LA LIBERTAD DEL ALMA - Kookv

Capítulo 45

Jungkook sintió su cuerpo erizarse al ver a Suga a solo unos metros de él y Taehyung. Por un momento meditó la idea en su cabeza y volvió a mirar al mismo lugar, pero no había nadie. ¿Acaso se lo había imaginado?

―¿Kookie? ―exclamó Taehyung al ver al pelinegro mirando a su alrededor. ―¿Todo está bien?

―Sí, amor, es solo que pensé ver a alguien conocido. ―respondió el pelinegro y volvió a ponerle la atención a su castaño, aunque en su cabeza nada estaba bien.

―Tenemos mucha tarea, creo que iré avanzado y te puedo explicar después Kookie. ―explicaba el castaño, mientras caminaban hasta el carro de Taehyung.

―Eso será un placer, hace tiempo que no me ayudas a estudiar. ―respondió Jungkook. ―Pero yo también tengo algo que contar, amor.

―¿Qué es Kookie? ―cuestionó curioso.

―Deberíamos entrar al carro primero. ―sugirió Jungkook. El castaño asintió y después de acomodarse en los asientos el pelinegro se soltó. ―Estás en peligro, amor.

―¿Qué? ―dijo sin comprender.

―Eso, estás en peligro y yo estoy dentro del problema...

―No estoy entendiendo Kookie, ¿cuál es el problema?

Jungkook se acercó al castaño y tomó sus manos. ―Hay alguien que quiere hacerte daño, no sé quién o quienes son, pero quieren secuestrarte.

Taehyung trataba de darle sentido a lo que Jungkook le contaba, pero mientras más pensaba la idea en su cabeza, más absurda le parecía.

―Creo que alguien te está jugando una broma amor. ―respondió Taehyung después de todo lo que le contó Jungkook. ―Sí fuera cierto, ese chico no habría sido tan descuidado de darte demasiados detalles.

Jungkook no entendía porque Taehyung no le creía. ―No es un juego mi Tae, de verdad ese chico tiene malas intenciones.

Taehyung notó la preocupación en los ojos del pelinegro. ―Está bien Kookie, te creo. Desde ahora solo estaré contigo y no me separaré de tu lado hasta que averigües la información que quieras.

Jungkook sintió un alivio en su pecho, con Taehyung a su lado y bajo su vigilancia nada ni nadie podría hacerle daño y él nunca lo permitiría. ―Es perfecto ―respondió y se acortó la distancia entre él y el castaño para comenzar una danza de besos.

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Jimin no sabía en qué momento su autocontrol se fue de él, porque después del beso se sintió más excitado que nunca. Es por eso que no protestó cuando Yoongi lo tomó del brazo y lo adentró en uno de los cubículos del baño, y minutos después ya estaba desnudo, sentado a horcajadas encima de Yoongi, saltando para que la erección dentro de él tocara esa parte sensible que lo volvía loco de placer.

―¿No me vas a voltear a ver? ―preguntó jadeante Yoongi, al ver que aquel rubio apartaba la mirada de sus ojos y se limitaba a observar sus labios. ―¿Se siente bien? ―volvió a preguntar, tomando en sus manos la barbilla del rubio para que lo encarara.

Jimin sintió sus mejillas calentarse al encontrarse con esos ojos que lo observaban fijamente. ―No me mires. ―dijo e intentó zafarse del agarre en su rostro.

―Pero eso es imposible, no mirarte mientras tratas de contener esos lindos gemidos es imposible. ―dijo Yoongi y comenzó a mover su cadera hacia arriba, haciendo que Jimin mordiera su labio inferior al sentir el dulce, pero doloroso placer que vibraba dentro de él.