La luz de la mañana despertó a Ame, quien notó que su querido novio no estaba en la cama, aunque no le sorprendió, ya que él solía levantarse temprano.
Con cuidado se levantó de la cama y se dirigió al baño, donde lo encontró listo para salir a entrenar. El chico, con el cepillo de dientes en la boca, sonrió al verla, y Ame acarició suavemente su mejilla con una mano.
Era la rutina de todas las mañanas. Después, ella regresó a su cama, esperando a que él saliera, lo cual sucedió minutos más tarde.
Él se acercó a ella y le dio un tierno beso. Ame sonrió, aunque no pudo evitar notar el aroma a pasta de dientes.
"Te veré más tarde, cariño", dijo él al despedirse.
Ame tenía clases en la universidad. así que después de su partida, se levantó y se preparó. Si su horario iba como planeaba, podría ver el final del entrenamiento de su chico.
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Tras las clases, se dirigió al lugar donde él entrenaba. Al llegar, lo vio emocionado animando a Bokuto.
"Atsumu, por favor", suplicaba el peliblanco.
Ame se divirtió con la escena y se sentó en una banca no muy lejos de la cancha.
Observó cómo él interactuaba con sus amigos, pero algo llamó su atención. Él la miró directamente y una sonrisa se formó en su rostro. Ame respondió con un gesto de saludo hacia él, y los otros chicos en la cancha también la saludaron.
"¡Hey, Ame!", exclamó Bokuto.
Con una sonrisa, Ame les devolvió el saludo.
Cuando terminó el entrenamiento, ella esperó a su rubio novio en la salida del gimnasio.
"Bien, nos vemos después", dijo él de manera desinteresada. "Miren quién me espera, mi hermosa prometida".
Ame notó cómo él la alardeaba frente a sus amigos.
"Nos vemos luego, chicos. Están interponiéndose en mi tiempo con mi chica", añadió él mientras alejaba a sus amigos.
Cuando finalmente estuvieron a solas, él la miró.
"Hola, hermosa", dijo mientras le daba un beso en la frente.
"¿Prometida?", preguntó Ame, curiosa.
Él sonrió al escuchar eso mientras comenzaban a caminar tomados de la mano.
"Sí, mi prometida".