nora.

N/A: Asi que, hubieron unas cuantas escenas que no me pude sacar de la mente y, por supuesto, empecé a escribirlas. Por practicar y por diversión. Serán desde diferentes perspectivas, pero no de Levi, por lo que no pertenecen a Same Time, Same Place (ese es estrictamente su territorio).

Aun así, pense que de igual forma podría compartirlas si ya existian, por eso esta parte complementaria. ¡Quizás alguno de ustedes estén interesados!

 ¡Quizás alguno de ustedes estén interesados!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

―Este año me voy a unir al ejército, mamá.

La madre de Nora dejó caer su cuchara con un fuerte estruendo, su boca se transformó en una línea y su frente se frunció.

―¿Aún sigues con esa idea? ―Miriam contempló a su hija con sus ojos marrones llenos de preocupación y frustración.

―El año pasado me dijiste que me dejarías si aún quería ―Nora le recordó.

Su madre suspiró.

―No lo entiendo. Eres inteligente, podrías hacer de todo.

Nora rodó sus ojos.

―Solo lo dices porque eres mi mamá-

―No, lo digo porque es verdad-

―Además, no quiero hacer nada más.

Miriam pasó una mano por su cabello, recostándose en su silla.

―¿Por qué demonios el ejército, cariño? Bueno, no te ofendas, pero seguir órdenes y la disciplina no son tu talento. Lo sé, te crie.

―Sí, pero quiero-

―Y siempre tengo que forzarte a salir y jugar con niños, y ahora quieres un trabajo en el que estarás rodeada por otras personas-

―¡Lo sé, mamá! ―intervino Nora con su voz elevada. Tomó una respiración profunda, exhalando por su nariz. Más tranquila, continuó―. Quiero saber lo que está afuera.

Los ojos de su madre se endurecieron.

―Te dije exactamente lo que espera por ti fuera de las Murallas. Ya has visto a la Legión volver de una misión, ensangrentados y rotos-

―La muerte no es lo único que está allá. ―Con su corazón latiendo rápido, Nora estaba apretando el borde de la mesa, su comida olvidada.

―Dices eso porque eres una chica de trece años. ―Miriam sacudió la cabeza y sus fosas nasales se expandieron―. No puedes realmente asimilar la posibilidad de morir. Ni tampoco deberías, eres muy joven.

Nora mordió su lengua, frunciendo el ceño hacia la mesa. Esta discusión era inútil. No cambiaría de idea ni su madre lo haría. Era el único tema por el cual siempre peleaban.

―Entonces, ¿ahora qué? ―preguntó después de unos segundos―. ¿Esto significa que no? ¿Me mentiste el año pasado, solo para callarme?

Su madre resopló.

―Si lo prohíbo, estarías enfadada conmigo por los siguientes tres años y te unirías al ejército de todas formas una vez que tengas dieciséis y ya no necesites mi permiso. ―Suspirando, se frotó la sien―. Chica terca. Haz lo que tengas que hacer, pero no esperes que esté contenta.

El corazón de Nora brincó en su pecho al mismo tiempo que su estómago se apretó con culpa. No importaba. No podía abandonar su sueño, la única cosa que la apasionaba. Después de todo, era su vida. Incluso si rompía el corazón de su madre.

Miriam se levantó, a punto de llevar los platos al lavaplatos. Logró dar un paso cuando soltó un corto grito. Su cuchara y bol cayeron al suelo con un fuerte estruendo, el bol se rompió en varios pedazos y lo que quedaba de sopa se esparció por el suelo de madera, deslizándose entre los muebles.

―Mierda ―maldijo, sujetando su mano derecha con la izquierda, apretando y relajando rápidamente con dedos temblorosos.

―¿Qué demonios fue eso? ―Nora había saltado de su lugar ante el escándalo que su madre hizo; sus ojos viajaron entre el desastre en el suelo y las manos de su madre.

―Mi mano se puso débil y hormigueante de la nada. Debí haber dormido sobre ella de una forma rara o algo. ―Frunciendo el ceño, Miriam masajeó su palma con sus dedos―. Ugh, diablos, mira este desastre. ―Se agachó y empezó a reunir los trozos del suelo.

―Y siempre dices que soy la torpe. ―Rodando sus ojos, Nora sacó un paño húmedo de al lado del lavaplatos y limpió la sopa.

Su madre le dio una sonrisa agradecida mientras limpiaban juntas, sus ojos brillaban.

―Tuviste que haberlo obtenido de algún lado, hija mía.

―Tuviste que haberlo obtenido de algún lado, hija mía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Once More, with Feeling  [Levi Ackerman] TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora