Capítulo 31

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La camioneta se estacionó delante de un gran edificio, la empresa de Arschloch. El castaño se despidió de Robert y se adentró pasando por la gran puerta giratoria de cristales limpios. La primera vez que pisó ese lugar ya hace un año todos solo lo miraron curiosos, claro que en ese entonces nadie sabía quién era, pero ahora todo era diferente. Al entrar todos lo miraron, le sonreían y saludaban con un gran respeto. 

Pronto sus pasos lo llevaron hasta la oficina principal, esa que estaba en el último piso. Cuando llegó la muy amable secretaria dejó que pasara sin ningún problema.

―Ya estoy aquí. ―exclamó hacia su tío que estaba sentado en ese gran escritorio. Caminó hasta las sillas frente al escritorio y descansó en una de ellas.

―Buenas tardes Hans. ―saludó, mientras se concentraba en las carpetas que tenía delante. ―Dame unos minutos, acabo esto y nos vamos.

El castaño asintió. ―Por cierto, ya encontré una nueva propuesta de residencia. ―comentó. ―Es un pequeño pueblo en uno de los distritos de Ámsterdam, según mi informe es cómodo y se puede predecir que solo gente de clase vive ahí. 

Arschloch levantó la mirada. ―Perfecto, eso lo veremos después. ―dijo, cuando la puerta sonó. 

De pronto la secretaria anunció la entrada de un abogado, que Taehyung reconoció como el abogado personal de su tío. 

―Buenas tardes señor. ―exclamó hacia Arschloch. ―Buenas tarde Johannes. ―agregó hacia el castaño, mientras tomaba asiento al lado de Taehyung.

―Llegas en el momento justo, no perdamos el tiempo y explícale a mi querido sobrino sobre su regalo. ―dijo Arschloch, haciendo que el castaño se sorprendiera.

El abogado abrió su maletín, sacó un folder y lo puso encima de la mesa. Arschloch lo tomó y empezó a leer los papeles que este contenía. ―Hans ¿qué más sabes sobre ese pueblo? ―cuestionó aun mirando los papeles. 

―Es pequeño, pero exclusivo. La avenida que más llamó mi atención fue Konijnenlaan.

―Es una verdadera casualidad que hayamos coincidido con tu lugar de residencia. ―dijo, dejando los papeles en el escritorio. ―Porque si no encontrabas un buen lugar, tenía planeado mandarte ahí. Al parecer no será necesario. ―agregó, acercando los papeles hacia el castaño. ―Me tomé la libertad de escoger una casa para ti, solo debes firmar y legalmente será tuya.

Taehyung miró los papeles, sabía que no podía rechazar, porque, aunque su tío no lo había dicho él estaba seguro de que esa casa era su regalo de cumpleaños. Es astuto, pensó. 

―No tengo opción ¿verdad? 

―Sabes que no. ―respondió, entregándole un bolígrafo. Pronto la tinta azul del bolígrafo adornaba el documento, por legalidad Taehyung ahora era dueño de esa casa, que de seguro era enorme y llena de lujo que el castaño consideraba no tan necesarios. 

―Perfecto, ahora te toca firmar lo demás. ―dijo el abogado, mientras sacaba más papeles de su maletín. 

Taehyung le dio una mirada de intriga a su tío, pero este lo ignoró. 

―No pensarás que la casa era lo único ¿cierto? ―exclamó Arschloch, mientras miraba los nuevos papeles. ―Necesitaras más que eso, como un auto, tarjetas, nueva cocinera, nuevo armario y demás. 

El castaño abrió sus ojos en asombro, no podía permitirlo. ―Espera, no es necesario tanto. ―exclamó, haciendo que su tío se enfocara en él. ―No es que no quiera, pero quiero probar que tanta independencia puedo tener, entiendo que te preocupes por mí y realmente lo agradezco, pero si puedo elegir solo aceptaré la casa y el auto.

LA LIBERTAD DEL ALMA - KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora