SANGRE #1

Prólogo;

PRÓLOGO.

Aselan, 2022.

La primera noche después de una vida.

—¿Los has visto?

—Sí, son un poco terroríficos.

—Escuché que son nuevos en el pueblo, tienen pocos días de haber llegado.

—¿Cómo es que personas como ellos están en un pueblo como éste?

—No lo sé, y estoy seguro de no querer averiguarlo.

Lexie Wilson observó a los dos chicos que susurraban en la mesa contigua a la que estaba limpiando, un poco intrigada por el cuchicheo que mantenían entre ellos, conocía a uno de ellos, Joseph King, era su excompañero en la clase de química cuando estaban en el colegio.

Ahora a pocos meses de comenzar su segundo semestre en la pequeña universidad de Aselan, si había intercambiado más de cinco palabras con él era decir mucho, sin embargo, la intriga por saber de esas personas que tenían cuchicheando a medio pueblo la estaba absorbiendo.

Ellos eran las terceras personas en el día que hablaban de los nuevos habitantes que tenían en el pueblo, algo que poco se veía, ya que las últimas personas que decidieron pasar por ahí, fueron dos hermanos que solo estuvieron dos días... hace tres años.

El pueblo de Aselan no acostumbraba a recibir visitas.

—Parece que es una familia de cuatro integrantes —murmuró el muchacho que ella no conocía, moviendo su cabello largo hasta el cuello—. June dice que son como estrellas de cine.

Joseph soltó una pequeña risa.

—Para tu novia todos son estrellas de cine —sonrió—. Mira, está saliendo contigo desde hace años.

—Idiota.

Lexie lanzó una mirada a la mesa de los muchachos.

—Lo más raro, es ese chico, el menor de todos —Joseph miró a los lados y se acercó al rostro de su amigo—, dicen que deambula por las noches por el pueblo, como si fuera un espectro.

—¿Crees que sea una familia de mafiosos?

—Tal vez —se encogió de hombros—, venir a un pueblo como éste no es la primera opción de nadie.

—Mi mamá quiere darles la bienvenida, se mudaron a la casa que era de los Dawson.

—Uh, familia adinerada.

El muchacho hizo una mueca.

—Parece que los Lennox son los nuevos ricos.

—Lennox, hasta su apellido es raro, ¿de dónde serán?

—Es mejor no involucrarse, Joseph, esa familia no parece ser agradable y tampoco parecen estar aquí solo porque sí.

Lexie se giró dispuesta a preguntar quiénes eran los Lennox y porqué hablaban con tanto misterio de ellos, pero cuando alzó la vista, los ojos azules de su jefa la miraban con severidad.

Bien, sus respuestas tendrían que esperar.

Suspiró lentamente y tomó el paño color rojo con el que estaba limpiando anteriormente y se dirigió detrás del mostrador para guardarlo.

Trabajaba como mesera en Molly's, el único café que tenía el pueblo, y aunque los clientes solían ser siempre muy agradables, su jefa no lo era tanto. La señora Molly de casi setenta años, alta, delgada y de ojos azules como el mismísimo cielo solía siempre estar con mala cara, dando órdenes groseras y siendo un dolor de cabeza. Pero necesitaba el dinero, y, por ende, el trabajo. Aunque solo trabajaba durante sus vacaciones, era suficiente para ayudarse.