Ella se encontraba observando el entrenamiento del equipo de voleibol de Aoba Jōsai.¿Esos chicos no se cansan? Los veía correr por la cancha cada 5 minutos. Un balón se aproximó hacia su lado.
"Hey tú, chica de lentes", un chico alto y castaño la llamó.
Ella se volvió hacia él y se dirigió hacia donde estaba el chico.
"¿Me acercas el balón?", le pidió él.
Ella se levantó y le devolvió el balón.
"Gracias. No te había visto por aquí. ¿Cómo te llamas?", preguntó el chico.
"Ame. ¿Y el tuyo?"
Cuando ella le preguntó su nombre, el chico puso los ojos como platos y una expresión nerviosa se apoderó de su rostro.
"Hey, no mientas. Claro que sabes mi nombre", respondió él. La verdad es que ella no tenía ni idea de quién era.
Al ver que no obtuvo respuesta de ella, el chico se preocupó.
"Soy Tōru Oikawa, el colocador del Aoba Jōsai y la estrella del equipo. ¿No sabes quién soy?", le preguntó.
"Pues la verdad nunca había escuchado de ti", admitió nerviosa, viendo que la cara del chico se volvía pálida. "Pero no te preocupes, no sé mucho de voleibol. Vine a ver el entrenamiento porque mi hermano lo juega y quiere que vaya a ver uno de sus partidos".
"¿Y quieres entender un poco, verdad?", preguntó Oikawa, ahora más tranquilo.
"Así es, no quiero estar sentada en la galería sin entender nada", respondió ella con una sonrisa.
"Si te soy sincero, me asustó un poco que una chica tan linda como tú no me conociera", confesó Oikawa.
Ella se sonrojó ligeramente, pero lo disimuló.
"Oh, bueno, pero ahora sí te conozco. Así que supongo que está bien", dijo con una pequeña sonrisa.
"Claro. ¿Y en qué posición juega tu hermano?", preguntó Oikawa.
"Es colocador. Desde pequeño le gustó esa posición, así que cuando entró a secundaria se dedicó a eso", explicó ella.
"Ya veo. Bueno, Ame, me caíste bien", afirmó Oikawa, demostrando su confianza.
"No llevamos ni 10 minutos hablando, y ya tienes confianza", comentó ella.
"Deberíamos intercambiar números y así vienes más seguido", sugirió Oikawa, mostrando su seguridad.
"Eso me parece bien. Supongo que como capitán vas en tercero, ¿verdad?", preguntó ella.
"Sí, no te equivocas", confirmó Oikawa.
"Wow, es raro que nunca te haya visto", comentó ella.
A Oikawa realmente le parecía extraño que nunca hubiera notado a alguien como ella. "Aún no puedo creer que nunca me hayas visto y yo a ti. Eres linda, y aunque sea te habría visto en algún descanso", dijo.
"Pero ya nos conocemos", señaló ella.
La chica iba a decir algo más, pero un grito desde la cancha hizo que Oikawa perdiera su atención en ella.
"Oikawa, ven, te necesitamos", llamó un chico alto desde la cancha.
"Iwaizumi, no te das cuenta de que estoy ocupado", protestó Oikawa.
"Bueno, le diré al entrenador lo que me acabas de decir", amenazó Iwaizumi.
"No, espera. Ya voy, dame un momento", se apresuró Oikawa.
Se dirigió nuevamente hacia Ame, quien lo miraba expectante.
"Oh, bueno, Ame, me tengo que ir", anunció Oikawa.
"No te preocupes, yo también me voy. Ya se está haciendo tarde", respondió ella.
Ambos se despidieron, y cuando ella estaba por cruzar la puerta, escuchó que la llamaban.
"¿Tu apellido es?", preguntó él.
"Kageyama", hizo una pausa antes de agregar: "Kageyama Ame".
Sin esperar una respuesta, se marchó, dejando a Oikawa en estado de shock.
Todo ese tiempo había estado hablando con la hermana del fastidioso Tobio Kageyama.