Capítulo 9

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Jungkook caminó con Taehyung por el gran corredor de los dormitorios. Primero recogerían unos casetes para después ir al salón de música.

―¿Estás seguro Kookie? ―cuestionó Taehyung. ―Aun no creo que fray Dante te diera permiso para usar el salón de música. ―añadió caminando al lado del pelinegro.

―Sí Tae, obviamente no mencioné que usaremos la radio, solo le dije que practicaríamos.

En ese momento Taehyung recordó un pequeño pero significativo detalle, IU y Jungkook aún seguían siendo pareja de canto, se sentía molesto por haberlo olvidado y se detuvo en medio del pasillo.

Jungkook se detuvo también.―¿Tae? ¿pasa algo? ―cuestionó, acercándose al castaño.

―Kook. ―dijo sin querer mirar alpelinegro. ―¿Qué pasa con IU?

El pelinegro sintió la tristeza de Taehyung al hablar de eso. Queriendo hacer sentir seguro a su pequeño amor, lo abrazó sorprendiéndolo.

Los brazos de Jungkook alrededor del cuerpo delgado del castaño, hicieron que se tranquilizara, mientras que Taehyung lo abrazó de vuelta. Cerró sus ojos llenándose de esa aura que siempre lo tranquilizaba.

―Perdón Tae. ―soltó en medio delabrazo. ―Perdóname ¿sí? ―añadió, acariciando los cabellos del castaño. ―No quería hacer dúo con ella en primer lugar. ―exclamó, haciendo que él castaño se separara del abrazo.

―¿Entonces? ¿por qué? ...

―Porque quería presionarte para que me busques y arreglemos las cosas. ―explicó, tomando las manos del castaño.

―Perdóname tú también, Kookie. ―agregó, mirando fijamente a los ojos del pelinegro. ―Si hubiera tenido más valor, te hubiera dicho desde antes como me sentía.

―Ya no nos preocupemos por eso Tae. ―respondió, volviendo a abrazarlo. ―Yo te prometo que hablaré con fray Lorenzo y IU más tarde.

El castaño solo asintió, sintiendo el calor del abrazo. No quería soltarse del pelinegro, se sentía tan seguro en sus brazos, pero sabía que estaban en medio del corredor, si alguien los veía, se meterían en graves problemas. Con el disgusto que les causaba a ambos, se separaron.

Siguieron su camino hasta el cuarto del mayor, sacando el casete que querían escuchar y después se dirigieron al salón de música. Llegaron, cerraron la puerta y se sentaron en las sillas del salón.

―¿Cuántos casetes quedan aún?―cuestionó el castaño, observando al pelinegro manipular la radio.

―Unos veinte. ―afirmó, dejando laradio a un lado. ―Aún tenemos bastante para escuchar. ―añadió mientras pasaba su brazo alrededor del hombro del castaño para acercarlo más.

Taehyung se acercó, apoyando su cabeza en el hombro del pelinegro. La cercanía hacía que ambos corazones se aceleraran, pero ninguno de los dos quería parecer nervioso.

La grabación seguía su curso, ahora los casetes no eran el único tesoro que compartían, también estaba su amor. Ese amor inexperto, que sentían el uno por el otro, claro que las cosas no serían fáciles, porque, aunque sentían que estaban siendo prudentes, sus miradas, abrazos, interacciones ya habían despertado la sospecha de algo estaba pasando entre ellos.

La grabación terminó después de unos treinta minutos. Taehyung aún con su cabeza en el hombro de Jungkook, disfrutaba con los ojos cerrados la tranquilidad del momento.

―Ya es hora Tae. ―dijo el pelinegro, volteándose y tomando al castaño en un abrazo.

Taehyung estaba sorprendido, pero se dejó hacer por los brazos contrarios, la calidez que desprendía el cuerpo del pelinegro lo hacía sentirse derretir en esos brazos.

LA LIBERTAD DEL ALMA - KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora