"Es todo tuyo, Ame", gritó la armadora lanzándole un balón. La chica, como normalmente lo hacía, se preparó para rematar, pero el balón venía un poco más alto de lo habitual, haciendo que chocara directamente con sus dedos.
El remate salió a la perfección; lamentablemente, el dolor en la mano de la chica era notable, una mueca de dolor alertó al equipo.
"¿Necesitas un minuto?" preguntó la capitana.
"Por favor", dijo la chica apenada.
La capitana asintió, luego la chica caminó rápidamente hacia la banca donde se encontraban sus cosas, las tomó con cuidado y salió del gimnasio.
Iba caminando rápido con dirección a la enfermería. No se dio cuenta de que el rubio también estaba esperando a la enfermera.
"¿Ya no saludas?" una voz arrogante se oyó a sus espaldas.
Tardó un poco en voltear la mirada hacia el chico. "Hola", sonrió y él le correspondió la sonrisa.
La chica tenía su mano herida envuelta en cinta que llevaba desde el partido. Con un quejido, comenzó a quitársela.
"¿Te lesionaste?" preguntó acercándose a ella.
"Solo fue un mal remate", respondió y, aún quitando su vendaje, él la detuvo.
"Déjame hacerlo", dijo, posando su mano sobre la de ella.
Al primer tacto, la castaña sintió su piel erizarse.
"Puedo hacerlo yo", murmuró, pero era solamente para llevarle la contraria al rubio.
"No dudo eso, siempre tienes heridas", señaló. La chica entreabrió la boca ofendida, a lo que él sonrió.
No pudo objetar nada en su contra, el chico la tenía prácticamente silenciada mientras quitaba sus vendas.
"Creo que tengo desinflamatorios", dijo alejándose de la chica unos centímetros para buscar en su bolso. "Sí, aquí están."
"Kei, tú te lesionas más que yo", dijo mientras negaba.
"No seas testaruda, tus manos son más frágiles que las mías", habló un poco nervioso.
La chica no pudo evitar poner una sonrisa al escuchar eso, provocando que el chico se sonrojara unos segundos.
"Eres adorable", murmuró, pero no lo suficientemente bajo para que el chico no escuchara, provocando que hiciera un mal movimiento quitando la venda y la chica sintiera dolor.
"Perdón, perdón, perdón", dijo rápidamente, mientras la chica reía por su actuar.