Capítulo 38;

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CAPÍTULO 38:


—Necesitas calmarte.

—Necesito a Lexie de vuelta —aseguró Levi—. ¿La tienes escondida en tu bolsillo, Asher?

—No —bufó Asher.

—Entonces no me pidas que me calme hasta encontrar a Lexie.

Asher puso los ojos en blanco y alzó las manos en señal de rendición. Hablar con su hermano era un caos. Todos los días salía a buscarla debajo de cada roca y sobre cada árbol existente. No se detenía. Un mes había pasado desde el día del lago, el fénix de Levi estaba furioso y solo quería quemar cosas.

—¿Quieres ir de nuevo a Vitale? —preguntó Rain mientras se sentaba en uno de los sillones negros. Estaban en la sala de la mansión Lennox, la oscuridad pintaba el cielo y el reloj indicaba que eran las 10:00 pm.

Levi suspiró sin saber qué responder. Había estado siete veces en Vitale, buscando a Lexie de casa en casa y llamándola a gritos. No sabía qué hacer.

—Mi magia no puede encontrarla —murmuró Innie—. Es como si hubiera desaparecido de este mundo.

—Matarlo no fue suficiente —dijo Levi—. Debí haberlo despellejado durante días.

—¿Qué pasa si está muerta? —preguntó Asher, su ceño fruncido y sus ojos firmes en mirar al piso sin querer encontrarse con la mirada de Levi.

—Quemaré el mundo —Levi se encogió de hombros—. Y la traeré de vuelta. Otra vez.

—No estás siendo racional.

—No me importa.

Asher lanzó un suspiro al aire y se mantuvo en silencio. La posibilidad de Lexie estando muerta era una realidad que Levi se negaba a aceptar, pero un mes entero había pasado desde que ella desapareció: no existía esperanza.

Levi sacudió la cabeza y se levantó del sillón, estaba abrumado y con mucha rabia acumulada en su cuerpo. La desesperación de no tenerla, el temor constante de no saber si estaba bien y el fuego de su cuerpo consumiendo su mente solo lograba causar estragos y caos en su corazón.

Extrañaba a Lexie. La quería de vuelta. Y haría lo necesario para lograrlo.

—¿Saldrás?

Levi miró a Asher un segundo y se encogió de hombros.

—Al menos los árboles me dejan ser irracional —murmuró con burla.

El sonido de sus pasos dejando la sala fue todo lo que se escuchó. No pensaba sentarse a perder el tiempo. Un mes entero había pasado y no había ningún rastro del paradero de Lexie, su energía parecía no existir y esa sensación era muy aterradora.

Aselan era un lugar extraño, mientras más lo miraba y conocía, más se aseguraba que había cosas extrañas dentro de ese lugar. No lo había hablado con nadie, pero solía escuchar voces que le hablaban cuando todo parecía estar dormido. Voces que susurraban los miedo más terribles de cada habitante de Aselan, era como si el pueblo lo llamara cuando la noche caía y lo empujara a tomar con sus manos esos miedos y alimentar su alma.

No recordaba cuándo había absorbido un miedo por última vez.

Pero ahí, mientras caminaba por las calles vacías de Aselan con la luna y las estrellas de testigo, podía sentir esa sombra detrás de sus pasos, alentando sus pensamientos a tomar un poco del miedo que había sido construido para él.

SANGRE #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora