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El día siguiente había llegado y cuando JiMin abrió los ojos se encontró con la sorpresa de que estaba solo en la habitación, ni siquiera Essie le hacía compañía. Debía confesar que esperaba despertar y tener a Cleo a su lado, no sería la primera vez que despertaban juntos pero quizá sí la más emocional después de tantas cosas que habían pasado el día anterior, más que nada después de percatarse de las marcas de lágrimas que tenía su mujer en las mejillas. Bostezó y decidió levantarse a buscar a la pelinegra, quería arreglar las cosas cuanto antes.

Se arregló lo más rápido posible, marchando al comedor para poder desayunar. Al llegar se encontró con su padre e Inna, ambos conversando entre ellos y frunció el ceño al no ver a su esposa. Murmuró un "buenos días" mientras se sentaba, intrigado de dónde podría estar Cleo, y su cabeza inevitablemente comenzó a volar más allá de lo racional, llegando a pensar hasta que podían haberla secuestrado. Su padre lo miró y habló cuando lo notó ran preocupado, sin siquiera tocar sus tostadas con mermelada de fresas, que tanto ama su hijo.

⎯ Entrenando arquería.⎯ dijo simplemente.

El ex rey se levantó en la mañana y, como hacía todos los días, abrió sus ventanas para ventilar la habitación, y cuando apenas estaba amaneciendo pudo ver a su nuera con un arco y flecha en el patio trasero del castillo. La veía maravillado, de algún modo la encontraba parecida a su ex mujer y se alegraba de pensar que su hijo siguió su mismo patrón y encontró una mujer igual de trabajadora que su madre. Veía como se frustraba cuando las flechas no llegaban a su objetivo, pero siempre lo hacía desde una posición demasiado lejana del blanco, lo que lo hacía preguntarse, ¿Por qué practicaba como si fuera a una futura guerra?

⎯ Debo decirte que me impresiona lo buena que es en las actividades físicas.

⎯ Si sigue así sacará cuerpo de hombre.⎯ mencionó Inna de fondo, pero JiMin decidió ignorarla por levantarse de la mesa con su taza en la mano.

Se acercó a los grandes ventanales y vió a su mujer allí, arrodillada en el suelo mientras disparaba flechas a blancos en movimiento. Lo tenía totalmente encantado cómo podía ser tan buena en todas las cosas que hacía, y más pensando que solo hace cinco meses se dedicaba a todo aquello y no de toda la vida. JiMin intentó más de una vez ser bueno en arquería pero siempre terminaba fracasando, así que él se dedicaba a la parte de pelea cuerpo a cuerpo y esgrima, era excelente en aquello, y viendo que Cleo era espectacular con las flechas solo lo hacía pensar que si en algún momento necesitaría de su ayuda ella podría salvarlo tranquilamente.

Volvió a sentarse y terminar el desayuno, le comentó la situación a su padre acerca del acosador de Cleo y lo único que recibió como respuesta fue que pondrían más guardias, le bastaba pero hubiera preferido escuchar algo preocupado por parte de su padre. Entendía que conoció a Cleo porque todo comenzó como un contrato, pero le gustaría que la trate como una nuera verdadera y no simplemente como la sucesora a la corona, aunque de por sí ese ya era un título demasiado importante. Necesitaba oír por parte de su padre que la aprobaba, no podía leerle la mente, mucho menos saber cuál es la verdadera opinión acerca de su nuera.

Desde que Irene murió, TaeHyung se había vuelto más reservado, y su hijo lo entendía a la perfección pero a veces le costaba muchísimo entender a su padre. Hace años que no lo escucha reír como cuando estaba con su madre, era muy notoria su ausencia y que el más afectado de todos era el ex rey, porque fue el que convivió más tiempo con su esposa y además de que se había enamorado por primera vez, y de verdad, cuando siempre tuvo de referencia a sus padres que no se amaban en lo absoluto, y si lo hicieron fue mucho tiempo antes de que él pudiera entender las cosas con claridad.

Minutos después se escucharon pasos descalzos en el suelo de madera, todos miraron a la entrada del comedor y Cleo ingresaba con el arco en su mano. Mostró una sonrisa cansada e hizo una reverencia, cosa estúpida porque ahora ella es la reina, ellos son los que la tienen que reverenciar, pero la costumbre quedó, al igual que los lugares en la mesa, a pesar de que JiMin ahora es el rey y "hombre" del castillo, era su padre quien seguía sentándose en la punta de la mesa.

Castle| pjm. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora