Capítulo 46

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Jimin se quedó perplejo sentado en el lavamanos, sabía que podía ayudar a Yoongi, pero hasta ese momento había estado olvidado un pequeño pero significativo detalle. 

―Johannes. ―dijo en el silencio del baño. 

Con rapidez salió de ese baño y comenzó a correr por todo el campus universitario con la esperanza de ver al castaño, pero, aunque buscó por todos lados, no lo encontró. De pronto se sentó en una de áreas verdes y tomó su celular, marcó el número del castaño y esperó a que tomara la llamada. 

―¿Aló? ¿Hans? ―exclamó acelerado. 

―Jimin, te escucho agitado ¿Estás bien? ―preguntó calmado el castaño. 

―¿Dónde estás ahora mismo? necesito hablar contigo, es algo muy delicado. 

―Estoy en la casa de Jungkook, ¿Estás bien? ¿Qué pasa? 

―No puedo explicarlo ahora, ¿puedes venir por mí? estoy en tu universidad. 

―¿Qué haces ahí? ―cuestionó el castaño comenzando a inquietarse. 

―Estaba buscándote, pero eso no importa ahora ¿Vienes?

Taehyung dudó un poco, le había dicho a Jungkook que no saldría de su casa, pero Jimin era su amigo y se escuchaba realmente acelerado. ―Quédate ahí, vendré por ti. ―respondió y cortó la llamada, se colocó su saco y salió del departamento. 

De camino a la Universidad se sentía ansioso, nunca antes se había sentido así desde la primera vez que lo separaron de Jungkook. Después de treinta minutos ya había llegado, comenzó a manejar despacio mirando a sus alrededores en busca del rubio, cuando recibió una llamada de Jimin. 

―Quédate ahí, ya vengo. ―dijo Jimin y colgó. 

Segundos después apareció Jimin frente al carro del castaño, pero cuando Taehyung vio a su amigo abrió sus ojos en sorpresa.

―¿Qué te pasó? ―exclamó a través de la ventana del conductor. 

―Eso no tiene importancia ahora, ábreme. ―exclamó Jimin y dio la vuelta al carro e ingresó al asiento del copiloto. ―Vamos a tu casa. 

Taehyung no refutó y comenzó a conducir en dirección a su casa. ―Ahora si me vas a decir que está pasando, tu expresión me tiene inquieto. 

Jimin volteó hacia el castaño. ―Hans, quieren secuestrarte.

Taehyung frenó en seco. ―¿Qué? ―dijo mirando hacia el rubio. 

―Eso, quieren secuestrarte, no sé exactamente para qué, pero debemos avisarle a tu tío. 

Taehyung estaba confundido, Jungkook le había dicho lo mismo hace unas horas y él no le pudo creer, pero ahora mirando a Jimin sabía que eso no se trataba de ninguna broma. 

Jimin al ver que el castaño no respondía y solo movía los ojos de un lado al otro como si varios pensamientos en su cabeza lo aturdieran. 

―¿Hans? ―exclamó tomando en sus manos la cara del castaño. ―Sé que tal vez esto es algo difícil de creer, pero te juro por mi padre que es verdad, yo me enteré sin querer y realmente necesitamos avisar a tu tío. 

Taehyung miró al rubio. ―Él lo sabía. ―dijo el castaño. ―Mi Kookie sabía que me querían hacer daño y yo no le creí. 

Jimin miró con una cara de confusión al castaño, y aún con el agarre del rostro contrario preguntó. ―¿Jungkook sabe que te quieren hacer daño? ―el castaño asintió. 

―Esa era la razón por la que no quería que me acercara a él. 

Jimin soltó la cara del castaño. ―¿Cómo es que él sabe de todo esto? 

LA LIBERTAD DEL ALMA - KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora