Capítulo 29

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―Kookie, Kookie ¿dónde vamos? ―preguntó el castaño después de ser tomando por el brazo y sacado del cuarto.

―No tenemos tiempo Tae, nos tenemos que ir ahora. ―respondió el pelinegro, mientras caminaba por los pasillos del convento jalando a Taehyung hasta la puerta principal. 

―No entiendo Kookie, ¿por qué nos vamos? 

Jungkook sacó de su bolsillo una llave y abrió la puerta. ―Tenemos que irnos porque nos quieren separar. 

―¿Separar? 

El pelinegro tomó en sus manos la cara del castaño y dejó un pequeño beso en sus labios. ―Sí amor, nos quieren separar y tú no quieres que nos separen ¿verdad? ―el castaño asintió. ―Bien entonces debemos irnos ahora. ―agregó tomando la mano de Taehyung con intenciones de salir del convento. 

Cuando el primer paso de Jungkook salió hacia el exterior la mano de Taehyung detuvo su andar haciendo que volteara. 

―No me puedo ir contigo Kookie. ―dijo firme. ―Sé que es lo que más deseas, pero no me puedo ir contigo. 

Jungkook sintió su pecho contraerse, ¿por qué Taehyung no quería irse con él? ¿acaso ya no lo quería? 

―¿Ya no me quieres? ¿es eso? ―cuestionó al castaño.

Taehyung acortó la distancia y abrazó a Jungkook. ―Tú sabes muy bien que no puedo irme contigo Kookie. ―dijo en medio del abrazo, mientras el pelinegro comenzaba a llorar. ―No tengas miedo, debes ser fuerte y seguir adelante sin mi Kookie. 

Jungkook abrazó más el cuerpo del castaño, sabía lo que se venía y se negaba a que termine así. 

―No te vayas amor, no me dejes ¿qué hare yo solo? 

El castaño acarició la espalda contraria. ―Solo es una prueba Kookie, nos volveremos a ver. ―respondió separándose para encarar al pelinegro. 

―¿Lo prometes? 

Taehyung sonrió y asintió. ―Lo prometo Kookie, nos volveremos a ver.

Jungkook sabía que el sueño pronto terminaría, y el Taehyung que tenía delante desaparecería. 

―¿Puedo abrazarte antes de que te vayas? ―preguntó dudoso. 

Taehyung sonrió con lástima y envolvió en un abrazo el cuerpo del pelinegro. Se sentía real, demasiado real para ser un maldito sueño, no quería despertar y ver que a su lado no había nadie. Disfrutó de los cálidos brazos que lo sostenían por los últimos instantes, porque, aunque tenía los ojos cerrados sintió cuando Taehyung desapareció. 

Jungkook abrió los ojos y tocó las lágrimas que resbalaban hacia los lados de sus mejillas. No era la primera vez que soñaba lo mismo todos los días desde que Taehyung se había ido. Pero ahora que se ponía a recordar el sueño, algo había cambiado. 

Lo prometo Kookie, nos volveremos a ver

Todos en esa sala estaban reunidos en formación de media luna mirando al pelinegro. Las luces estaban apagadas y el gran pastel con una vela alumbraba la cara de Jungkook. Un rostro que estaba más pálido de lo normal y unas grandes ojeras que se pronunciaban más por la luz de la vela.

La canción de feliz cumpleaños resonaba en la sala, pronto las voces se callaron y un soplido dejó el lugar en total oscuridad. 

Dos semanas después de que Taehyung se fuera. Primero de septiembre, era el cumpleaños de Jungkook. 

 ―Prendan las luces. ―exclamó padre Anselmo, haciendo que la sala se iluminara. ―Como todos saben hoy es un día muy especial, porque hoy nuestro Jungkook cumple diecisiete años, ya casi es un hombre. ―agregó posando su mano en el hombro del nombrado. 

LA LIBERTAD DEL ALMA - KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora