Caminaba bajo la suave y delicada lluvia, el cielo oscuro inundaba las largas y solitarias calles de la ciudad. El único ruido que la acompañaba era el silencio.
Pero su cuerpo no reaccionó, por lo menos no
a tiempo. Así que cayó al mojado suelo, tampoco pudo evitar soltar un grito, no por el dolor, si no más bien por el susto."Mierda, lo siento mucho".
Levanto la mirada al ver la mano que tenía en frente, ofreciéndole ayuda Dudo un poco pero al final aceptó su ayuda levantándola.
Se detuvo a mirarlo durante unos segundos, alto, cabello moreno y ojos oscuros. Sonrió con nerviosismo.
"Discúlpame, estaba en mi mundo y ah..", Suspiro.
"Tranquila, fue mi culpa ¿Estas bien?", Le preguntó.
Antes de poderle contestar, una voz muy conocida habló.
"Quita tus sucias manos de ella".
Se giró esperando no ser quien creía, deseando que su mente la hubiera engañado. Pero no, Realmente era él.
Abrió los ojos de par en par ¿Qué hacía él aquí? Frunció el ceño, no iba a dejarlo pasar, no iba a ser su marioneta para que se volviera a reír de ella, no queria ni iba a llorar más por él.
Agarró su cintura, erizandole la piel y la separó del corredor, quien ahora mantenia el rostro serio.
"Ame, vamonos", espetó.
Se zafó de su agarre retrocediendo.
"¿Qué demonios te crees que haces?", Se dirigió a él furiosa.
Él la miro sorprendido jamás le hubiera hablado así, pero le había gustado escucharla de ese modo.
"Porfavor Ame, vamonos, tenemos que hablar", La miró con tanta sinceridad, que por un momento casi piensa en ir con él.
"No voy a irme contigo, no hay nada que hablar, Kuroo".
"Ame, va..".
"Te esta diciendo que no", miro al corredor sorprendida.
Él frunció el ceño acercandose al corredor.
"Tu no te metas en problemas de pareja, imbecil".
lba a dejarle en claro todas las cosas al imbecil de su ex pareja sin embargo no le dió tiempo. Ya que se inco y la sostuvo por las piernas luego de colocarla sobre su hombro, cual bolsa de papas. Sin importar que se estuvieran mojando por la lluvia, se dió media vuelta cargándola sobre el hombro y comenzó a caminar.
"¡Bájame!", Exclamó.
"¿Que dices? No te escucho desde allí atrás".
Suspiro y le lanzo una mirada de pena al corredor, quien continuaba mirando, solo llego a vocalizar un pequeño "lo siento"
Después de algunos minutos caminando sobre
él, notaba que la sangre le subía al cerebro."Bájame", le susurro.
"Ya te he dicho que no".
"Porfavor, me estoy mareando".
La bajó tan deprisa que se tambaleo al notar de nuevo los pies en el suelo, por suerte gracias a sus dos manos agarrandole los brazos, no sé cayó.
"Maldita sea, perdóname ¿estas bien?", sus ojos se clavaron con preocupación sobre los de ella.
Aprovecho su distracción para darle una
bofetada bastante sonora."¿Que?"
"¿Cómo te atreves?", le hablo enfadada, "iNo
eres nadie como para montar el numerito que acabas de montar!""¿Qué no soy nadie?", habló con tranquilidad tocándose la mejilla, roja por el golpe.
Se acercó tanto a ella, que sus narices mojadas por la lluvia se chocaron con suavidad.
"Repítelo, repítelo hasta que te lo creeas, Ame. Pero sabes más que nadie que si soy alguien", puso su mano en su cintura para luego rodearla con sus brazos, "sabes mejor que nadie que soy tuyo desde el primer beso que nos dimos"
La rabia invadió su cuerpo, así que su boca habló antes de pensar que decir.
"Olvídalo y ya esta, olvídalo".
"Déjame refrescarte la memoria, cielo".
Y nuevamente, antes de protestar pegó sus labios contra los de la chica uniéndolos en un beso necesitado, suave y sincero por ambas partes. Sin duda alguna, el primer y mejor beso bajo la lluvia que jamás había tenido bajo la lluvia. EI muy imbecil acababa de cumplir una de tus fantasias. Al separaros sonrió acariciándole la mejilla.
"¿Tengo buena memoria, eh?", La sonrisa burlona en su cara la enrojeció, así que ae pego en el pecho del pelinegro con cuidado.