Las clases acababan de terminar, Ame estaba apurada por volver a su casa, tenía exámenes pendientes al día siguiente.
Caminó rápido hacia la salida de la preparatoria, estaba con tanta prisa que no se percató de que iba a chocar con alguien, por lo que se detuvo bruscamente y retrocedió antes de que su rostro chocara con un pecho, encontrándose con el rostro de su novio.
"Hola", dijo un poco sorprendido.
"Hola", respondió la chica con una sonrisa nerviosa, pero esta desapareció cuando vio al rubio acompañado de otra chica, por lo que decidió terminar la conversación e intentó caminar hacia un lado para irse.
Pero el brazo contra su abdomen y la mano del chico en su cintura la detuvieron por completo. Con el corazón palpitando fuerte, le costó a la chica mirarlo nuevamente.
"¿Por qué tienes tanta prisa?", preguntó. Con ayuda de su mano en la cintura de la chica, la volvió a poner frente a él, "¿No vas a saludarme, como corresponde?", preguntó nuevamente.
La castaña no sabía qué decir, pudo notar cómo la otra chica se estaba conteniendo una carcajada.
"Ya vuelvo", murmuró.
La chica la siguió con la mirada, consciente de que el chico no la había apartado en ningún momento.
"Está bien, tomaré mi saludo por mi cuenta", dijo, y antes de que la chica pronunciara alguna palabra, el chico se inclinó hacia ella.
Sus manos apretaron levemente su cintura, acercándola más a él, luego sus labios se posaron delicadamente sobre su mejilla, confundiendo a la chica.
"Oye, no me mires así", dijo el chico con una sonrisa, "Estamos en la escuela, tontita".
La chica alzó la ceja, aún sin decir alguna palabra, tomó el cuello de la camiseta del chico, acercándolo y dejándolos frente a frente, se inclinó un poco para chocar contra los labios del chico, sorprendiéndolo.
"Te veo luego", dijo por fin yéndose con una sonrisa, dejando al chico embobado.