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─¿Por que no dices nada? ─ me pregunta Axel.

─Intento que de mi boca no salgan palabras que te ofendan ─ digo sería ─¿por eso era que estabas actuando así cuando llegaste?, ¿pensante que ahora porque quién sabe que le ha picado a Damian y le intereso?, ¿regresaré con él?, ¿acaso piensas que no tengo dignidad? ─ me quejo.

¿Cómo puede pensar eso?, ¿cómo?, yo no soy la segunda opción de nadie, claro que no, Damian perdió su oportunidad conmigo y yo no doy segundas oportunidades, que se joda, que a mí no me moleste.

─Lo siento, me dejé llevar por los celos y su estúpida cara de seguridad que tenía cuando me dijo que te conquistaría ─ me cuenta él.

─No sé cuál de los dos es más estúpido si él por creer que de verdad tiene una oportunidad o tú por creer que la podría tener ─ digo molesta, qué buena forma de arruinar mi ánimo.

─Por favor no te molestes conmigo, cometí un error, fue un estúpido, lo acepto, no me odies ─ me dice.

─Odiarte, no claro que no, pero si estoy muy molesta ─ le digo.

─Ok, ¿qué hago para que ya no estés molesto conmigo? ─ me pregunta.

─Lo voy a pensar ─ digo mientras él sigue conduciendo, el resto del camino no le digo nada.

No quiero hablar, no ahora porque no le quiero decir algo que lo lastime, aunque se lo merece también por idiota y otro idiota también es Damian, por eso fue me llamo hace rato, por eso fue me intento invitar a salir.

─Axel, ¿cuándo fue que Damian te dijo que quería volver conmigo?, ¿Está mañana cuando lo viste? ─ le preguntó con interés.

─Si

─¿Él te pidió que se vieran? ─

─No, yo ─

─¿Por qué? ─ le preguntó confundida y él saca algo de su bolsillo, es una pulsera y me resulta familiar ─ un momento, ¿no es mía?, pero... pensé que la había perdido, ¿cómo la tienes tú? ─ le preguntó confundida.

─Ahora no creo que sea una buena decisión decirte, ya estás bastante molesta ─ dice él.

─Y estaré más molesta si no me dices Axel ─ le sonrió con ira en los ojos.

─Justo después de que hablamos ayer, Amelia llego a mi casa y me trajo....

─Regresa ─ le pido sería.

─Cassi...

─Regresa Axel te lo estoy pidiendo por las buenas ─ le digo y sacó mi celular para llamar a Julian.

─¿Que ocurre?, ¿qué te hizo? ─ me pregunta.

─Quiero saber donde está la gata, justo ahora ─ le pido.

─Dame unos segundos ─ me dice y me pone en espera.

─Axel toma el siguiente retorno para regresar ─ le digo.

─Ya sé donde está, te envió la ubicación, ¿le pido una ambulancia? ─ me pregunta con interés.

─¿Cassia que pretendes? ─ me pregunta Axel regresando y siguiendo la ubicación que Julian me envió.

─Solo dejar las cosas claras de una vez por todas ─ digo para después mirar por la ventana.

He sido paciente, demasiado paciente, ya no más

**********

Camino sin prisa y con calma con la cabeza en alto mientras avanzo por él club, no soy miembro de este club, pero conozco a muchas personas que si pertenecen, amigos que son de importantes en este club y que también me harían muchos favores, todos lo que yo les pidiera.

Voy directo a la mesa donde está la maldita gata interesada de Amelia donde está sentada al lado de la piscina con muchísimo maquillaje y un diminuto traje de baño, me siento frente a ella.

─¿Tú que haces aquí?, no puedes estar aquí ─ pregunta sorprendida al verme, claro que no esperaba verme aquí.

─Yo estoy donde quiera, pero tú ya no lo estarás ─ le digo con calma.

─¿De qué hablas? ─

─De que me tienes harta Amelia y me has molestado por última vez ─ le digo sería ella sonríe cómo estúpida.

─¿Qué paso?, ¿Axel termino contigo?, pues me alegro ─ dice con suficiencia.

─No, no lo hizo, Axel es mío y si crees que estos trucos baratos y fáciles los vas a lograr ─ le muestro la pulsera que le llevo a Axel ─ es tas muy equivocada ─

─¿Estás tan segura? ─ pregunta ella prepotente.

─¿En serio eres tan estúpida de siquiera poner los ojos en algo mío? ─ le preguntó sería.

─Tú no eres nadie ─ me dice ella alzando la voz llamando la atención de algunas personas a nuestro al rededor, yo aplaudo dos veces.

Las personas en la piscina salen, las personas en la mesa con niños se levantan y se van y todo el mundo se va dejándonos solas, ella se sorprende e incluso se pone un poco pálida.

─¿Aún crees que no soy nadie?, mira lo que puedo hacer, imagina lo que puede hacer mi padre o mi abuelo ─ le recuerdo ─ él me adora, tú sabes que hace todo lo que le pida y si le digo que tu vida sea miserable, lo hará ─ digo segura.

Claro que lo hará, mi abuelo haría lo que sea por mis hermanos, sus parejas, mi padre, mi madre y por mí, él haría lo que sea por alguien de la familia.

─Tu... u eres una maldita ─ me reclama ella.

─Puede ser, pero no soy una interesada cómo tu ─ digo tranquila ─ vete por las buenas, Amelia, aléjate de Axel ─

─Tú aléjate de Damian, merezco tener alguno de ellos, al menos ─ se queja ella.

─Una mujer cómo no merece nada, no me digas tonterías y a mí ya me dejo importar Damian, si me importara no lo había dejado, pero es claro que lo hice ─ le recuerdo ─ es mi última advertencia, aléjate de mí, aléjate de Axel o sufrirás el resto de tu vida ─ le digo levantándome para irme.

─Debes estar muy asustada de mí para que vengas a mí, así ─ me dice ella mientras me voy.

─¿Miedo?, ¿de ti?, no me hagas reír, solo no quiero que alguien cómo tú ensucies lo que es mío...

Cassia Litman Herederos Litman 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora