Capítulo 23

24 2 0
                                    

En el convento se sentía la emoción, las voces del coro resonaban por todo el patio, siendo ese su último ensayo. 

―Estamos listos chicos. ―exclamó fray Lorenzo. ―Recuerden que mañana nos vamos después del desayuno, tengan todo listo. 

Todos en el salón asintieron, sin poder ocultar la sonrisa que se mostraba en sus comisuras levemente levantadas. 

―Bien, ahora todos a cenar. ―agregó fray, haciendo que todos salieran del salón. 

Taehyung, Jungkook y Jin, estaban tan emocionados como el resto del coro, pero la emoción que sentía Jin era diferente. 

―Tenemos que tomar varias fotos cuando vayamos, conozco bonitos lugares y también debemos alquilar bicicletas. ―dijo Jin emocionado, mientras pasaban por los pasillos hacia el comedor. 

Sus amigos solo sonreían y asentían. 

―Casi lo olvido, también comeremos comida rápida, porque sus cuerpos saludables lo necesitan. ―agregó Jin. 

―Pero comemos pizza una vez al año. ―exclamó el castaño.

―Eso es un crimen, pero no importa porque yo seré su guía. ―respondió Jin. 

Pronto los tres estaban sentados en una de las mesas del comedor, escuchando las historias de Jin mientras cenaban. 

―¿Cómo lo conociste? ―cuestionó el pelinegro, haciendo que Jin se sintiera nervioso. ―Tengo curiosidad de saber cómo conociste a Nam. 

―Yo también quiero saber, no sé mucho sobre él. ―agregó el castaño. 

Jin miró su bandeja de comida y habló. ―El inicio no es siempre tan bonito. ―empezó Jin. ―Cuando llegué a Utrecht, no tenía un lugar donde quedarme, mi madre había muerto y yo me escapé para que no me metieran en un orfanato. La primera noche fue difícil, llovía y ya no tenía dinero. Pensé que pasaría toda la noche vagando por la calle, pero apareció él. 

―Él te ayudó ¿verdad? ―dijo Taehyung.

Jin sonrió. ―Esa noche lo conocí, me dejó quedarme en su casa, cuidó de mí los siguientes días y así fue como sobreviví casi dos años. 

―Y ¿cómo llegaste aquí? ―cuestionó el pelinegro. 

Jin se quedó callado por un momento, varios recuerdos tristes pasaban por su mente. 

―Perdón si te incomodé, si no te gusta hablar del tema no tienes que contarnos. ―agregó el pelinegro. 

―No te preocupes Jungkook. ―dijo Jin. ―Es algo triste hablar del tema, pero yo quiero contárselos. Cuando desaparecí me empezaron a buscar, no podían dar con mi paradero porque siempre fui cuidadoso, pero al final me encontraron. No sabía que hacer si entregarme o escaparme, más fácil hubiera sido huir lejos muy lejos. Pero no podía dejar a Nam, después de todo lo que había hecho por mí y todo lo que ya sentía por él, no podía dejarlo, por eso decidí que me llevarán. 

―Debió se difícil para ti. ―agregó Taehyung con voz decaída. 

―Sí, pero está bien Tae, porque al final los conocí y me devolvieron el alma al cuerpo. ―respondió Jin. ―Lo único malo es que los voy a extrañar cuando me vaya, pero algún día volveremos a encontrarnos, de eso estoy seguro. 

―Esto parece una despedida. ―dijo Jungkook. ―Pero no te preocupes, cuando salga yo te buscaré. 

―Yo también. ―agregó Taehyung. 

Jin sonrió en grande, se sentía feliz y agradecido por haber encontrado a los chicos que tenía enfrente. Sabía que ese sentimiento que sentía era una amistad verdadera, y aunque fuera de ese convento no confiaba en nadie a parte de Namjoon, esos dos chicos eran merecedores de su entera confianza.

LA LIBERTAD DEL ALMA - KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora