Capítulo 39; Final

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CAPÍTULO 39: FINAL


La mansión Dawson siempre le había parecido sombría. Llena de muros altos y ventanales infinitos. Ahora era el lugar donde vivía, pero se sentía aún más fría y distante que antes. Tal vez se debía a la sensación de estar parada frente a la reja negra desde hace minutos atrás sin atreverse a entrar.

Su corazón latía con velocidad, se moría de ganas por ver a Levi y abrazarlo. Un día había sido suficiente para querer tenerlo entre sus brazos por el resto de la eternidad.

Su vestido azul cielo estaba empapado de agua, al igual que su cabello y su cuerpo. Había sido enviada de vuelta a Aselan con una última mirada de adoración por parte de Zana, quién prometió que volverían a verse; no estaba segura si le gustaba o no la idea.

Tomando una respiración lenta, Lexie empujó la rejilla negra escuchando el chirrido con tanta atención como nunca antes.

Antes, había prestado atención a los detalles de la mansión Dawson, tampoco es como si pudiera pasar desapercibida. Contaba con un jardín extenso y lleno de flores de colores, eso sería lo único con vida que parecía haber en el lugar, de resto, todo estaba construido en granito negro y muros altos, paredes largas y puertas de caoba oscura.

—No importa qué haya dentro de ti, Levi te ama —susurró para sí misma. El miedo latente de Levi huyendo de su caótica oscuridad susurrando en su oído.

Oscuridad. Eso era ella; todo en su ser podía entender que Levi quisiera mantenerse alejado de esa nube de caos y descontrol que estaba buscando la superficie. No quería que se alejara, pero sí lo hacía, ella iba a entenderlo. De todos modos, estaba asustada.

Entró a la mansión y sintió un frío recorrer su cuerpo, la primera vez que había entrado a ese lugar, había sido con la inocencia de la vida que había llevado; al salir cada cimiento de su realidad se había distorsionado.

—Lexie —un jadeó la sorprendió y seguidamente unos brazos abrazaron su cuerpo.

Asher la abrazaba con fuerza, como si estuviera aliviado de verla de vuelta.

—Dudo que un día haya sido suficiente para que me tengas cariño —carraspeó ella con voz baja.

Con una mueca, Asher se echó para atrás y la miró, asegurándose que no tuviera ningún daño visible, de lo contrario su hermano menor enloquecería.

—Has estado un mes desaparecida, Lexie.

Lexie lo miró confusa e iba a responder, pero su corazón dió un brinco con fuerza y sus ojos se desviaron a la otra persona que apareció detrás de Asher. Levi estaba vestido completamente de negro, usando ese mismo traje de guardián fénix con dagas a los costados. Su cabello estaba revuelto, sudor bajaba por su cuello y sus botas estaban llenas de barro.

Pero sus ojos, sus preciosos ojos color ámbar como el fuego líquido estaban brillando con intensidad. Brillando al verla. Brillando por ella.

Por mucho tiempo, había dejado esa ilusión de cuento de hadas, sin embargo, Levi la hacía levitar con solo mirarla, su cuerpo se encendía en reconocimiento y su corazón, oh su corazón, encontraba tanta paz al verlo que cada latido se sentía sincronizado a una melodía suave.

Y no solo sentía levitar, un hormigueo cubría la punta de sus dedos con la ansiosa necesidad de tocarlo, de fundirse en él y volver a pasar por una separación no consentida entre ellos.

—Pétalo —susurró con asombro.

Un segundo después, Levi estaba cruzando la estancia con pisadas rápidas yendo directo a abrazar a Lexie. La tomó en brazos y dió vueltas con ella alrededor, la sensación de gozo que había en su cuerpo era inmensa, estaba cegado por la calidez de sentirla otra vez. Viva.

SANGRE #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora