𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪 ! | ‹𝟹

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“Iwa-chan”, llamó el castaño claro a su amigo, su voz resonando en el gimnasio

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“Iwa-chan”, llamó el castaño claro a su amigo, su voz resonando en el gimnasio. “Una chica vino a verte”. Sus palabras provocaron que todos los presentes dirigieran la mirada hacia el setter.

“Eres un idiota, soy tu hermana”, replicó la chica, golpeando suavemente la cabeza de su hermano.

“Iwa-chan, tu novia me acaba de golpear”, se quejó el chico, frotándose la cabeza.

El castaño suspiró, sintiéndose abrumado. Sabía que lidiar con los Oikawa era complicado, especialmente con su mejor amigo y su novia en la misma habitación.

“Eres un idiota”, gritó la chica nuevamente.

Al escucharla, el chico se apresuró a llegar, consciente de que esto podría descontrolarse.

“Dejen de hacer tonterías”, dijo, tomando la mano de la chica. “Hoy tengo una cita con Ame, así que no puedes venir con nosotros”.

La expresión del castaño era de desesperación, como si pudiera matar a su hermana con la mirada, “¿Y con quién se supone que voy a volver a casa? ¿Y si me secuestran o...?”

“Nadie te va a atacar, Oikawa”, dijo el chico, pero el castaño parecia desear poder llorar para que lo llevaran a él también. “Está bien, ven con nosotros”.

“¡Gracias, gracias! Sabía que no dejarían que me pasara nada”, exclamó él, aunque su hermana no compartía su entusiasmo.

“No entiendes lo que es una cita, ¿verdad?”, cuestionaron los dos chicos, sorprendidos por su actitud. “Tooru, las citas son de dos, no de tres, y menos si eres el hermano de la chica”.

“Pero Ame, qué egoísta”, protestó el chico, jugando. Sin embargo, la chica estaba realmente molesta. “Tenemos que compartir a Iwaizumi”.

“¿Compartir?”, él asintió, comprendiendo la locura de la situación. “Eres un idiota, Tooru. Pueden ir a esa cita ustedes dos solos”. Con determinación, la chica empezó a recoger sus cosas. “Yo me voy a casa. Al fin de cuentas, ustedes parecen los novios”.

El castaño oscuro quería detener a su novia, pero ella se fue tan rápido que no pudo seguirle el paso.

“¿Y ahora qué haré?”, se lamentó.

“Dijo que iría a casa, así que supongo que tendrás que ir allí”, sugirió el chico, mirando a su amigo con sorpresa. “Sí, a veces se me ocurren buenas ideas”, Se escuchaba orgullo en su voz, pero el castaño necesitaba ponerlo en su lugar. Ambos comenzaron a caminar hacia la casa de los Oikawa.

. . .

“Supongo que ellos son los novios y yo solo estorbo”, murmuró la chica al teléfono con uno de sus amigos.

“No digas eso. Tal vez solo es un malentendido y estás exagerando”, respondió Yahaba.

“No lo entiendes, Tooru siempre está ahí”, la frustración se reflejaba en su voz. “No entiendo por qué somos novios si él siempre está con Iwaizumi”.

Justo en ese momento, escuchó la puerta principal abrirse.

“Te llamo luego, creo que ya llegaron”.

Dejando todo a un lado, la chica se hizo la dormida, esperando escuchar lo que sucedía a su alrededor.

“Oikawa, pasaré yo solo”, escuchó decir a Iwaizumi.

“Yo también quiero pasar”, protestó Oikawa, pero solo uno de ellos entró en la habitación.

“Sé que no estás dormida”, dijo el chico, sentándose junto a ella. “Ame, por favor, tenemos que hablar”.

Ella abrió los ojos, encontrándose con los verdes ojos del chico.

“Tengo sueño, Hajime. Si quieres, ve con Tooru”, murmuró mientras intentaba cerrar los ojos de nuevo.

“Si me hubieras dicho desde el principio lo de Oikawa, esto no estaría pasando, y lo sabes”.

“Tienes razón, pero ya da igual”, respondió ella, bostezando. “Ahora lo sabes y eso es lo que importa. Ven, duerme conmigo”.

“Oikawa, no cambies de tema”, le retó Hajime, sintiendo la molestia en su voz al referirse a ella solo por su apellido.

“No me digas así. Solo al idiota de Tooru le dicen así”.

Él se rió, y ella le hizo una señal para que le hiciera espacio en la cama.

“Pensé que no querías”, dijo.

“Nunca dije que no”.

“Bien, en eso tienes razón”, admitió él, riendo de forma suave, lo que le causó ternura a la chica. “Ahora ven aquí conmigo”.

Hajime obedeció, abrazándola mientras ella se dejaba llevar por el sueño nuevamente, encontrando consuelo en su cercanía.

Hajime obedeció, abrazándola mientras ella se dejaba llevar por el sueño nuevamente, encontrando consuelo en su cercanía

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𝘏𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶! | 𝘖𝘯𝘦 𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴 ılı.ıllıDonde viven las historias. Descúbrelo ahora