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─Con calma, con calma, con calma ─ me dice Marixa mientras le cuento todo lo que ha pasado en la semana que ella a estado fuera de la ciudad, hablamos por telefono y mensajes, pero no es lo mismo ─ él papasito Diego tambien salió imbécil, él bombon de Damian cada día se vuelve más estúpido y ciego, y además ya te consegiste un nuevo adonis ─ se dice ella sorprendida.

─Yo no lo consegi, fue él abuelo y no hay nada entre nosotros ─ le aclaro.

─Olle, ¿él abuelo cuando me dara mi galan?, está acabado toda la lista de los guapos contigo y yo tambien soy nieta, bueno, no de sangre, pero sabes a lo que me refiero ─ dice.

─Si, losé, él abuelo también te ve cómo a su nieta y creeme que cuando menos te lo esperes te presentarte a alguien ─ le aseguro.

─Espero que sea rapido ─ comenta haciendo un puchero.

─¿Por qué de repente tan interesada en casarte? ─ le preguntó confundida.

─Nunca he dicho que quiera casarme, yo solo quiero compañia, alguien con el cual hablar, ver una película, que me abrazo cuando tenga frío, que me escuche cuando me queje de lo que pasa en mi trabajo y por supuesto que satisfaga mis livido ─ dice tranquila.

─Quieres un novio y nada más─ comprendo.

─ Exacto─ dice con suficiencia.

─Si, no le digas al abuelo que no te pinsas casar ─ le comento.

Seguimos hablando de tonterías hasta que nos despedimo, yo regreso al trabajo y al llegar me encuentro con un gran ramo de tulipanes rojo y con ellos una nota.

No quería ser muy cliche al enviarte rosas, espero que estas te guste

Axel

Sonrió un poco por lo lindo del mensaje y al mismo tiempo me regaña, me había prometido no ilusionarme, no darle entrada a ningún tipo de sentimiento aunque sea muy pequeño, estoy cansada de siempre decepcionarme de los hombres con los que salgo.

Pido que las flores sean puertas en agua y me pongo a trabajar en lo que tengo pendiente le a ido muy bien a la última colección de zapatos que he lanzado, mi marca no es muy grande ni tampoco muy reconocida aun, pero va subiendo un poco más cada vez y eso me llena de mucho orgullo.

─Señorita Litman tiene una llamada ─ me avisa me asistente.

─¿Quién? ─ preguntó.

─Él señor Damian Salvatore ─ me dice ella y funso él ceño.

¿Damian para qué me llama?, ¿porque me llama aquí?, ¿no tiene mi numero?

─Tranfierelo ─ le pido a i asistente y ella me pasa la llamada ─ Damian, ¿por....

─A él si le contestas mal.... ─ cuelgo la llamada al escuchar la voz molesta de Diego del otro lado insultandome, no voy a tolerar esto, llamo a mi asistente ─ ¿le reconociste la voz? ─ le preguntó a mi asistente.

─Más o menos ─ contesta ella dudosa.

─Si llama de nuevo le dices que no estoy, si insiste lo pasas con alguien de seguridad, si se pone grosero, le cuelgas y le avisas a alguien de seguridad para que le bloquee él numeró ─ le indico.

─Si, señorita Litman ─ me dice ella y para después seguir trabajando, empezar con los nuevos diseños de la nueva línea.

Pasan algunos minutos cuando alguien entra en mi oficina, es mi papá, que raro él no suele venir a mi oficina.

─¿Pasa algo malo? ─ le preguntó preocupada, levantándome de mi silla para después acercarme a él.

─Estás bien, así que no, no pasa nada malo ─ me dice él dejando un beso en mi frente.

Cassia Litman Herederos Litman 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora