Once More, with Feeling [Levi Ackerman] Traducción

24. Debajo de ti

N/A: Si les gustaría saber cómo reaccionó Levi esa vez que Nora pateó la pared de la Oficina de Hange, échenle un vistazo al capítulo dos de Life on a Island.

Dos días ocupados después, que fueron pasados entre investigaciones, descansos para tomar té, planificación y más té, Erwin regresó al cuartel general de la Legión de Reconocimiento con noticias sobre el arresto exitoso de los antiguos miembros de la asamblea, al igual que docenas de Policías Militares y nobles que se negaron a cooperar con el nuevo gobierno.

Por último, el ejercito era el nuevo gobernante de las Murallas con el comandante en jefe Darius Zackly a la cabeza. Si bien Historia mantenía algo de influencia, era joven e inexperta; su rol más importante era ser un símbolo para las personas. Aun así, Nora tenía la sensación de que los hombres de los altos cargos harían bien en no subestimar a la chica.

―Los periódicos están muy entusiasmados con elogios hacia la nueva reina, y con ella, hacia la Legión de Reconocimiento ―les dijo Hange durante el almuerzo―. Hemos ido de ser vistos como un desperdicio de impuestos, a asesinos prófugos, a héroes de la humanidad.

Nora se burló alrededor de una cucharada de sopa.

―Veamos cuánto durará eso.

―Con suerte, por lo menos lo suficiente para asegurar financiamiento para la recuperación de la Muralla María... y más allá, si tenemos éxito ―dijo Erwin. Estaba sentado con ellos tres en el comedor demasiado espacioso, había más mesas desocupadas que ocupadas. Un duro recordatorio de todos los compañeros que perdieron a lo largo del último mes. Mike, Nanaba, y muchos más... Todos se fueron sin nunca saber la verdad. A penas quedaban veteranos.

―Cuidado con ese optimismo, Erwin. ―Levi tomó un sorbo de su té, frunciéndole el ceño al alto hombre frente a él―. No somos conocidos exactamente por nuestra racha de victorias en expediciones.

A su lado, Nora suspiró.

―Gracias por el recordatorio. ―Aunque no estaba equivocado―. Lo descubriremos pronto.

―Maldición, hoy estás especialmente malhumorada ―notó Hange. A su lado, Erwin sonreía.

Finalizaron sus almuerzos, con la conversación cambiando a las nuevas armas que están desarrollando.

El comandante fue el primero en levantarse.

―Nora, ¿puedo hablar contigo en mi oficina?

Un tanto desconcertada, sus ojos se desviaron a Levi. Él le estaba frunciendo el ceño a Erwin. No parecía que supiera de qué iba esto, sin embargo, nunca podías estar seguro cuando se trataba de él.

Nora se levantó.

―Si, por supuesto ―dijo y siguió a su comandante fuera del comedor.

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