CAPÍTULO 10:
Jinnie Wilson sorbió de la taza de café que sostenía entre sus manos.
Eran pasadas las 10 de la mañana y ya estaba lista para ir a trabajar, su uniforme pulcramente arreglado y su cabello peinado rigurosamente. Trabajaba en el pequeño hospital de Aselan como doctora en medicina general y normalmente no se preocupaba por sus horarios rotativos. Ese día, sin embargo, no le terminaba de hacer gracia irse y dejar a Lexie en casa.
No porque no lo hubiera hecho antes, definitivamente no era eso. Lexie no solía ser alguien que faltaba a clases, no tantos días seguidos, tampoco solía ser alguien que mantuviera ojeras en sus ojos o que llegara directamente a encerrarse en su habitación.
Había algo que Lexie no le estaba diciendo y que la estaba perturbando. No era una buena mentirosa, cabe mencionar.
Sin embargo, ella jamás presionó y no lo comenzaría a hacer en ese momento. Tomó otro sorbo del café antes de hacer la misma pregunta de hace un rato.
—¿Estás segura que puedo irme tranquila?
Lexie miró a su tía, la garganta ardiendo y sus ojos sintiéndose pesados. Realmente quería decirle que se quedara y le diera un fuerte abrazo, de esos que ajustaban todas las piezas en su lugar. También quería decirle lo que estaba en su mente... pero ya se sentía lo suficientemente loca y extraña como para hablarlo en voz alta.
Sonrió suavemente intentando no preocupar de más a su tía.
—Estoy bien, es solo un resfriado.
—Cariño —frunció el ceño—. Pareces estar a segundos de entrar al reino de los cielos, eso no es un resfriado.
Lexie hizo una mueca. No había logrado dormir muy tranquila la última semana. No después del evento con los Lennox. Su tía pensaba que estaba por ir al reino de los cielos, para ser sincera consigo misma, pensaba que ya tenía un pie dentro del psiquiátrico.
—Nada que un jugo de fresas no pueda arreglar.
—No tenemos más fresas en casa —Jinnie alzó las cejas.
—Nada que un vaso de agua fría no pueda arreglar, entonces —se rió.
Jinnie sonrió y meneó la cabeza divertida, dejó la taza sobre el mesón de madera que decoraba la cocina y se acercó a Lexie acariciando suavemente su mejilla.
—Eres mi pequeña bebé.
—No moriré —se rió Lexie—. No vale el sentimentalismo pre mortem.
—Nos vemos en la noche, cariño, descansa el resto del día —sonrió—. En la estufa queda algo de guisado de pollo de la noche anterior, y algunas frutas dentro de la nevera. Te quiero.
—Te quiero más —dijo—. ¡Cuida tu trasero de las agujas!
Jinnie se giró con una sonrisa mientras tomaba un abrigo color crema.
—Eso fue hace mucho, olvídalo.
—¿Cómo olvidar que un paciente te apuñaló el trasero con una aguja?
—Tonta.
Lexie observó a su tía irse con una sonrisa pintada en el rostro, siempre solía divertirse junto a ella y de verdad agradecería que siempre le diera el espacio que necesitaba, sin embargo, solo cuando escuchó el sonido de la puerta cerrarse fue que pudo respirar con calma, se sentía en descontrol y en total desventaja de todo. Había pasado una semana desde que había presenciado el ataque en la casa de los Lennox. Y una semana entera huyendo de Levi y sus alas.
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SANGRE #1
خيال (فانتازيا)"Entre secretos del pasado, una conexión inevitable y el deseo de saberlo todo, Lexie descubre que no todos son buenos, y que de su lado están los malos". Todos los derechos de esta historia me pertenecen, por lo tanto, no se aceptan copia ni adapt...