"Entonces, yo los llamo cuando empiece su partido", dijo la manager del Fukurodani hablando con su equipo. "Los del Nekoma, igualmente, estén atentos."La chica era bastante amiga del capitán y el setter de su equipo, así que iba a permanecer con ellos un rato antes de ir a revisar si todo estaba bien.
"Ame, cada día estás más guapa", comentó Kuroo, el capitán del Nekoma.
"Ni lo intentes, galán", respondió la castaña, acostumbrada a los elogios de Kuroo. "Kuroo, ¿acaso no te cansas?"
"Kuroo, tendré que ponerme celoso si vuelves a decirle algo así a mi querida Ame", intervino Bokuto.
"Bokuto, sabes que soy un buen pretendiente. Déjame elogiar a Ame tranquilo", dijo Kuroo.
"Puede ser, pero llevas tratando de conquistar a Ame desde primero de preparatoria y ni siquiera has hecho que se sonroje", apuntó Bokuto. Los capitanes hablaban como si la castaña no estuviera presente.
"¡Hey, sigo aquí! ¿No me ven?", exclamó la chica haciendo movimientos bruscos con las manos para que los chicos se dieran cuenta de su presencia.
"Sabes, Bokuto, me da igual lo que pienses. Cuando me case con Ame, serás el padrino de boda", dijo Kuroo, provocando asombro en la castaña y el albino. "Quiten esas caras; les entrarán moscas a la boca."
El pelinegro estaba seguro de lo que decía. Le gustaba la castaña y lo único que quería era tenerla.
La castaña, por otro lado, siempre pensaba en lo que le dijo Kuroo. Desde que había comenzado como manager, él siempre estaba allí. No podía negar que era un chico bastante atractivo y que su personalidad era agradable, pero ¿por qué ella? No era ni la mitad de segura de sí misma como él. Aunque siempre trataba de evitarlo, no funcionaba. Desde el primer año, hablaban a diario, ya que Kuroo le pidió descaradamente su número el primer día que la vio.
Aunque le resultaba difícil aceptarlo, le gustaba la presencia del pelinegro en su vida. Y al contrario de lo que había dicho Bokuto, la castaña se había sonrojado muchas veces gracias al pelinegro, aunque no fuera en persona. Por chat, la chica era totalmente diferente. Fácilmente se ruborizaba con un cumplido del pelinegro.
"Bien, el partido está por comenzar, chicos. Pónganse a calentar", dijo la chica, dando órdenes a su equipo mientras el pelinegro la miraba atentamente. "Yo tendré sus botellas y toallas listas. No se preocupen y ganen como siempre." Todo el equipo la miró con una sonrisa; ella sabía cómo sacar lo mejor de cada uno de ellos.
Por otro lado, el equipo del Nekoma miraba cómo su capitán se perdía cada vez que miraba a la chica.
La mirada dulce y tranquila del chico cambió cuando vio al Karasuno acercándose a la chica.
"Hey, chicos, lo hicieron increíble", dijo la manager, acercándose animada al equipo. "Sugawara, ese ataque sincronizado fue genial, o cuando Hinata hizo el ataque rápido cerca de la malla." La chica hacía gestos con las manos, provocando sonrisas en los chicos. "Kageyama, deberías enseñarme a colocar así. Ya sabes, Bokuto hartó a Akaashi."