Libro 1 de The Price of Freedom
«Mientras haya una sola persona más importante que tú mismo, no puedes ser libre»
La libertad siempre viene con un precio.
Y Nora Weiss lo pagaría, una y otra vez, después de que ciertas circunstancias trágicas finalm...
N/A: Si este capítulo los hace sufrir un poco, solo sepan que escribirlo también me hizo sufrir.
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Erwin esclareció el punto que Levi tan elocuentemente hizo en el tribunal y luego Eren fue puesto bajo la supervisión del capitán.
Más tarde en la misma noche, cuando todos los miembros de la Legión de Reconocimiento que estuvieron presentes en el tribunal volvieron al cuartel general, el nuevo miembro fue llevado de inmediato al sótano. Debía ser confinado bajo tierra en las noches hasta que ya no fuera considerado una amenaza en potencia.
Levi reunió a su escuadrón ―sin contar a Eren― para una corta junta en el comedor vacío.
Compartió las noticias, hablando sobre la habilidad cambiante de Eren, sobre sus deberes, sobre la próxima expedición que sería en un mes y que tenía que ser evaluado si él podía aprender a controlar sus poderes.
―Nuestra tarea es proteger a Eren. Sus habilidades pueden ser la clave para retomar la Muralla María ―dijo su capitán―. No obstante, también es nuestro deber matarlo de ser necesario.
Dejó que lo asimilaran. Los demás no estuvieron en el tribunal y no tenían mucho más que la información pública sobre esta situación especial.
―Capitán, ¿usted cree que él es peligroso? ―Petra preguntó.
―Creo que es un mocoso impulsivo que no sabe en qué se metió ni cómo. Probablemente sus intenciones son buenas. Aunque eso no significa que podamos confiar en él.
«Un análisis bastante preciso», pensó Nora.
―Por razones de seguridad, mañana nos marcharemos al antiguo cuartel general de la Legión. Nos quedaremos allí hasta la expedición, Hange llegará poco después, y ella y Nora intentarán descubrir todo lo que puedan sobre las habilidades de titán de Eren. Nuestras tareas principales son supervisar su entrenamiento, o como diablos sea que deba llamar esto, y las preparaciones para la expedición.
Eso terminó siendo más que perfecto para ella; los compañeros de escuadrón de Nora probablemente no estarían tan entusiasmados con ser apartados de los demás por un mes entero. Honestamente, a ella no le importaba para nada; ni siquiera tendría que dejar de lado la compañía de Hange.
Levi los dejó irse, y mientras que los demás lo hicieron, Nora decidió quedarse por un tiempo. En definitiva era demasiado temprano para que ella se fuera a dormir. En su lugar, fue al mostrador y volvió a llenar su taza de té. Dándose la vuelta, vio que no estaba sola en el comedor: Levi no se había movido, aun estaba sentado en el extremo de la mesa que todos desocuparon.
Un tanto desconcertada, Nora tomó la silla a su izquierda. Le robó una mirada sobre el borde de su taza. Estaba recostado, un codo sobre la mesa y un tobillo cruzado sobre su muslo.
Y la estaba mirando de nuevo, de esa particular forma que hacía que se le pusiera la piel de gallina. Como si estuviera esperando algo, tratando de ver a través de ella y tomando nota de cada una de sus expresiones faciales.