Capítulo 16

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Dos sombras tristes pasaban por el gran corredor hacía los dormitorios. La conversación había terminado, dejando a ambos chicos muy pensativos. No sabían cómo manejar ese problema, pero aun así no querían separarse, esa era una opción inexistente para ambos.

―¿Te arrepientes? ―dijo el pelinegro en medio de la caminata.

―¿Sobre mentirle a fray? La verdad es que no, tengo claro que no me quiero separar de ti. ―afirmó seguro.

Jungkook se detuvo por un momento, la respuesta resonaba en su cabeza "no me quiero separar de ti" fue la respuesta correcta en el momento exacto, porque el tampoco quería dejar al castaño, y su más grande temor era que Taehyung después de haber escuchado a fray hubiera decidido dejarlo.

―¿Pasa algo Kookie? ―preguntó el castaño al ver que Jungkook seguía ahí parado.

―Todo está bien Tae. ―sonrió, tomando la mano del castaño. ―Vamos rápido a tu cuarto. ―agregó, acelerando el paso.

Llegaron al cuarto del castaño, ni bien entraron el pelinegro cerró la puerta y acorraló a Taehyung contra esta. No esperó más y tomando en sus manos el rostro contrario, plantó sus labios contra los del castaño. La respuesta que escuchó, fue el detonante de ese beso, el saber que su amor era correspondido, hizo que Jungkook quisiera demostrarle al castaño que él también lo amaba.

El gran juego entre esas blandas pieles había comenzado, los labios del castaño sabían dulce, incitando al pelinegro buscar más contacto y compartir tal dulzura. Taehyung posicionó sus manos en la cintura del pelinegro, la forma en que estaba siendo besado lo estaba excitando, abrió un poco más la boca, sintiendo la tímida lengua de Jungkook entrando un par de veces en su cavidad bucal.

Jungkook se acercó un poco más al cuerpo contrario, poder poseer de esa manera a Taehyung era el cielo, se estaba volviendo loco. El beso continuó, no importaba la falta de aire, la excitación que sentían era más fuerte y estaba subiendo con cada beso que daban. De pronto el pelinegro se separó abruptamente.

El castaño lo miró confundido ¿acaso había hecho algo mal?

―¿Kookie? ―cuestionó sonrojado. ―¿Qué pasa?

Jungkook miró al castaño. ―Perdón Tae, no pasó nada. ―agregó tomando distancia del castaño.

―¿Estás seguro? ¿Quizá hice algo mal?

―No hiciste nada malo mi Tae, deberíamos descansar un momento.

―Si quieres podemos acostarnos en la cama. ―sugirió el castaño.

El pelinegro se sentía avergonzado, su pequeño se veía preocupado y le daba vergüenza admitir que la única razón por la que terminó el beso, fue por la erección en sus pantalones.

―Creo que debería irme a mi cuarto. ―dijo apenado.

―¿Seguro que todo está bien? Si hice algo mal mientras te besaba, puedes decírmelo Kookie.

―No hiciste nada malo Tae, es solo que...

Jungkook se quedó callado por un momento mirando a los ojos marrones que tenía en frente, sabía que este tipo de situaciones se presentarían en el futuro y si se proyectaba en un "para siempre" con el castaño, quizá solo debería decírselo.

Con toda esa vergüenza, recargó su cabeza en el hombro de Taehyung.

―¿Kookie? ―cuestionó inmóvil ante las acciones del pelinegro.

―Me puse duro. ―susurró contra el hombro.

Taehyung escuchó y parecía no entender, pero cuando se dio de cuenta de lo que Jungkook decía, se ruborizó sintiendo un ligero revoltijo en su estómago.

LA LIBERTAD DEL ALMA - KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora